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Cuando en política ganan las mentiras: el Diccionario de Oxford elige 'posverdad' como palabra del año

Según indica la organización, las elecciones en Estados Unidos y el Brexit han popularizado el concepto de 'posverdad', una palabra usada para definir la poca influencia que tienen los hechos objetivos en la opinión pública.
16 Nov 2016 – 06:17 PM EST
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La palabra se traduce del inglés 'post-truth'.

Posverdad: En relación o indicando circunstancias en las que los hechos objetivos son menos influyentes en la formación de la opinión pública que las llamadas a las emociones o las creencias personales Diccionario de Oxford

Atrás quedaron palabras como selfie, vapear, o el emoji sonriente que marcaron los últimos años según Oxford. El 2016 ha requerido un concepto más serio para resumir en unas pocas sílabas todo lo que ha pasado. Sorpresas electorales, discursos políticos y batallas mediáticas incluidos.

"El concepto de posverdad ha existido durante la última década, pero Oxford Dictionaries ha visto un aumento en la frecuencia de uso este año en el contexto del referéndum de la Unión Europea en Reino Unido y las elecciones presidenciales en Estados Unidos", ha explicado la organización. La primera vez que se utilizó la palabra con este significado, según Oxford, fue en un ensayo publicado en 1992 en la revista The Nation en relación a la Guerra del Golfo Pérsico.

El prefijo 'pos' traslada la idea de 'verdad' a "un tiempo en el que ese concepto específico ya no es importante o se ha hecho irrelevante", señalan en un comunicado.

En un ambiente liderado por los algoritmos de selección de las redes sociales, la autenticidad de los argumentos queda aplastada por recursos retóricos, infinidad de tweets engañosos, noticias falsas y acusaciones sin fondo que inundan nuestro timeline.

Ante este fenómeno de la confusión hay una figura que intenta abrirse paso con la verdad. Esta campaña electoral ha vivido el auge de los fact-checkers gracias en parte a la candidatura de Donald Trump, quien ha sido criticado por su uso de afirmaciones sin veracidad, la exageración de algunos de los datos que defiende y los múltiples ataques personales. En el primer debate presidencial, por ejemplo, de las 10 mentiras o afirmaciones engañosas que investigó el Detector de Mentiras –el equipo de fact-checkers de Univisión Noticias–, nueve eran de Trump. La organización Politifact, especializada en fact-checking, ha registrado que el 34% de las declaraciones de Trump hasta ahora están basadas en la falsedad.

The Economist lo expresa sin rodeos: "Mr. Trump es el exponente líder de la política de la posverdad –una confianza en las afirmaciones que 'parecen ciertas' pero que no tienen base en los hechos", señala un artículo del pasado septiembre. "Su descaro no es castigado, sino que se toma como prueba de su voluntad de enfrentarse al poder de las élites".

Las mentiras siempre han existido en la política, sí, pero sus intenciones ahora son diferentes. "Antes, el propósito de las mentiras políticas era crear una visión falsa del mundo", apunta The Economist. "Las mentiras de hombres como el señor Trump no funcionan así. No son para convencer a las élites, en quienes sus votantes no confían ni aprecian, sino para reforzar prejuicios". Prejuicios contra los inmigrantes, por ejemplo, que ya están disparando los ataques de odio contra latinos y musulmanes en universidades y lugares públicos.

Estos últimos meses se ha podido constatar el poder de las páginas de Facebook que con sus noticias engañosas intentaron manipular las elecciones, a favor de Clinton o a favor de Trump. Con sus titulares provocativos y videos motivacionales, estas páginas superaban en alcance a grandes medios de comunicación gracias a su uso de las emociones para atraer a la audiencia.

Google y Facebook han anunciado esta semana que tomarán medidas para cortar los ingresos a estas páginas de contenido falso y así evitar su proliferación. La red social de Mark Zuckerberg ha sido especialmente criticada por dar vía libre a este fenómeno, y ya se han visto forzados a asumir parte de la responsabilidad.

'Latinx', entre las palabras finalistas del 2016

Este término que elimina las discriminaciones de género ha sido defendido por la comunidad LGBT latina y muchos otros sectores de la población que abogan por la neutralidad en el español.

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