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Bosque del Darién

Panamá y Colombia no protegen a los migrantes en la ruta del Darién, según HRW

Colombia y Panamá no protegen a cientos de miles de migrantes que cruzan la selva del Darién camino a Estados Unidos, y que se han vuelto cada vez más vulnerables a los robos y la violencia sexual, según un reporte publicado el miércoles por Human Rights Watch.
Publicado 4 Abr 2024 – 05:51 AM EDT | Actualizado 4 Abr 2024 – 05:52 AM EDT
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La organización defensora de los derechos humanos Human Rights Watch (HRW) acusó este miércoles a los gobiernos de Panamá y de Colombia de "no proteger" a los cientos de miles de migrantes que cruzan la inhóspita selva del Darién en su camino hacia Estados Unidos.

En un informe de 120 páginas, la organización también acusó a ambos gobiernos de no investigar "adecuadamente" las denuncias de los migrantes sobre violaciones sexuales y otros delitos que sufren durante su paso por esta jungla situada en la frontera entre ambas naciones.

La ONG pidió a los dos países que nombren funcionarios de alto nivel para coordinar la respuesta a la crisis humanitaria que se desarrolla en el Darién y recomendó que sus gobiernos colaboren para mejorar la seguridad y asegurar más asistencia de grupos internacionales.

Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), 245 personas desaparecieron entre 2021 y marzo de 2023, afirmó HRW. "Es posible que la cifra real sea mucho mayor", apuntó HRW.

Esta inhóspita selva se ha convertido en un corredor para los migrantes que tratan de llegar desde Sudamérica a Estados Unidos a través de América Central y México.

Por allí pasaron caminando más de 520,000 personas en 2023 y otras 110,000 en lo que va de este año, según cifras oficiales panameñas.


Los viajeros, en su mayoría venezolanos, haitianos, ecuatorianos, colombianos y chinos tardan de tres a cinco días, y tienen que pagar a guías y contrabandistas para que les lleven por caminos embarrados en los que enfrentan animales salvajes y traicioneros cruces de ríos. Docenas de personas se han ahogado.

“Sea cual sea el motivo de su viaje, los migrantes y solicitantes de asilo que cruzan el tapón del Darién tienen derecho a condiciones mínimas de seguridad y al pleno respeto de sus derechos humanos durante el viaje”, dijo Juanita Goebertus, directora de la División de las Américas de Human Rights Watch, en un comunicado antes de la publicación del reporte.

HRW llama a Panamá a que permita que MSF trabaje en el Darién

Goebertus también pidió al gobierno panameño que reconsidere una decisión reciente de suspender la autorización de Médicos Sin Fronteras (MSF), una organización benéfica médica, para operar en su territorio.

“Restringir el trabajo de MSF es exactamente lo contrario a lo que se necesita para abordar la situación en el tapón del Darién”, señaló Goebertus.

MSF asegura que ha atendido a más de 1,300 personas por violencia sexual entre abril de 2021 y enero de 2024, en casos donde hay un subregistro, y después de esas denuncias, las autoridades panameñas les vetaron de dar atención en el país.

"La solución no es expulsar una organización como MSF, es tomarse en serio el tipo de casos que están siendo denunciados luego de que hay atención médica por parte de una organización humanitaria y tomarse la tarea de investigarlos, juzgarlos y sancionarlos que es lo que Panamá no está haciendo", apuntó Goebertus.

El lado colombiano, controlado por el Clan del Golfo

El lado colombiano del Darién está controlado por el Clan del Golfo, un cartel del narcotráfico que cobra impuestos a los guías locales y gana hasta 125 dólares por cada migrante que cruza a Panamá, según estimaciones proporcionadas a HRW por militares colombianos y citadas en el informe previo del grupo sobre el Darién, publicado en noviembre.

De esta forma, se estima que el Clan del Golfo recibió el año pasado unos 68 millones de dólares

Es paradójico que sea un grupo criminal el responsable de la seguridad de los migrantes: "La documentación que hemos hecho es que el control criminal que hace el Clan del Golfo del lado colombiano, lo que busca es evitar que se cometan por parte de estos grupos criminales más pequeños distintos tipos de delitos que alertarían a las autoridades y que afectarían el tráfico de drogas que controlan", apuntó la directora de HRW para las Américas.

Pero revela una gran negligencia del Estado colombiano en su deber de protección y garantía, y también del panameño, pues es en su territorio donde se cometen casi todos los crímenes.

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La responsabilidad de Panamá en la situación de los migrantes

"Hemos documentado que, usualmente, cuando se cruza la frontera a Panamá es donde más ocurren casos de hurtos, casos gravísimos de violencia sexual sobre todo contra mujeres y personas LGTBI, casos de desaparición forzada e incluso de homicidio", apuntó Goebertus, en declaraciones a EFE.

En la parte panameña son sobre todo "bandas más pequeñas, no necesariamente articuladas", que cuando llegan los grupos de migrantes "los detienen, les roban sus pertenencias, los separan entre nacionalidades y por género; ahí es donde más ocurre la violencia sexual".

Al separar a los grupos de mujeres y niñas comienzan las extorsiones, bajo la amenaza de violarlas: "Se da precisamente como una especie de castigo frente a la no-entrega de ciertos recursos".

Ante una crisis que no va a cesar, y que es muy probable que se acentúe, ante la situación inestable electoral en Venezuela, HRW hizo un llamado a que "Panamá y Colombia se pongan serios en su responsabilidad internacional".

Colombia tiene una "falta de estrategia" clara ante este flujo, dejándolo a control del Clan del Golfo, y Panamá tiene una forma de abordarlo "muy desafortunada", pues "no se concentra en los derechos de los migrantes, sino de trasportarlos rápido —a veces de forma forzada— hacia la otra frontera".

Con información de EFE, AFP y AP.

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