Al menos 80 muertos y más de 240 heridos en un extraño ataque con drones en una graduación militar en Siria
Al menos 80 personas murieron y más de 240 resultaron heridas este jueves en un ataque con drones a una concurrida ceremonia de graduación militar en la ciudad siria de Homs.
Se trata de uno de los ataques más mortíferos contra el ejército de ese país devastado por años de guerra civil y por un terrible terremoto en febrero, que afectó vastas regiones del norte y el oeste del país, y cuyos esfuerzos de reconstrucción han sido obstaculizados por las hostilidades.
El ataque mató a civiles, incluidos seis niños, así como a personal militar, y existe la preocupación de que el número de muertos pueda aumentar, ya que muchos de los heridos se encuentran en estado de gravedad, dijo el Ministerio de Salud.
El ejército sirio dijo en una declaración anterior que drones cargados con explosivos apuntaron a la ceremonia repleta de jóvenes oficiales y sus familias cuando estaba concluyendo. Acusó del ataque a insurgentes “respaldados por fuerzas internacionales conocidas”, sin nombrar a ningún grupo en particular, y dijo que “responderá con toda la fuerza y decisión a estas organizaciones terroristas, dondequiera que existan”.
Ningún grupo se atribuyó de inmediato la responsabilidad del ataque ocurrido mientras Siria atraviesa su decimotercer año de conflicto.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, “expresó su profunda preocupación” por el ataque con drones en Homs, así como por los informes de bombardeos en represalia en el noroeste de Siria, dijo su portavoz Stéphane Dujarric. Guterres condenó toda violencia y pidió un alto el fuego en todo el país, añadió el portavoz.
El ejército no proporcionó cifras de víctimas, pero la televisión estatal siria dijo que el gobierno anunció un estado de luto de tres días a partir del viernes.
Más de 12 años de guerra civil en Siria
La crisis de Siria comenzó con protestas pacíficas contra el gobierno del presidente Bashar Assad en marzo de 2011, pero rápidamente se transformó en una verdadera guerra civil después de la brutal represión del gobierno contra los manifestantes.
La marea cambió a favor de Assad contra los grupos rebeldes en 2015, cuando Rusia proporcionó un respaldo militar clave a Siria, así como a Irán y al grupo militante libanés Hezbollah.
Hasta ahora, la guerra ha matado a medio millón de personas, ha herido a cientos de miles y ha dejado muchas partes del país destruidas. También ha desplazado a la mitad de la población siria de antes de la guerra, de 23 millones de habitantes, incluidos más de cinco millones que son refugiados fuera de Siria.
Si bien la mayoría de los gobiernos árabes han restablecido los vínculos con el gobierno de Damasco, Siria sigue dividida, con un enclave en el noroeste bajo el control de militantes del grupo Hayat Tahrir al-Sham vinculados a Al Qaeda y combatientes de la oposición respaldados por Turquía. El noreste del país está bajo control de las Fuerzas Democráticas Sirias lideradas por los kurdos, respaldadas por Estados Unidos.
La ciudad de Homs se encuentra en lo profundo del territorio controlado por el gobierno, lejos de las líneas del frente donde el gobierno y las fuerzas rebeldes se enfrentan habitualmente.
Después del ataque con drones, las fuerzas del gobierno sirio bombardearon aldeas en la provincia de Idlib, en el noroeste controlado por los rebeldes. En las ciudades de Al-Nayrab y Sarmin, al este de la ciudad de Idlib, al menos 10 civiles resultaron heridos, según la organización de defensa civil del noroeste de Siria, controlada por la oposición, conocida como Cascos Blancos. Las fuerzas gubernamentales continúan bombardeando otras zonas del enclave controlado por los rebeldes.
El ejército sirio bombardeó otra aldea de la región el jueves antes del ataque con drones sobre Homs, matando al menos a cinco civiles, dijeron activistas y trabajadores de emergencia. Según los Cascos Blancos, el bombardeo alcanzó una casa familiar en las afueras de la aldea de Kafr Nouran, en la provincia occidental de Alepo.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, un observador de guerra de la oposición con sede en Reino Unido, una mujer y cuatro de sus hijos murieron en el ataque, mientras que nueve miembros de la familia resultaron heridos.
La gran mayoría de los alrededor de 4.1 millones de personas que residen en el noroeste de Siria viven en la pobreza y dependen de la ayuda humanitaria para sobrevivir. Muchos de ellos son sirios, desplazados internamente por la guerra desde otras partes del país.
En el noreste de Siria, las autoridades locales dijeron que los ataques con drones turcos afectaron el jueves las provincias de Hassakeh y Qamishli, afectando instalaciones de producción de petróleo, subestaciones eléctricas y una presa. Un comunicado de las autoridades kurdas locales dijo que seis miembros de sus fuerzas de seguridad y dos civiles murieron.
Estados Unidos derriba un dron turco
Mientras tanto, tres funcionarios estadounidenses dijeron a The Associated Press que un avión de combate estadounidense F-16 derribó el jueves un avión no tripulado turco que se acercó demasiado a sus posiciones en Hassakeh después de haber estado lanzando bombas en áreas cercanas.
Estados Unidos tiene alrededor de 900 soldados en Siria realizando misiones para contrarrestar a los militantes del grupo Estado Islámico.
Turquía no hizo comentarios de inmediato sobre los ataques, pero Ankara dijo que la principal milicia kurda siria está aliada con el proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán de Turquía (PKK), que ha liderado una insurgencia contra Turquía desde 1984 que ha matado a decenas de miles de personas. Ankara ha declarado al PKK grupo terrorista.
Las fuerzas kurdas sirias fueron un importante aliado de Estados Unidos en la guerra contra el grupo militante Estado Islámico, que fue derrotado en Siria en marzo de 2019.
