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Elecciones en EEUU 2020

Un hombre de Florida fue captado llevándose un atril en el asalto al Capitolio de Washington

“Un momento muy orgulloso para Bradenton, Florida”, dijo una usuaria de Facebook que identificó a Adam Johnson como el responsable de llevarse el atril de Nancy Pelosi en el asalto al Capitolio de Washington.
7 Ene 2021 – 02:07 PM EST
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Un manifestante identificado como Adam Johnson y vecino de Parrish, Florida, se lleva el atril de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, en el edificio del Capitolio de Estados Unidos después de que una turba pro-Trump irrumpiera en el edificio el 6 de enero de 2021 en Washington, DC. Crédito: Win McNamee/Getty Images

Un hombre de Florida tomó un atril en el Capitolio de Washington DC el miércoles, lo cual quedó registrado en una de las tantas imágenes que se volvieron virales luego de que simpatizantes de Donald Trump irrumpieron en el recinto legislativo por la fuerza, lo que dejó cuatro personas muertas.

El sujeto fue identificado como Adam Johnson, de 36 años, quien está casado, tiene cinco hijos y vive en Parrish, Florida, confirmó el diario Bradenton Herald.

La imagen fue capturada por el fotógrafo jefe de Getty Images, Win McNamee, que se volvió viral en las redes sociales y fue usada en memes. Tras la difusión de la imagen, residentes locales lo reconocieron e identificaron rápidamente.

Johnson se había llevado el atril de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi.

La usuaria de Facebook Karen Wasylowsi lo identificó en su perfil personal y publicó un mensaje en el que reprobaba la acción de este vecino de Florida.


“Un momento muy orgulloso para Bradenton, Florida”, dijo.

“Pero oye, está en contra del aborto para que pueda hacer lo que quiera, ¿no? Su esposa, Suzi es doctora y pasa su tiempo burlándose de BLM (Black Lives Matter). Qué gran ejemplo cristiano”, ironizó la usuaria de Facebook.

Las capturas de pantalla publicadas por los usuarios de las redes sociales y tomadas de lo que parece ser del muro de Facebook del hombre lo muestran documentando su viaje a Washington DC para participar en protestas en torno a la certificación de la elección presidencial.

El FBI está buscando información, como fotos y videos sobre personas que participaron en los disturbios.

Insurrección marca momento de reflexión para republicanos

La insurrección del miércoles en el Capitolio de Estados Unidos fue sorprendente y predecible a la vez, el resultado de un Partido Republicano que ha permitido repetidamente el comportamiento destructivo del presidente Donald Trump.

Cuando Trump era candidato a la Casa Blanca en 2016, los funcionarios republicanos ignoraron su llamado a sus seguidores para “dejar fuera de combate” a los manifestantes.

Menos de un año después de asumir el cargo, los líderes de la formación alegaron que sus palabras fueron sacadas de contexto cuando dijo que había “gente muy buena” en ambos bandos de una letal manifestación de supremacistas blancos.

Prefirieron ignorarlo

Y el verano pasado, la mayor parte del liderazgo republicano miró hacia otro lado cuando Trump hizo desalojar a cientos de personas que participaban en una protesta pacífica cerca de la Casa Blanca para poder posar con una Biblia frente a una iglesia.

Pero el violento asalto al Capitolio ofrece un nuevo, y quizás definitivo, momento de reflexión para el Partido Republicano.

Las excusas habituales de la formación para Trump —no es un político al uso y no está interesado en ceñirse a las sutilezas de Washington— no valieron de nada frente a las imágenes de una multitud ocupando los espacios más sagrados de la democracia estadounidense.

El partido, que en los últimos cuatro años se ha definido por su lealtad a Trump, comenzó a recalibrarse tras el caos del miércoles.

Aliados dan la espalda a Trump

Uno de los aliados más cercanos al presidente en el Congreso, el senador de Carolina del Sur, Lindsey Graham, declaró: “Ya basta”.

Otra republicana de Carolina del Sur, la diputada Nancy Mace, afirmó que los logros de Trump durante su mandato “se borraron hoy”.

Al menos tres altos funcionarios renunciaron y podrían darse más a salidas medida que se asimile el alcance de los acontecimientos.

Renuncian al gabinete de Trump

El exjefe de despacho interino de Trump, Mick Mulvaney, ahora enviado especial a Irlanda del Norte, anunció su salida el jueves.

“No puedo hacerlo. No puedo quedarme”, dijo Mulvaney al canal CNBC.

“Aquellos que eligen quedarse, y he hablado con algunos de ellos, eligen quedarse porque les preocupa que el presidente pueda poner a alguien peor”.

Stephanie Grisham, jefa de despacho de la primera dama Melania Trump y exsecretaria de prensa de la Casa Blanca, presentó su renuncia.

El asesor adjunto de seguridad nacional Matt Pottinger, el secretario social de la Casa Blanca Rickie Niceta y la subsecretaria de prensa Sarah Matthews también renunciaron, según funcionarios.

Pero para avanzar, el partido tendrá que afrontar la realidad de que Trump perdió los comicios frente al presidente electo Joe Biden por más de 7 millones de votos y por un margen de 306 a 232 en el Colegio Electoral, un resultado certificado por el Congreso la madrugada del jueves, cuando terminó aceptando todas las boletas electorales.

Trump acepta transición ordenada

El propio Trump reconoció que su mandato estaba llegando a su fin, aunque no su derrota en las urnas.

“Aunque estoy en total desacuerdo con el resultado de las elecciones, y los hechos me avalan, sin embargo, habrá una transición ordenada el 20 de enero”, dijo el mandatario en un comunicado publicado en Twitter minutos después de que el Congreso certificó el triunfo de Biden.

“Siempre he dicho que continuaríamos nuestra lucha para asegurar que solo se contaran los votos legales. Aunque esto representa el final del mejor primer mandato en la historia presidencial, es solo el principio de nuestra lucha para Hacer a Estados Unidos Grande de Nuevo”, agregó.

“Una visión enfermiza”

El expresidente republicano George W. Bush describió a la violenta multitud como “una visión enfermiza y desoladora”.

No se dirigió directamente a Trump ni a sus aliados, pero su alusión fue clara cuando dijo que el asedio “fue cometido por personas cuyas pasiones han sido encendidas por falsedades y falsas esperanzas”.

La representante por Wyoming, Liz Cheney, una de las principales voces republicanas en la Cámara de Representantes e hija del vicepresidente de Bush, fue mucho más contundente en una entrevista con Fox News.

“No hay duda en que el presidente armó la turba. El presidente incitó a la turba”, dijo.

Aunque sus críticas fueron duras, Bush y Cheney formaban ya parte de un pequeño grupo de responsables republicanos dispuestos a condenar en alguna ocasión los comportamientos más escandalosos del presidente.

Scaramucci: palabras duras

La inmensa mayoría de los miembros del partido han sido mucho más reservados, ansiosos por mantener a la ardiente base electoral de Trump de su lado, entre ellos algunos políticos de Florida.

Anthony Scaramucci, exdirector de Comunicaciones de la Casa Blanca con Trump y que suele tener palabras duras para el que fuera su jefe, dirigió sus críticas más fuertes el miércoles a los miembros del partido republicano que toleran su comportamiento.

“Los funcionarios electos republicanos que siguen respaldando a Trump tienen que ser juzgados junto a él por traición”, tuiteó.

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