Ejército israelí reconoce un “extenso daño colateral” en el ataque a un campo de refugiados en Gaza que dejó al menos 70 muertos
El Ejército israelí reconoció este jueves "grandes daños colaterales" en los ataques ocurridos contra el campo de refugiados Maghazi en Gaza el 24 de diciembre que dejaron al menos 70 muertos.
Las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI) admitieron en un comunicado haber impactado residencias de civiles.
"Una investigación preliminar reveló que edificios adicionales ubicados cerca de los objetivos también fueron alcanzados durante los ataques, lo que probablemente causó daños no intencionados a otros civiles no involucrados", indicó.
Las FDI dijeron que "lamentan el daño causado a civiles no involucrados".
También, al respecto del ataque en el campo Maghazi que dejó decenas de víctimas, un oficial militar israelí declaró que "el tipo de munición no se correspondía con la naturaleza del ataque, causando grandes daños colaterales que podrían haberse evitado", dijo a la emisora pública Kan News.
El lunes, un informe del Ministerio de Salud de Gaza, dirigido por Hamas, indicó que al menos 70 personas murieron en el ataque aéreo israelí a última hora de la víspera de Navidad. Mientras que la Oficina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos reportó 86 decesos luego de que los bombardeos impactaran en dos edificios residenciales, de acuerdo con un comunicado del portavoz de la oficina, Seif Magango.
Además, el ataque destruyó las casas del campo Maghazi, en el centro del territorio palestino, detalló el ministro de salud Ashraf al-Qudra. El funcionario también acusó a las tropas israelíes de bombardear la carretera principal que une varios campamentos de refugiados en la zona central del enclave "para obstaculizar el acceso de las ambulancias y de la defensa civil a los distintos lugares".
El ejército israelí ha realizado continuos ataques por tierra, mar y aire en la Franja de Gaza como respuesta al ataque sorpresivo que perpetraron miembros del grupo Hamas el 7 de octubre.
Desde entonces, Israel ha prometido destruir a Hamas en represalia por los 1,140 muertos, en su mayoría civiles y 250 rehenes que dejó el ataque sorpresivo.
Los incesantes bombardeos aéreos y la invasión terrestre de Israel han causado la muerte de al menos 21,320 personas, en su mayoría mujeres y niños, según el Ministerio de Salud de Gaza.
Continuará la ofensiva terrestre a los campos de refugiados
Pese a las declaraciones de este jueves, desde el martes las fuerzas israelíes ampliaron su ofensiva terrestre a los campos de refugiados urbanos del centro de Gaza tras bombardear las abarrotadas comunidades palestinas y ordenar a sus residentes que evacuaran.
El principal proveedor de telecomunicaciones de Gaza anunció otra "interrupción total" de los servicios en el territorio asediado.
El anuncio de la nueva zona de combate por parte del ejército amenaza con más destrucción en una guerra que, según Israel, durará "muchos meses". Las fuerzas israelíes han librado intensos combates urbanos en el norte de Gaza y en la ciudad meridional de Jan Yunis, expulsando a los palestinos a zonas cada vez más pequeñas en busca de refugio.
A pesar de los llamamientos de Estados Unidos para que Israel reduzca el número de víctimas civiles y de la presión internacional por un alto el fuego, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó que el ejército estaba intensificando los combates.
También el jefe de la Organización Mundial de la Salud de la ONU, Tedros Adhanom Ghebreyesus, pidió " medidas urgentes para aliviar el grave peligro" al que se enfrenta la población de Gaza, que incluye "terribles heridas, hambre aguda y... grave riesgo de enfermedad".
Haciendo caso omiso de estos llamados, el lunes durante su visita en la parte norte de la Franja de Gaza, Netanyahu les dijo a las tropas que la guerra contra Hamas continuará "hasta el final", a pesar de la presión de las familias de los secuestrados por un alto el fuego para sacarlos con vida.
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