Cómo empezar a meditar: pasos básicos para hacerlo en la comodidad de tu casa
Los beneficios de la meditación son muchísimos. Diversos estudios han demostrado que esta practica ayuda a mejorar la calidad de vida de los seres humanos y su salud.
Si estás pensando en adentrarte en esta práctica, pero no sabes ni por dónde empezar, te explicamos cuáles son los pasos esenciales para disfrutar de la meditación.
Pasos básicos para meditar en casa
Espacio adecuado
Lo primero que necesitas hacer para empezar a meditar es conseguir un espacio. Opta por un lugar que sea tranquilo y en el que te sientas relajada tan sólo por estar ahí. Deberá ser silencioso y muy cómodo.
Puedes elegir tu cuarto o un jardín. Procura que sea un espacio con luz y/o circulación del aire, para que puedas relajarte mucho más con el sonido y ambiente natural. Si no cuentas con un lugar abierto, puedes poner en tu habitación unas cuantas velas, cerrar las cortinas y crear una atmósfera cálida.
Ponte cómodo
Siempre que vayas a meditar usa ropa cómoda, pon un tapete o cobija en el suelo para que estés más a gusto y no te canses. También sujeta tu cabello para tener la cara libre de cualquier molestia. Puedes utilizar esencias en tu cuerpo o en la habitación para mejorar la experiencia.
Técnica para comenzar a meditar en casa
Ya estás listo y tu entorno también. Ahora es momento de la postura para empezar a meditar:
- Siéntate en una postura cómoda y coloca las piernas cruzadas (no es necesario que las cruces perfectamente, sólo que estén entrelazadas y nada te lastime en los pies o rodillas).
- Deja caer tus brazos a los lados. Respira para que los hombros se relajen y tu tórax se acomode en la postura.
- Estira tu espalda hasta que esté derecha, pero evita tensar tu columna. No necesitas una espalda perfecta de soldado, sólo lo suficientemente derecha para que tu respiración fluya en el cuerpo.
- Respira tranquilamente en esa postura. Pon las manos sobre tus rodillas, con las palmas abiertas hacia arriba, y ahora cierra tus ojos.
Inicia la meditación
Una vez que cerraste los ojos, conecta con tu interior. Comienza a respirar con normalidad, ve recorriendo mentalmente cada parte de tu cuerpo empezando desde los dedos de tus pies hasta tus ojos.
Mientras piensas en una parte de tu cuerpo, haz una respiración profunda y relajada, inhala y exhala de forma que sientas que el aire llena tus pulmones y cuando lo sacas recorre todo cuerpo.
Lleva el aire desde tu nariz y que recorra tu espalda, pecho, cadera, pelvis, piernas, rodillas, pies y cada dedo.
El secreto está en hacer al menos 10 respiraciones profundas, que te ayuden a relajar todas las conexiones de tu organismo y tu cabeza. Es probable que te dé sueño después y esa será la señal de que te relajaste perfectamente. ¿Listo para intentarlo?
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