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Terremoto en Turquía y Siria

Crecen las críticas a la respuesta del gobierno de Turquía al terremoto

Muchos están cuestionando la lenta respuesta de la autoridad turca de Gestión de Desastres y Emergencias, la falta de preparación del gobierno o su responsabilidad a la hora de asegurar que se cumplan los estándares constructivos para terremotos.
Publicado 8 Feb 2023 – 11:27 AM EST | Actualizado 9 Feb 2023 – 07:59 AM EST
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Rescatistas, voluntarios y supervivientes siguen trabajando contrarreloj para encontrar personas con vida bajo los escombros tras los devastadores terremotos de 7.8 y 7.5 que azolaron el sur de Turquía y el norte de Siria el pasado lunes. La desesperación y el desamparo general se extienden sobre el terreno en medio de un panorama desolador y apocalíptico.

Mientras el número de muertos no para de subir y ya supera los 11,000 entre Turquía y Siria, aumentan también las críticas contra el gobierno y la ira de muchos por su deficiente respuesta y su responsabilidad en la catástrofe.

En las áreas más afectadas, muchos residentes están cuestionando la lenta respuesta de la autoridad turca de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD) y otros critican la falta de preparación del gobierno y su responsabilidad a la hora de asegurar la preparación de las edificaciones para terremotos en una región ubicada sobre la unión de dos placas tectónicas.

El desastre natural, uno de los peores de la historia turca, se convierte además en una prueba de fuego para el conservador Recep Tayyip Erdogan, que se enfrenta a unas difíciles elecciones programadas para el 14 de mayo. Y el presidente lo sabe.

El martes el mandatario anunció un estado de emergencia de tres meses en las 10 provincias más afectadas por el sismo y dijo que su gobierno estaba asignando más de $5,000 millones para apoyar las operaciones de rescate y ayuda.

Este miércoles, de visita en Kahramanmaras, en el epicentro del sismo principal, Erdogan se permitió algunas autocríticas, aunque justificándolas, mientras se le vio abrazando a supervivientes o encabezando una comitiva desplegada frente a una gran carpa de la Media Luna Roja. Prometió a los afectados que la zona sería reconstruida en menos de un año.

"Al principio hubo problemas en los aeropuertos y en las carreteras, pero hoy las cosas están siendo más fáciles y mañana será aún más fácil", dijo en declaraciones a la prensa. "Hemos movilizado todos nuestros recursos. El Estado está haciendo su trabajo", aseguró, sabiéndose increpado.


Sin embargo, muchos en el terreno no parecen estar de acuerdo, mientras lidian con temperaturas congelantes a la intemperie y con familiares muertos o todavía bajos los escombros.

"Ya no me quedan lágrimas", dijo a la AFP Ebru Firat, en Sehitkamil, un suburbio de la ciudad de Gaziantep, en el epicentro del terremoto. Una prima suya permance bajo los escombros y a medida que pasan las horas sabe que las esperanzas de sacarla con vida son cada vez más escasas.

Vecinos del lugar denunciaron a la prensa que en las primeras 12 horas, un período de tiempo crucial, no apareció ningún equipo de rescate. Familiares, vecinos y algunos policías o funcionarios locales tuvieron que apañárselas solos, apartando escombros con las manos. Y cuando llegó la ayuda finalmente, los equipos trabajaron unas cuantas horas y luego pararon a media noche.

La oposición nombra a Erdogan como principal responsable

“Si hay una persona responsable de esto, es Erdogan. Es este Gobierno, que lleva 20 años sin preparar al país para un terremoto”, dijo en un mensaje publicado en sus redes sociales Kemal Kilicdaroglu, el líder del principal partido de oposición turca, el Partido Republicano del Pueblo (CHP).

Kilicdaroglu instó a los alcaldes de su partido en regiones afectadas a ayudar a los damnificados a toda costa, incluso si deben enfrentarse al Estado, ya que asegura que las estructuras estatales están poniendo trabas o buscando interferir en la distribución de la ayuda si esta llega de municipios controlados por la oposición.

"Si les ponen obstáculos burocráticos, háganlo igual, no escuchen. Si son arrestados por buscar pan y mantas para la gente, sean arrestados", dijo Kilicdaroglu, y acusó a Ankara de estar haciendo un "trabajo de relaciones públicas" con los terremotos.

¿Qué pasó con el 'impuesto' para terremotos?

Tras un desastroso terremoto que mató a más de 17,000 personas en Turquía en 1999, el gobierno comenzó a recaudar lo que se conoce como el "impuesto de terremotos", un fondo que estaría destinado a la prevención de desastres y el desarrollo de servicios de emergencia.

