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México (país)

Después del huracán no viene la calma: enfermedades acechan a Guerrero a casi un mes del azote de Otis

Los médicos alertan de un repunte en el corto plazo de los casos de enfermedades gastrointestinales, debido a la exposición a alimentos y agua contaminada, además de infecciones respiratorias, desnutrición y anemia.
Publicado 19 Nov 2023 – 12:50 PM EST | Actualizado 19 Nov 2023 – 04:37 PM EST
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Ha pasado casi un mes desde que el huracán Otis sacudió los aires, revolvió el mar y desencajó de la tierra árboles y casas en varios puntos de Guerrero en México. Sus habitantes todavía sufren escasez de agua y alimentos, falta de electricidad y muchos siguen sin un hogar.

El calvario parece no tener un fin cercano ya que expertos y organizaciones de la salud alertan de una crisis sanitaria que afectaría gravemente al estado si las autoridades no ponen en marcha planes de acción y prevención inminentes.

El paso del huracán, además de causar 46 muertes y 58 desapariciones, dejó una gran cantidad de desechos materiales que se convierten en foco de infección para una población que tiene recursos limitados como el agua y los medicamentos.

Los médicos alertan de un repunte en el corto plazo de los casos de enfermedades gastrointestinales, debido a la exposición a alimentos y agua contaminada, además de infecciones respiratorias, desnutrición y anemia.

“Hemos visto como consecuencias directas del huracán a personas con infecciones respiratorias y diarreicas”, dice Reinaldo Ortuño, coordinador de actividades médicas de Médicos Sin Fronteras (MSF) en México y Centroamérica, fundación que realiza una campaña de salud en la localidad de El Potrerillo, que resultó severamente afectado.

La Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro) informó que los primeros días después del azote del huracán Otis, de los pacientes atendidos por los servicios de salud, 25% presentó infección aguda respiratoria, 20% hipertensión arterial, 8% enfermedad diarreica aguda y 4% traumatismos.

La recolección de desechos debe ser una prioridad

En el largo plazo, otro tipo de enfermedades como la lepra, el zika, el chinkungunya, el cólera y la leptospirosis se pueden presentar si no se atiende el problema de desechos que dejó Otis, tras su sorpresivo arribo el 25 de octubre.

La basura se ha acumulado en distintos puntos del estado, y los servicios de recolección de desechos no operan con regularidad debido a los daños en los caminos y carreteras. El hedor de los cuerpos en descomposición de animales y desechos orgánicos arropa la atmósfera de Acapulco y Coyuca de Benítez, las zonas más afectadas por el huracán, además de Chilpancingo.

"Ya apesta. Ya urge que se recoja y que se muevan más las autoridades", reclama Laura Salvide, temerosa de que se desate una epidemia. Además, se queja además de que no tiene agua en casa.

Ortuño, de Médicos Sin Fronteras, coincide en que “si el abastecimiento y el saneamiento del agua no se mejora hay riesgo de epidemias y se presenten más casos de tifoidea. Se convertiría en un problema grande”.

Por si fuera poco, el agua estancada es el criadero perfecto para los mosquitos que transmiten el zika, el chinkungunya, advierte la Organización Mundial de la Salud, por lo que debe ser una prioridad retirar los escombros que dejó Otis que pasó de tormenta tropical a huracán de categoría 5 en un tiempo récord de 12 horas.

Ortuño explica que enfermedades transmitidas por vectores como la malaria y el dengue también representen un riesgo ya que “Guerrero es una población con un historial de dengue y va a aumentar la proliferación de mosquitos y con ello repuntarían los casos”. De acuerdo con datos de la Secretaría de Salud hasta el 28 de octubre pasado, en Guerrero se habían detectado 1,855 casos acumulados de dengue.

Otros padecimientos podrían parecer menores, pero afectan la calidad de vida de los guerrerenses, como los problemas en la piel como la dermatitis y la onicomicosis. “El polvo está causando conjuntivitis y problemas en la piel y esto va a incrementar en los próximos días”, agrega.

Enfermedades crónicas están desatendidas

La fundación MSF llegó a Guerrero para apoyar al sistema de salud de Acapulco tras la emergencia causada por Otis en esta ciudad de 780,000 habitantes.

Ortuño explica que “se están restableciendo poco a poco los sistemas de salud en donde la mayoría de las personas conseguía los medicamentos, pero todavía no están completamente funcionales. Los médicos no están presentes, o no tienen suficiente personal”, por lo que los pacientes con problemas crónicos también tienen graves afectaciones a la salud.

“Tenemos enfermos con diabetes que tienen niveles de glucosa súper elevados porque no han tomado su medicación durante este tiempo (...) es importante que se les dé una atención continua de los pacientes que ya están en tratamiento crónico por que se les puede provocar una descompensación”, dice el coordinador de actividades médicas.

Juan Jassiel Zárate acudió a la clínica móvil de MSF y contó que, cuando fue al hospital de la localidad, le dijeron que solo estaban respondiendo a las urgencias y no contaban con las medicinas para tratar su condición. “Antes de Otis me atendían una vez al mes y me entregaban los medicamentos, pero después de esto quién sabe cuándo se va a normalizar la situación”, lamentó.

