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Arizona - Sonora

Madres Buscadoras de Sonora: el dolor de la búsqueda de desaparecidos al otro lado de la frontera

Ceci Patricia Flores Armenta vivió en carne propia el dolor de la desaparición de tres de sus hijos. En la búsqueda encontró a otras mujeres que, como ella, sufrían la ausencia de sus seres queridos: así surgió el colectivo Madres Buscadoras de Sonora.
Publicado 15 Sep 2022 – 09:28 AM EDT | Actualizado 15 Sep 2022 – 06:48 PM EDT
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SONORA, México – Las Madres Buscadoras de Sonora surgieron como colectivo en 2019, unidas por el dolor de buscar a sus hijos desaparecidos y, aseguran, también por la falta de respuesta de las autoridades.

El dolor por sus desaparecidos las unió: Madres Buscadoras de Sonora

El 30 de octubre de 2015 en Los Mochis, Sinaloa –entidad vecina al sur de la fronteriza Sonora—Alejandro Guadalupe, de 21 años, desapareció cuando se dirigía al trabajo.

El 4 de mayo de 2019 en Bahía de Kino, Sonora, fueron secuestrados Marco Antonio y Jesús. Los tres, hijos de Ceci Patricia Flores Armenta.

“Por los años que tenía de búsqueda de Alejandro en Los Mochis, empecé a buscar a mis hijos en el monte. Se me ocurrió empezar a transmitir (en vivo en redes sociales), esperando que esa gente viera el dolor que me había causado. Yo les decía que me los entregaran vivos o muertos, que si ellos debían algo con su muerte lo pagaban.

“Les dije que tenía un hijo desaparecido desde 2015 y que tenía mucho dolor en mi corazón, que prácticamente había quedado muerta en vida sin él y que si no me entregaban a Marco Antonio y a Jesús me iban a matar completamente porque vivir con un hijo desaparecido es estar muerta en vida, imagínate con tres”.

Son las palabras de Flores Armenta, fundadora y presidenta de Madres Buscadoras de Sonora, en entrevista con Univision Arizona. La mujer es, hasta la fecha, víctima de constantes amenazas.

Un “regalo” del Día de las Madres

Después de hacer las transmisiones en las que compartía el dolor que vivía, el 10 de mayo de 2019 Ceci recibió una llamada en la que le dijeron que le iban a entregar a sus hijos como regalo del Día de las Madres, que se celebra en México en esa fecha.

Por la noche la llamaron nuevamente y le dijeron que acudiera a un lugar “que era terrible, oscuro, alejado. Ahí estaba con vida mi hijo menor, pero del mayor ni rastro”.

Llevó a Jesús fuera de Sonora, pero ella decidió quedarse a seguir buscando a Marco Antonio, de 32 años, y a seguir transmitiendo su labor. “Otras madres empezaron a ver que yo estaba buscando a mi hijo desaparecido, y las que también tenían desaparecidos empezaron a llamar, porque no tenían manera de buscarlos por miedo o por falta de apoyo de las autoridades, porque entonces no había colectivos de búsqueda activos”.

Entonces surgió Madres Buscadoras de Sonora. “Yo dije: ‘yo busco a mi hijo, pero si tú me ayudas a buscarlo, yo te ayudo a buscar al tuyo’. Y cada día se fueron agregando más madres”, a tal grado que hoy por hoy existen colectivos de búsqueda en distintas entidades del país, y se cuentan por decenas.

Desaparecidos en México

En mayo de 2022, el gobierno de México reconoció que a la fecha y desde 1964, en el país han desaparecido 100,000 personas.

Alejandro Encinas Rodríguez, subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación (ministerio de Interior) dijo en mayo de este año que en los servicios forenses y fosas comunes del país hay poco más de 52,000 restos humanos sin identificar; el 80% de ellos se concentra en 10 de las 32 entidades del país, y Sonora es una de ellas.

Bajo la sombra de la violencia

De su hijo Jesús, quien fue liberado tras el secuestro, Ceci asegura que “nunca ha querido platicar conmigo ni con nadie de lo que pasó. A mi hijo me lo entregaron casi muerto”, y añade detalles que indican que incluso habría sido víctima de tortura.

Asegura que él recibió muchos golpes en la cabeza “y por eso de pronto tiene dolores muy fuertes. Creo que esos golpes le hicieron mucho daño. Nadie de la familia estamos bien física ni emocionalmente con todo lo que ha pasado, pero lamentablemente él menos”.

Ella, por su parte, admite que constantemente recibe amenazas. Incluso Ceci ha dado cuenta de las mismas a través de sus redes sociales, así como de los momentos en los que siente su vida en peligro.

“Nosotros no les debemos nada a los carteles; ellos nos deben porque son los responsables de que nosotros estemos buscando a nuestros hijos. Es lamentable que nosotros sintamos las amenazas como si vinieran de parte de la autoridad sobretodo cuando los presionamos para que actúen”, asevera.

El amor la llevó a ser una Madre Buscadora

Flores Armenta destaca que “quienes son autoridades lucharon, estudiaron, se prepararon para tener un puesto. Sin embargo, nosotros como familia no nos preparamos a ser buscadoras; la vida nos orilló a esto. Si las autoridades hicieran su trabajo, no habría madres buscando”.

Agrega que, a pesar de todo, no duda en seguir adelante en su búsqueda por una sola razón: el amor. “ El amor tan grande que siento por mis hijos me obligó a tener que salir a buscarlos, y en el camino descubrí que miles de personas estaban también ausentes, y las familias por miedo no los podían buscar. Yo no me preparé para esto”.

“El amor por nuestros desaparecidos es tan grande que hemos sido capaces hasta de arrodillarnos ante las personas que saben dónde están nuestros hijos, pero ni así hemos logrado nada”.

La presidenta y fundadora de Madres Buscadoras de Sonora, asegura que, como muchas madres, no quiere venganza, sino solo tener la paz de encontrar a sus hijos para darles un descanso digno.

Dispuesta a tender una mano

Ceci Patricia Flores Armenta asegura que cada día recibe el reporte de entre 15 y 20 personas desaparecidas.

“A las familias les digo que hay que luchar por nuestros desaparecidos, hay que unirnos a los colectivos de búsqueda, solicitar el apoyo. Aquí estamos siempre activos para ayudar, para recuperar y traerlos a casa”.

Al menos 2,000 madres de familia conforman el colectivo. A la fecha, cuentan el hallazgo de los restos de más de 1,000 personas en fosas clandestinas, y han podido encontrar a otras 1,000 con vida en distintas partes del país.

Este grupo, sostiene su presidenta, no cuenta con apoyo del gobierno a nivel federal ni estatal; sino que se sostiene gracias a las donaciones que recibe de la sociedad que las contacta a través de sus redes sociales oficiales, como la de Facebook de Madres Buscadoras de Sonora.

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