¡Detente! La lechuga no se corta con cuchillo por esta increíble razón
La lechuga es una verdura super versátil, saludable y popular en nuestras cocinas. Su frescura y textura crujiente es el complemento perfecto para sándwiches, tacos dorados, ensaladas y acompañamiento de proteínas. Pero ¿te ha pasado que su sabor y textura cambian radicalmente cuando la cortas con cuchillo? Te diremos por qué sucede a continuación.
La lechuga es una planta herbácea de la familia Asteraceae y es cultivada por sus hojas comestibles. Se consume principalmente cruda y existen varios tipos. Entre las más populares son la lechuga orejona, ideal para ensaladas, y la lechuga romana, la favorita para los sándwiches y hamburguesas.
¿Por qué no se debe cortar la lechuga con cuchillo?
Esto radica en su tendencia a oxidarse y volverse amarga. Al cortar la lechuga con un cuchillo de acero inoxidable, que es el que comúnmente tenemos en la cocina, se libera la enzima polifenoloxidasa que provoca la oxidación. Este proceso afecta su sabor y textura, afectando la calidad de los platos en las que utilizas esta verdura.
Entonces, ¿cómo debo cortarla?
Para evitar que se oxide y conservarla fresca, es mejor trocear o cortar la lechuga con las manos. Al rasgar las hojas, disminuye la liberación de la enzima. Pero si lo que quieres es obtener cortes específicos, como la juliana o hacerla muy finita, y no se te facilita con las manos, puedes hacerlo con un cuchillo de plástico para más precisión.
Si se oxida, ¿pierde sus beneficios nutricionales?
Aunque una lechuga oxidada puede tener un sabor amargo y una textura menos apetitosa, no necesariamente pierde sus beneficios nutricionales. Esta verdura es baja en calorías y carbohidratos, lo que la convierte en una excelente opción para quienes buscan controlar su ingesta calórica o tienen un plan nutricional para bajar de peso.
Además, es una excelente fuente de fibra que te ayuda a mantener una digestión saludable. Es rica en vitaminas y minerales, como la vitamina A, K, ácido fólico, hierro y potasio, que son esenciales para que tu cuerpo funcione. Además, su alto contenido de agua te ayudará a mantenerte hidratada.
Y aunque comer lechuga oxidada no es peligroso para tu salud, es importante que la consumas frescas para obtener el máximo valor nutricional y disfrutar de un mejor sabor y textura.
Así que la próxima vez que estés preparando tu ensalada favorita, un sándwich o tus taquitos dorados, opta por trocear la lechuga para que queden deliciosos.
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