Sin embargo, no está claro cómo el gobierno invierte ese dinero, y a pesar de que cada vez que ocurre un desastre el tema sale a colación, no ha habido una explicación pública detallada sobre la inversión.

"¿Adónde han ido a parar todos nuestros impuestos recaudados desde 1999?", se preguntaba con ira y desesperación Celal Deniz, de 61 años, en la ciudad de Gaziantep, mientras espera que saquen de debajo de los escombros a sus sobrinos y hermano.

En noviembre de 2020, después de que otro gran terremoto golpeara duramente la región de Esmirna, Alpay Antmen, abogado y político del CHP, dijo a Arab News que ese dinero estaba destinado a ser utilizado para la transformación urbana y para hacer que las áreas de vivienda en las zonas del terremoto fueran mucho más resistentes. "Sin embargo, alrededor de 70,000 millones de liras de ese fondo se gastaron en otros fines, y este capital se transfirió a los constructores cercanos al gobierno”, declaró entonces Antmen.

Según el abogado, su oficina presentó una consulta parlamentaria al ministro del Tesoro y Finanzas sobre el uso del impuesto de terremotos y como resultado fue remitido al Ministerio del Interior, quien a su vez le dijo que no tenía esa información.

“Ellos han consumido los impuestos del terremoto con sus pandillas. ¿Dónde está ese dinero? Ese dinero se ha ido. Las personas que han estado pagando impuestos al Estado toda su vida, no tienen respuesta del Estado una vez que lo necesitan. Todo va para el Palacio (presidencial)", denunció Kilicdaroglu.

Los vínculos entre el AKP y los constructores

Tras los terremotos de este lunes en el sur de Turquía, las imágenes de edificios sólidos y relativamente modernos derrumbándose en cuestiones de segundos han dado la vuelta al mundo y causado gran impacto. En importantes ciudades de las zonas la mayor parte de las edificaciones se han venido abajo.

Si bien en Turquía existen regulaciones para la construcción de edificios, dado su potencial sísmico y los destructivos terremotos que ya ha sufrido el país, políticos pero también ciudadanos comunes denuncian que el gobierno hace la vista gorda dados sus estrechos lazos con las grandes constructoras.

El AKP, el partido Justicia y Desarrollo, al que pertenece Erdogan, quien lleva 20 años en el poder, tiene vínculos directos con el sector de la construcción.

Varios expertos en Turquía han advertido desde hace años que las normas de construcción con respecto a los terremotos no se respetan lo suficiente y esto ocurre con impunidad y mientras el gobierno mira hacia a otro lado y les da carta abierta para construir.

“En 2018, casi dos décadas después del gran terremoto de 1999, Turquía finalmente aprobó la tan esperada legislación sobre terremotos. Pero esas reglas han sido más respetadas en el incumplimiento que en la observancia”, escribió en una columna de opinión para The Washington Post Asli Aydintasbas, miembro de la Brookings Institution.

“Erdogan ha descrito con frecuencia la industria de la construcción como la joya de la corona de la economía, fomentando una falta tácita de supervisión. Los grandes contratos públicos de Turquía tienden a ir a los mismos compinches del gobierno", agregó.

"Fake News y distorsiones": el gobierno silencia las críticas

Mientras las críticas al gobierno se multiplican por su lenta respuesta o las denuncias de corrupción que han permitido ignorar la falta de estándares constructivos en los edificios, desde Ankara arremeten contra las voces que cuestionan su gestión ante el desastre.

En declaraciones públicas el martes, visiblemente enojado, el propio Erdogan calificó las críticas de la oposición y la ciudadanía como "fake news y distorsiones" y advirtió que se perseguiría a aquellos que buscan "causar el caos social".

Las represalias, de hecho, no han tardado. El mismo día, horas después, un fiscal estatal de Estambul inició una investigación penal contra dos periodistas que criticaron abiertamente la respuesta del gobierno al sismo.

Ante el aumento de las críticas Turquía echó mano a un recurso que ha empleado otras veces para acallar la disidencia, como es el bloqueo de Twitter. Este miércoles la red social estuvo bloqueada al menos 12 horas en los principales proveedores de internet del país. Ya al amanecer del jueves se pudo volver a acceder.

En las redes sociales muchos usuarios también han denunciado que los medios oficialistas no están dando voz a quienes critican o cuestionan la respuesta gubernamental.

Videos que circulan en redes muestran a un corresponsal del canal NTV en Kahramanmaras describiendo cómo los lugareños se quejaban de que la ayuda estaba siendo "inadecuada". Por detrás se escucha a algunas personas preguntando: "¿Dónde está el Estado?". Usuarios de las redes aseguran que el canal interrumpió al corresponsal antes de que terminara su transmisión y regresaron al estudio.

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