Los fieles de Nikki Haley siguen siendo un problema para Trump en noviembre
Donald Trump arrasó en las primarias que se realizaron en Wisconsin, Nueva York, Connecticuit y Rhode Island este martes. Lo que no se esperaba era que la votación dejara algunas advertencias sobre el comportamiento del electorado que pueden complicarle las elecciones de noviembre.
Se trata de la persistencia de un voto duro moderado que sigue seleccionado a Nikki Haley, a pesar de que ella se retiró de la competencia hace ya un mes.
Pero su nombre, al igual que el del gobernador de Florida Ron DeSantis, el exgobernador de Nueva Jersey Chris Christie y otros continúa apareciendo en las boletas. Y algunos la escogen como manera de expresar su rechazo a Trump.
La importancia de Wisconsin en las elecciones
En Wisconsin, el estado que era más observado del grupo que fue a primarias el pasado martes por tratarse de un territorio disputado entre demócratas y republicanos, Trump no llegó al 80% de la votación. Haley logró un 12% de los votos, aproximadamente 70,000 sufragios.
En total, unos 100,000 votos fueron a candidatos que no eran Trump o a la categoría “sin instrucciones”, lo que hace pensar que sigue existiendo un núcleo duro que no votará por el expresidente en las primarias, aunque posiblemente algunos lo hagan en las presidenciales.
En 2016, Trump ganó Wisconsin a Hillary Clinton por 23,000 votos, uno de los estados que le dio la victoria en el Colegio Electoral, pese a haber quedado por debajo en el voto popular a nivel nacional frente a la demócrata.
En 2020 fue Biden quien se benefició de unos 21,000 votos sobre Trump para quedarse con Wisconsin.
Por eso, los 100,000 republicanos que no votaron por Trump son vistos como un problema potencial para los planes del expresidente de regresar a la Casa Blanca, dada la importancia de Wisconsin como “estado péndulo” que ayuda a definir las elecciones generales.
Biden corteja a los votantes de Haley
La persistencia de los votos de Haley, la punta de la lanza de los que se oponen a Trump dentro del Partido Republicano, es algo que busca explotar la campaña de Biden:
En avisos lanzados esta semana, los demócratas le recordaron a esos votantes que “Si votaste por Nikki Haley (en las primarias) Donald Trump no quiere tu voto”.
De acuerdo con el planteamiento de la campaña de Biden, “Trump ha dejado claro que no está remotamente interesado en alcanzar a los independientes, moderados o simpatizantes de Nikki Haley”.
La pieza muestra varias ocasiones en las que Trump fustigó a los seguidores de Haley, su exembajadora ante la ONU, llamándola “cerebro de pájaro” o RINO (siglas para identificar a los Republicanos Solo en Nombre / Republicans in Name Only).
En un pasaje se escucha a Trump decir que no necesitaba los votos de Haley, luego de que esta no le diera el apoyo explícito al dejar la carrera por la nominación, como sí hicieron los demás contendores.
La diferencia del votante de las primarias y el de las generales
Y si bien es cierto que el exmandatario no necesita ahora los votos de los que preferían a Haley para amarrar la nominación presidencial republicana, otra puede ser la historia cuando se trata de las presidenciales de noviembre.
Históricamente, los moderados e independientes definen la balanza en los comicios estadounidenses. Con su discurso radical que gusta a la derecha republicana, en 2020 Trump perdió en parte por su falta de arrastre entre sectores suburbanos y el voto femenino.
Este año, Trump adereza su mensaje con la insistencia en la mentira del "fraude electoral" del que nunca fue víctima.
Y aunque algunas encuestas muestran que hasta un 60% de los votantes republicanos piensan que, en alguna medida, Biden logró la presidencia ilegítimamente, hay un porcentaje de conservadores que considera que esa falsa narrativa no es buena para la salud de la democracia estadounidense.
En un país en el que la presidencia se define por los votos del Colegio Electoral y unos estados tienen más peso que otros en esa distribución, unos pocos miles en estados péndulo pueden marcar la diferencia.