Otros padecimientos crónicos como la hipertensión, problemas renales o con VIH están siendo desatendidos y por ello han surgido campañas con activistas y organizaciones para garantizar el tratamiento. La UAGro y la organización VIHVE LIBRE se unieron para brindar apoyo a los residentes de Acapulco que viven con VIH o sida. “Hemos establecido una red médica segura, confidencial y profesional para proporcionar tratamiento con antirretrovirales”, informó la universidad en sus redes sociales.

La salud mental es un tema esencial que muchas veces se deja de lado

La experiencia de vivir y sobrevivir a un fenómeno natural como Otis ha dejado secuelas emocionales y mentales en tanto en pobladores como en turistas que tuvieron que ser evacuados de la zona. Hay quienes perdieron a un miembro de su familia y hay quienes perdieron todo lo material. En Acapulco, 274,000 viviendas y 600 hoteles resultaron afectados por el ciclón.

El estrés postraumático es una de las afectaciones mentales más frecuentes entre los niños y las personas de edad avanzada tras este evento meteorológico, que golpeó con mayor fuerza durante las horas oscuras de la madrugada.

Tanto la Secretaría de Salud, como los médicos de la organización MSF han realizado terapias grupales en las que tratan de atender esta problemática a la que “muchas veces no se le da mucha atención porque no es considerada importante la salud mental”, comenta Ortuño.

“Hay pacientes que están bajo tratamientos psiquiátricos como depresión y ansiedad y son personas que necesitan su medicación”, agrega.

“Las brigadas móviles que estaba prestando la Secretaría de Salud cuentan con ese servicio, pero de momento no están llegando a muchos sectores. Es importante remarcar que la afectación está ahí. Las personas cuando ven que comienza a nublarse o se acercan las lluvias vuelven a sentir ese temor es importante apoyarlas en ese sentido”, cuenta el representante de MSF.

Víctimas indirectas del huracán Otis

Mucho después de que la vida vuelva a la normalidad e incluso de que terminan las labores la reconstrucción, los sobrevivientes de huracanes siguen sufriendo secuelas físicas y mentales, algo que no queda reflejado en los conteos iniciales de muertos y heridos por el desastre natural.

Aunque es común que los decesos después del impacto de un huracán en tierra no sean considerados dentro de las cifras de muertes, el índice de mortalidad suele aumentar en los meses posteriores a un huracán, tal y como revela una revisión sistemática publicada en 2012 en Enviroment International.

Tras el huracán Katrina, por ejemplo, el índice de mortalidad en Nueva Orleans fue casi 50% superior al normal hasta diez meses después de la catástrofe.

Otro ejemplo es huracán María de categoría 5 que afectó con más fuerza a Puerto Rico, República Dominicana y Estados Unidos, septiembre de 2017. En esos lugares, las principales causas de exceso de mortalidad fueron enfermedades cardíacas, diabetes, enfermedad de Alzheimer y septicemia.

Puerto Rico registró casos de leptospirosis después del huracán María según sus propios récords, con 26 muertes a causa de este padecimiento que se transmite a través del agua y el suelo, especialmente después tormentas e inundaciones. Es por ello que algunos médicos opinan que esas cifras deberían de contarse dentro de métricas de las víctimas del fenómeno natural.

“Todo efecto climatológico como este tiene consecuencias directas como las personas que murieron a causa del huracán, y las personas que no están teniendo acceso ni continuidad de tratamiento (...) Es una consecuencia indirecta del huracán”, dice Ortuño.

Qué están haciendo las autoridades mexicanas para atender los problemas de salud

El gobierno mexicano dice que ha implementado una “coordinación única y centralizada” con el fin de restablecer los servicios públicos y atender a la población afectada por Otis, a través de diferentes dependencias gubernamentales del sector salud.

“Ante esta situación elevadamente compleja, la prioridad reside en llevar a cabo acciones sistematizadas en función de un objetivo común: la protección de la población”, dice el Instituto Nacional de Salud Pública en un comunicado.

El plan consiste, en primera instancia, en garantizar el acceso a un refugio para quienes perdieron sus viviendas, así como proporcionar agua de buena calidad y en cantidad suficiente para toda la población.

La siguiente etapa consiste en fomentar buenas condiciones de higiene, brindar seguridad alimentaria, implementar actividades encaminadas a prevenir las enfermedades transmisibles, y llevar a cabo otras actividades de promoción de la salud.

De momento se ha criticado el actuar del gobierno mexicano ante la crisis que dejó Otis en Guerrero, pero sobre todo al no alertar a la población debidamente ante la llegada del ciclón, lo cual repercutió severamente en las consecuencias que el huracán dejó a su paso.

Carolina Gómez Vinales, consultora especialista en salud pública, dijo a El Economista que “el presidente (Andrés Manuel López Obrador) decía que sí veía que iba a ser “cañón” (el impacto del huracán) pero pues que no pensó en más que mandar un tuit, cuando en el gobierno federal debe haber protocolos de protección civil y protocolos de salud pública que evidentemente no se usaron ni se aplicaron”.

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