Esta es la razón por la que no encuentras la calabaza perfecta para Halloween
Fantasmas, vampiros, brujas y telarañas son parte de la decoración de las casas en Estados Unidos durante Halloween. Un elemento que no debe faltar son las tradicionales calabazas con caras esculpidas colocadas en los porches, sin embargo, este año su cosecha se vio severamente afectada.
Para algunos agricultores de estados como Texas, Nuevo México y Colorado, la cosecha de calabazas de este año fue un recordatorio de los problemas hídricos que afectan al suroeste y el oeste del país, a medida que el cambio climático provocado por el hombre exacerba la sequía y los calores extremos.
Algunos agricultores perdieron el 20% o más de sus cosechas previstas; otros más dejaron algunas tierras sin cultivar debido a la sequía. Además, el costo de la mano de obra y la inflación también han afectado sus márgenes de ganancias.
Cambio climático y sequías ponen en riesgo los cultivos
Las calabazas pueden sobrevivir al calor y a la sequía hasta cierto punto, pero el calor de este verano —que ha batido récords mundiales y ha llevado las temperaturas a más de 100 grados Fahrenheit a los campos agrícolas de todo el país— “ha sido demasiado”, afirmó Mark Carroll, experto de Texas A&M para el condado de Floyd, que él llama la "capital de la calabaza" del estado.
"Es uno de los peores años que hemos tenido en mucho tiempo", dijo Carroll. Las altas temperaturas afectaron las cosechas, ya que las calabazas necesitan un tiempo más fresco para ser cosechadas o, de lo contrario, pueden descomponerse durante el proceso de envío. En ocasiones se desintegran incluso antes de llegar a las tienda.
Este año hizo tanto calor en la temporada de cosecha en Texas que los agricultores tuvieron que decidir si cosechaban las calabazas en el momento habitual o mejor esperaban con el riesgo de perderse el comienzo de la temporada.
Para agravar el problema, el riego de los cultivos cuesta más porque el nivel de las aguas subterráneas sigue bajando, lo que hace que las facturas de energía de algunos agricultores para bombear agua asciendan a miles de dólares cada mes. "Nuestro verdadero problema son las aguas subterráneas, la falta de humedad profunda y la falta de agua en el acuífero", contó el agricultor Steven Ness.
Se trata de un problema que probablemente no desaparecerá porque los acuíferos pueden tardar cientos o miles de años en volver a llenarse tras un uso excesivo, y el cambio climático está reduciendo precisamente la lluvia y la nieve necesarias para que vuelvan a llenarse en el árido oeste.
Alan Mazzotti, otro agricultor, comentó que pese a las condiciones él seguirá cultivando calabazas un tiempo más, pero "no hay futuro después de mí", dice. "Mis hijos no cultivarán".
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