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España

El polémico beso en el fútbol español desata un tsunami de críticas y revive el debate sobre el sexismo y el consentimiento

El beso forzado que la jugadora Jenni Hermoso recibió del presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, y su posterior reacción, sacan a la luz no solo el profundo machismo que lastra a este deporte sino también un debate mucho más amplio, marcado por agendas políticas y tendencias que se disputan el presente y futuro del país.
Publicado 27 Ago 2023 – 07:21 AM EDT | Actualizado 27 Ago 2023 – 12:36 PM EDT
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El beso en la boca forzado que le dio el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) a una jugadora de la selección nacional en plena premiación tras haber conquistado el título mundial, no solo ha generado una ola de masivas reacciones en España sino que le ha dado la vuelta al mundo, desatando -en su mayoría- críticas y rechazo.

Pero el gesto del beso, ya de por sí "inaceptable", como lo calificara el presidente del gobierno, no se quedó ahí: el autor de los hechos, Luis Rubiales, apenas esbozó una disculpa y minimizó lo ocurrido, insistiendo en que había sido algo consentido. "¿Un 'pico' consentido es para sacarme de aquí?", cuestionó, dejando claro que no iba a dimitir por eso, a pesar de que se lo están pidiendo desde el gobierno del país hasta las propias futbolistas: más de 80 firmaron una declaración diciendo que no volverían a integrar la selección nacional hasta que Rubiales dejara el cargo.

Este sábado, la FIFA anunció la suspensión de Rubiales durante 90 días, mientras se tramita un expediente disciplinario que se le abrió el pasado jueves. Apenas horas antes, la RFEF había emitido un comunicado incendario acusando a Jenni Hermoso de decir mentiras sobre el beso -la jugadora asegura que no fue una acción consentida- e incluso amenazando con "acciones legales" contra ella o quienes hablen en su nombre difundiendo esas afirmaciones.


Lo que debió ser una jornada de celebración por haberse coronado campeonas del mundo, quedó de alguna manera empañado por el beso de un hombre que además ostenta una posición de poder.

Para las futbolistas, para las deportistas, para muchas mujeres españolas y de todo el mundo, este tipo de 'rituales de celebración' masculinos no son nada nuevo. Pero esta vez el incidente no ha pasado desapercibido y ha generado una crisis en el fútbol español que algunos ya califican como otro #MeToo, y que es parte de un debate más allá del deporte, sobre el consentimiento, el machismo y la igualdad.

Jenni Hermoso niega que hubo consentimiento

Aunque al principio intentó deshacerse de la prensa evitando acusar directamente a Rubiales, desde el primer momento en que la increparon en los vestuarios la jugadora dijo, entre sonrisas evasivas que el beso no le gustó. "¿Y qué hago yo?", dijo.

Pero una vez que el presidente de la RFEF fue subiendo el tono y aseguró incluso que Hermoso lo había levantado y que él le había preguntado si podía besarla y ella le había dicho que sí, la número 10 de España terminó emitiendo un comunicado en el que asegura que "en ningún momento se produjo la conversación a la que se refiere el señor Rubiales en su discurso, y sobre todo, su beso nunca fue consentido".

"Siento la necesidad de denunciar este incidente porque creo que ninguna persona, en ningún ámbito laboral, deportivo o social, debería ser víctima de este tipo de comportamientos no consensuados. Me sentí vulnerable y víctima de comportamientos impulsivos, sexistas y fuera de lugar, sin ningún consentimiento de mi parte", continuó. "En pocas palabras, no fui respetada", dijo.

Desde que se desató esta crisis la palabra 'consentimiento' ha estado en el centro del debate, no solo por su carga ética y moral, si no incluso por su trasfondo legal en un país que aprobó el año pasado una polémica legislación conocida como la 'ley del solo sí es sí', que busca plantar cara a la 'cultura de la violación'.

El consentimiento, por tanto, debe ser explícito y claro. La ausencia de un 'no' no significa un 'sí', asegura la ley española y otras legislaciones similares y debates actuales sobre el tema.

