"El océano me salvó la vida": la joven que escapó de los devastadores incendios de Hawaii sumergida durante horas en el mar
Annelise Cochran, una joven de 30 años natural de Maryland, lleva siete años viviendo en Lahaina, Hawaii. Trabaja para la organización sin fines de lucro Pacific Whale Foundation y es una nadadora experimentada, una habilidad que puede haberle salvado la vida.
Cuando el pasado martes los incendios que han devastado Maui y dejan ya más de cien muertos empezaron a acercarse a su casa, tomó algunas pertenencias, objetos de valor sentimental y a un pájaro que tenía como mascota, se montó en su auto y decidió alejarse de allí. Sin embargo, las llamas le bloquearon el paso en la carretera y comprendió que no conseguiría seguir avanzando.
Un edificio muy próximo a su coche comenzó a arder, por lo que Cochran entendió que su única escapatoria era el mar.
En medio de la confusión y el terror, vio a dos de sus vecinos en una situación similar a la suya. Los tres saltaron el muro del malecón y se refugiaron en las enormes rocas negras junto al mar, para escapar de las llamas. Pero enseguida tuvieron que meterse al agua. Y allí pasaron varias horas.
Entre el frío, el humo y el vapor de los fuegos, la joven abrazaba a su vecina Edna para entrar en calor mientras a pocos metros el incendio arrasaba con todo.
"Nos sumergimos completamente, mantuvimos nuestros rostros lo más abajo posible al punto de respirar apenas en la superficie del agua porque el aire era muy agrio".
Su otro vecino, un hombre de 86 años que estuvo con ellas, no consiguió sobrevivir a toda la noche en aquellas circunstancias.
“Fue lo más cerca que me he sentido de la muerte”, dijo Cochran en una entrevista telefónica a la AFP días después de aquella pesadilla. Probablemente, sus conocimientos del mar le permitieron sobrevivir. "Me siento muy afortunada de tener esa conexión con el océano porque creo que me ayudó a mantenerme a salvo aquella noche. El océano me salvó la vida", declaró.
Entre el frío y la aspiración de humo, ambas mujeres empezaron a sufrir alucinaciones y perder la consciencia, sin apenas poder respirar. Cochran recuerda que había ratos en los que no sabía dónde estaba y solo volvía a la realidad cuando el agua golpeaba fuertemente su cara.
Uno de los peores momentos, rememora en otra entrevista, fue cuando los autos que fueron abandonados en la carretera comenzaron a explotar. "Fueron estallando uno por uno. Fue increíblemente aterrador y podía sentir temblar el suelo”, detalló.
Alrededor de las 9:30 pm Cochran consiguió llamar al 911, gracias a que su teléfono se había conservado en las rocas, pero, superados por la tragedia, en el número de emergencias le dijeron que aún no había forma de rescatarlos.
Al menos una hora y media después, vieron a un barco de la Guardia Costera rescatando a varias personas que estaban en el mar, pero no podían acercarse a la rocosa orilla en donde ambas mujeres y otras decenas de personas se aferraban a las piedras para mantenerse a salvo.
No fue hasta ocho horas después, rescatadas por los bomberos, que Cochran, su vecina y otros pudieron salir de allí. Habían estado al menos cinco horas prácticamente sumergidas en el agua.
La joven recuerda que a veces el frío era tal que tenían que subir a las piedras para que el aire caliente de los fuegos la calentaran un poco. Tiene las piernas y brazos llenos de cortes y quemaduras.
"Pensar que perdimos nuestra hermosa Lahaina, y nuestros recuerdos aquí. Saber que no podré caminar por la Front Street de nuevo. Es incomprensible", dijo Cochran a la AFP, con voz entrecortada y entre lágrimas. "Pero me siento bendecida por la vida y feliz de estar aquí. Es lo más importante", añadió.
La joven piensa regresar a Washington DC con sus padres por un tiempo, para sanar y procesar toda la tragedia vivida en Hawaii. Pero recuerda que otras personas en la isla no tienen su misma suerte, y que muchos sobrevivientes están realmente enfadados con las autoridades. "Lo que ocurrió, en mi opinión, roza la negligencia", declaró.
Con información de AFP.
