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Agricultura

Por años cultivaron para otros, pero ahora producen en sus propias tierras y dan trabajo a más mexicanos

En la Michigan rural, los esposos Albina Pérez y Paulino Martínez tienen más de 20 años sembrando y cosechando en el campo. Allí nacieron y crecieron sus hijos. Con esfuerzo y sacrificios, esta familia hispana logró lo que muchos migrantes sueñan: tener un negocio propio en Estados Unidos.
Publicado 22 Oct 2022 – 10:59 AM EDT | Actualizado 22 Oct 2022 – 10:59 AM EDT
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CONKLIN, Michigan.- Paulino Martínez y Albina Pérez tienen 25 años casados y trabajando juntos como agricultores en Michigan. La mayor parte de ese tiempo cultivaron y cosecharon para otros, pero desde 2015 la familia, oriunda de Querétaro, al centro de México, ha ido levantado su propio negocio de manzanas, zucchini y calabaza dura.

Paulino Martínez dice que 2022 ha sido un año bueno para la familia: llenaron entre 1,600 y 1,800 cajas solo de manzanas. La producción ha estado mejor que durante los años de la pandemia.

Los esposos cuentan que para tener su propia cosecha han hecho sacrificios por años. El mayor: la familia. "No puedes estar todo el tiempo con tus hijos, no puedes ir a los eventos de tus hijos porque estás haciendo los cimientos de algo que quieres que crezca", señala él. "Sacrificamos tiempo con mis hijos, de salir a pasear, de comprarles algo. Para nosotros no ha habido fines de semana porque el trabajo no lo permite", lamenta ella. Ese tiempo no lo tuvieron cuando eran empleados y tampoco lo tienen ahora.

Paulino llegó a Estados Unidos con 15 años. Conocía a Albina porque eran del mismo rancho en México. Cuando regresó a buscarla para pretenderla, sus padres se la habían llevado a Florida para trabajar en el campo. Así que él decidió ir a por ella. Dice que al encontrarla la enamoró con palabras, porque no había suficiente dinero para cortejarla ni con cenas, ni con flores y ni siquiera con chocolates. Ella lo aceptó, se casaron y tuvieron cinco hijos que también han ayudado a levantar el negocio familiar bautizado Martínez Harvesting.

La empresa comenzó en 2015, cuando el dueño de las tierras murió. Paulino Martínez y su esposa habían trabajado desde 2004 con él. El esposo cuenta que tenía una "conexión bonita" con su patrón y la familia. Cuando les preguntó qué pasaría con su empleo, ellos le respondieron: "Quédate con el rancho, Paulino. Es tuyo, sigue trabajando". Y así comenzó para los Martínez Pérez la aventura de ser productores.

"Cuando veo la producción que sale me siento bien. Y cuando veo a las personas que trabajan, cuando se les paga su cheque, me siento bien de ver que están ganando más de lo que ganarían en México para ayudar a sus familias", cuenta Pérez sentada a la sombra de un árbol y entre decenas de cajas de calabaza dura que empaquetó con dos de sus hijos. "Me siento bien de ver que estamos aportando algo para ayudar a más familias".

"Soy trabajador agrícola"

Paulino Martínez asegura que pese a los sacrificios no cambiaría su historia. Se siente orgulloso de ser uno de los tres productores del campo mexicanos que dice conocer en Michigan, un estado donde la mayoría de la población (79%, según cifras del Censo para 2021) es blanca.

"Con mucho orgullo lo digo: yo soy trabajador agrícola", dice sonriente. Y por sus orígenes asegura que no entiende cómo hay granjeros que maltratan a sus campesinos. Los esposos sienten que al ser los dueños tienen ahora una gran responsabilidad: "Sin el trabajador agrícola somos nadie. Sin ellos no levantaríamos la cosecha", asegura él.

Albina Pérez agrega que su familia ha piscado por años lo mismo que piscan en sus tierras: "Sabemos lo que se sufre, lo que es piscar a altas y bajas temperaturas. Por eso valoramos lo que hacen por nosotros. Lo más importante es que se les brinde respeto, que se les trate como seres humanos".

Ella reconoce que no todos sus hijos sienten el mismo amor que ellos por el trabajo en el campo. Sin embargo, asegura que no deja de recordarles lo orgullosa que se siente porque "somos los que producimos, somos los que piscamos lo que la gente se lleva a la mesa".

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