Según la organización sin ánimo de lucro de EEUU, Planned Parenthood, "el consentimiento sexual es un acuerdo para participar en una actividad sexual". "Sin consentimiento, la actividad sexual es agresión sexual o violación", agrega la organización.

Un beso sin consentimiento también puede ser una agresión sexual

La propia Jenni Hermoso empleó la palabra 'agresión' para calificar cómo se sintió tras lo ocurrido. "Me sentí vulnerable y víctima de una agresión", dijo, dejando claro que no hubo consentimiento por su parte.

Entre las reacciones a este acto, una de las voces más duras contra la posición de Rubiales ha sido la de la ministra de Igualdad de España, Irene Montero, quien escribió en la red social X (antiguo Twitter): "No demos por hecho que dar un beso sin consentimiento es algo 'que pasa'. Es una forma de violencia sexual que sufrimos las mujeres de forma cotidiana y hasta ahora invisible, y que no podemos normalizar. Es tarea de toda la sociedad. El consentimiento en el centro. Solo sí es sí”.

Tras la negativa de Rubiales a dimitir y sus arremetidas públicas contra el "falso feminismo", el presidente del Consejo Superior de Deportes, Víctor Francos, dijo que "se han activado los protocolos para actuar" y obligar a Rubiales a dejar el cargo. También la Fiscalía de Madrid envió a la Audiencia Nacional una de las denuncias que se han presentado contra el presidente de la RFEF, que pide considerar si el beso forzado puede constituir un delito de agresión sexual. La denuncia fue enviada a la Audiencia Nacional por el hecho de que la presunta agresión se cometió en el extranjero. Otra denuncia contra Rubiales fue impuesta por el partido de izquierda Sumar, liderado por la vicepresidenta en funciones, Yolanda Díaz.

Según la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, el beso de Rubiales a Jenni Hermoso podría ser una agresión sexual "por falta de consentimiento", como dicta el artículo 178 del Código Penal, pero se "requiere una denuncia de la agraviada", siempre que sea mayor de edad y con plenas facultades.

"La clave está, al menos desde el punto de vista penal, en el consentimiento, el cual debe decidirlo la víctima", explicó a la agencia EFE María del Prado Escoda, coordinadora de la Comisión de Violencia de Género de Juezas y Jueces por la Democracia. Escoda señaló que, bajo el amparo de la 'ley del solo sí es sí' un beso en la boca, aun cuando no haya habido violencia, puede convertirse en un delito de agresión sexual, mientras la víctima declare que no hubo consentimiento.

Además, en este caso, la relación de poder de Rubiales sobre Hermoso es otro elemento más en su contra o incluso podría ser un agravante.

"No solo es violencia sexual, también es una violencia y un abuso de poder. No se debe poner el foco en la víctima, en si quería o no quería, sino en él, que es quien no hubiera tenido que dar ese beso a una persona en un plano inferior sin tener claro si ella realmente quería",agregó Rosell.

Por el momento, TMJ, la agencia que representa a Hermoso, ha dicho que está valorando "las acciones más apropiadas" en respuesta a la conducta de Luis Rubiales.

Sin embargo, aunque el infame gesto del presidente de la RFEF ha sido mayoritariamente condenado por casi todo el espectro político español, los ultraderechistas de VOX más bien han guardado silencio e incluso, han frivolizado con el tema y lo han utilizado para arremeter una vez más contra el gobierno.

Pero en general, desde la oposición, como el derechista Partido Popular, que ganó las elecciones aunque no ha conseguido formar gobierno, han sido muy críticos con la ley del 'solo sí es sí', que intentaron tumbar en el Congreso y que han utilizado luego como un arma política contra el gobierno socialista ya que, aunque da más protecciones a las mujeres, uno de sus 'efectos secundarios' permite que delincuentes sexuales puedan ser puestos en libertad más rápidamente.

El propio Rubiales se dijo víctima "del falso feminismo", que considera "una lacra para España" en donde, asegura, hay una "falta de libertades total".

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Rubiales no dimite y lanza incendiario discurso
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