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Las escasas opciones para que salga adelante el proyecto de ley bipartidista para proteger a los dreamers

La iniciativa presentada en el Senado propone darle una residencia condicional a por lo menos un millón de jóvenes indocumentados que entraron a Estados Unidos antes de cumplir los 17 años.
21 Jul 2017 – 03:18 PM EDT
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Un día después de la presentación del proyecto de ley Dream Act 2017 por parte de los senadores Richard Durbin (demócrata por Illinois) y Lindsey Graham (republicano por Carolina del Sur), comienzan a dibujarse los posibles escenarios que impactarán en el futuro inmediato de por lo menos un millón de jóvenes indocumentados.

La realidad es que resulta muy difícil que pudiera salir adelante esta iniciativa bipartidista, por los requisitos que debería cumplir para apobarse y porque la Casa Blanca ha dicho que lo vetaría si reuniese los apoyos suficientes en el Congreso.

Mientras, cientos de miles de jóvenes indocumentados en todo el país elaboran estrategias para actuar en distintos escenarios, conscientes de las pocas posibilidades de este proyecto y de las nuevas amenazas que pueden surgir en su camino.

Escenario 1: el Senado

Si bien el proyecto de ley Durbin-Graham es bipartidista, necesita un mínimo de 60 votos para ser aprobado. Es decir, descontando el voto de Durbin tiene que sumar los otros 45 votos demócratas, los dos votos independientes y al menos tres votos republicanos. Por el lado republicano sólo figura el nombre de Graham, pero los dreamers miran de cerca de otros tres senadores republicanos que, junto con el legislador de Carolina del Sur, en el 2013 integraron el Grupo de los Ocho: John McCain (Arizona), Marco Rubio (Florida) y Jeff Flake (Arizona).

McCain se encuentra temporalmente ausente con licencia médica a causa de un cáncer cerebral, Rubio abandonó el apoyo a la reforma migratoria en el 2013, y Flake no figura como patrocinador del actual proyecto.

“Este escenario es muy difícil”, dijo Janet Murguía, presidenta de UnidosUS, el grupo hispano más importante de Estados Unidos, que hasta junio se llamó durante décadas Consejo Nacional de La Raza (NCLR).

Escenario 2: la Cámara de Representantes

Por ahora no hay indicio que esta instancia presente un Proyecto como el de Durbin y Graham. Entre marzo y abril hubo esfuerzos por redactar un proyecto, pero las conversaciones se estancaron por desacuerdos dentro de la bancada demócrata. Y sin un plan en la Cámara las posibilidades de aprobar una ley para legalizar permanentemente a los dreamers se esfuman.

La oficina del representante Mike Coffman (republicano por Nevada) dice que por ahora nada puede decirse “con exactitud”, pero que el sentimiento en la Cámara (de Representantes) “es que algo tiene que ser aprobado”. Agregó que el gobierno del presidente Trump “tiene que aclarar qué piensa hacer sobre DACA, para así buscar el vehículo legislativo más apropiado”.

Escenario 3: que nada cambie

Si el proyecto de ley en el Senado no avanza y muere, el futuro de los dreamers seguirá siendo incierto como hasta ahora. El presidente Donald Trump ha dicho varias versiones sobre el tema. Durante la campaña advirtió que cancelaría la protección de los dreamers y los deportaría, después que apoyaba una ley del Congreso para legalizarlos y, por último, que estaba revisando opciones.

“No ha sido claro en este tema”, dice la dreamer Erika Andiola. “Estamos viendo opciones y definiendo estrategias”.

Escenario 4: que Trump lo pare

Es el escenario menos probable, sobre todo teniendo en cuenta que la Casa Blanca dijo esta semana que el presidente vetará cualquier ley sobre el tema que le envíe el Congreso. En la víspera de la presentación del plan Durbin-Graham, el director de asuntos legislativos de la Casa Blanca, Marc Short, advirtió el rechazo por parte del mandatario.

La amenaza sobre DACA

A estos cuatro escenarios se suman las preocupaciones sobre el futuro de DACA, luego que en junio una decena de estados encabezados por Texas le fijaron un ultimátum al fiscal general Sessions hasta el 5 de septiembre para que cancele el programa.

Los fiscales generales de los 10 estados detractores advirtieron que si Sessions no actúa, demandarán la Acción Ejecutiva del presidente Barack Obama (que frena temporalmente las deportaciones de unos 788,000 dreamers) en el mismo tribunal que el 16 de febrero de 2015 detuvo la implementación de DAPA, que protegía de la deportación a 5 millones de indocumentados padres de ciudadanos y residentes legales permanentes.

Los dreamers señalan que, si el gobierno de Trump cancela DACA y el tribunal lo suspende, los casi 800,000 dreamers quedarían al borde de la deportación. “Nosotros no queremos eso”, dice Andiola. “Toda nuestra atención en estos momentos está puesta en proteger DACA, en que el gobierno no lo cancele para que luego el Congreso vea que hace por medio de una legislación. Tampoco queremos que usen DACA para entonces crear más legislación en contra el resto de los indocumentados”.

De ser cancelado DACA, los poco más de 788,000 indocumentados protegidos de la deportación volverían a su estado migratorio anterior, es decir, indocumentados. Y se colocarían en la mirilla de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) al igual que el resto de los millones de inmigrantes no autorizados para ser arrestados y expulsados de Estados Unidos.

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