Team calor por siempre: 10 razones por las que el calorcito es mejor que el frío

¿Cuál es la temperatura ideal para ti? Para quienes prefieren el calor, naturalmente, es aquella en la que el cielo está despejado y los rayos del sol están en su punto más alto, calentando cada centímetro de piel que se alcanza a asomar.

Sus razones para preferir los climas cálidos son múltiples. Aquí, 10 de ellas.

#1 El frío te paraliza, pero el calor te motiva a moverte

Los días de invierno, solo te dan ganas de quedarte en tu cama viendo la televisión debajo de 30 cobijas. Y qué decir de las mañanas nubladas y friolentas, ¡nadie quiere levantarse!

Por el contrario, cuando los rayos del sol te despiertan en verano, parece que te inyectan la suficiente energía para toda la jornada que te espera por delante.

Hay que admitir que en medio de las olas de calor, salir a la calle no es la mejor idea, pero estas no petrifican como las bajas temperaturas.

#2 Las vacaciones de verano

El calor es superior al frío por una sencilla razón: es cuando se dan las mejores temporadas de vacaciones, como ‘spring break’ o las de verano. En esas fechas, nadie piensa en ir a la nieve, sino en darse un buen chapuzón en el agua con sus amigos o familiares.

#3 Los días de verano son más largos

Otra razón por la que el verano es mejor que el invierno es la duración de sus días. En los primeros, puedes estar hasta altas horas de la noche en la calle, sin que el sol se esconda, mientras que, en los segundos, apenas dan las 6 de la tarde y el cielo está tan oscuro que parece medianoche.

#4 La ropa de calor es mejor que la de frío

¿Realmente existe la moda de invierno? Cuando esa estación del año se instala, hace tanto frío que toda la ropa queda enterrada debajo de suéteres, chamarras y abrigos. Además, después de ponerte tantas capas, es casi imposible moverse con facilidad.

Por el contrario, la primavera y verano permiten sacar el lado más fashionista de cualquiera: la calle se convierte en un desfile de faldas, pantalones coloridos, shorts, playeras, prendas estampadas y más.

#5 Las bebidas refrescantes son superiores a las calientes

Nada se lleva tan bien con un día nublado como una taza calientita rellena de café, té, chocolate o ponche. Pero, ¿te has dado cuenta de que todas esas bebidas tienen algo en común? En la mayoría, prevalece el sabor azucarado.

En contraste, una tarde calurosa puedes disfrutar de una limonada, agua de sabor o cócteles refrescantes. Cada una de estas tiene un gusto singular y no necesariamente dulce.

#6 Más opciones de comida

Cuando las temperaturas bajan, solo se te antojan dos cosas: un guisado caldoso o que haya salido del horno. No hay espacio para nada más. En cambio, cuando el sol está en todo su esplendor, la creatividad fluye en la cocina: ensaladas, barbacoas, platillos que no requieren prender la estufa, ¡todo es válido!

#7 Las fiestas y reuniones son mejores en días calurosos

¿Puedes pensar en tan solo una reunión que hayas tenido al aire libre en el frío de diciembre?, ¿tan solo una? Lo más probable es que no, pues, si vas a organizar un encuentro en un espacio abierto, lo preferible es hacerlo en primavera o verano.

#8 No hay mejor sensación que refrescarte en un día caluroso

La expresión “¡qué agusticidad!” (nacida de TikTok) se volvió tan viral porque todos reconocemos esa sensación de sentir el aire fresco, sentarse en la sombra o tocar el lado frío de la almohada en un día caluroso. No obstante, recuperar la temperatura corporal en un día invernal, no es tan satisfactorio ni reconfortante.

#9 No existe la depresión por calor

Trastorno afectivo estacional es el nombre que se le da a la depresión en la que se hunden algunas personas en la temporada invernal. Y es muy real. Pero, ¿alguna vez has escuchado que alguien se sienta triste porque hace demasiado sol o las altas temperaturas? No lo creo.

#10 Los días soleados te dan vitamina D

Literalmente el calor es bueno para la salud. La exposición segura a los rayos ultravioleta del Sol ayuda a que el colesterol se convierta en vitamina D, un nutriente que fortalece los huesos. ¡Y todavía se atreven a preguntar por qué es mejor que el frío!