Proteger a Trump: ¿estrategia republicana?

Donald J. Trump se declaró inocente el martes de 34 delitos graves de falsificación de registros de negocios en primer grado, todos los cuales están vinculados al papel del expresidente en un pago por silencio a la estrella porno Stormy Daniels. La primera comparecencia de un expresidente de EEUU se llevó a cabo el martes a puerta cerrada, aislado de las cámaras. Los fiscales de la oficina del distrito de Manhattan acusaron a Trump de orquestar un plan más amplio para influir en las elecciones presidenciales de 2016 mediante la compra de historias perjudiciales sobre él para mantenerlas en secreto.

Ante todos esos eventos, los republicanos han claramente puesto a un lado sus labores congresistas y legislativas para enfocar su atención en salir a la defensa de Donald Trump. Por ejemplo, Lindsay Graham apareció en Fox News casi llorando y rogando que donen para ayudar a Trump. Marjorie Taylor Green viajó a Nueva York para mostrar su apoyo junto a George Santos. Ante todo evento político, siempre es importante entender si esa es la estrategia correcta y cuáles serían sus consecuencias.

Pareciera que Trump y la manera que reacciona a todo lo que le sucede, hace que el partido pierda su enfoque y fuerza su fanatismo y lealtad. Esa misma dinámica es lo que por los últimos seis años les ha traído consecuencias electorales a los republicanos.

Por ejemplo, un análisis de Business Insider muestra todos los escándalos que la administración Trump enfrentó en el 2018. Desde ese momento el partido empezó a mostrar señales de pérdidas grandes, como por ejemplo el de la Cámara de Representantes, donde perdieron más de 40 escaños. La manera en que Trump manejó la pandemia y todos sus escándalos políticos en el 2020, fueron factores por la que los republicanos perdieron ambas cámaras y la Casa Blanca. El año pasado, mientras los republicanos celebraban la decisión de la Corte Suprema con Roe vs. Wade y se enfocaban en proteger a Trump de las audiencias del 6 de enero y del allanamiento en Mar-A-Lago, los demócratas le dieron prioridad a movilizar a los votantes y prevenir la tan esperada ola roja que nunca se materializó.

Esta semana, los demócratas se apuntaron una de las victorias electorales más importantes de este año, mandando una señal clara sobre cuáles son las prioridades de los votantes claves, como en Wisconsin, cuando una juez del condado de Milwaukee ganó por 11 puntos y dio a los liberales la mayoría en la Corte Suprema tras 15 años de control conservador. La candidata y los demócratas que la apoyaban se centraron implacablemente en el derecho al aborto y ahora se espera que el tribunal de Wisconsin anule en uno o dos años la prohibición estatal del siglo XIX de la mayoría de los abortos.

La próxima vez que le preguntes a algún legislador republicano sobre el ambiente político, lo más probable es que hablen de Trump y la “persecución política” y lo más probable es que mencionen a Hillary Clinton, Bill Clinton o a la familia de Joe Biden no solo como una excusa, sino con el único propósito de victimizar a Trump sabiendo perfectamente que los casos de Clinton y Trump tienen diferentes elementos. Por ejemplo, el pago de $850.000 dólares de Clinton a Paula Jones en 1998 resolvió una demanda civil. El pago fue público y legal, y los fondos no procedían del gobierno, ni equivalía a una contribución de campaña. En comparación, el pago en el caso de Trump fue a través de una empresa fantasma y reembolsado por Trump, cuya empresa registró los reembolsos como gastos legales en las últimas semanas de su campaña presidencial de 2016.

A Kevin McCarthy se le preguntó si los republicanos tienen preocupaciones sobre si Trump podría haber "falsificado registros comerciales para encubrir pagos por silencio para encubrir este supuesto romance con una actriz porno". Como era de esperar, el actual presidente de la Cámara de Representantes argumentó que si Clinton no fue detenida por su controversia sobre la financiación de su campaña, Trump no debería ser detenido por la suya.

Pero pareciera que, como muchos republicanos, tampoco ha estudiado cada caso a profundidad. La campaña de Clinton en 2016 aceptó una multa civil de $8.000 tras una investigación de la FEC sobre cómo se informó del dinero de la campaña. De acuerdo con el Washington Post, Esta analogía no es fuerte, dado, en primer lugar, a que la Campaña y el Comité Nacional Demócrata se enfrentaron a un castigo por la presentación de informes y, en segundo lugar, que se centró en la mecánica de informar adecuadamente los gastos de campaña a la FEC.

Es absolutamente irónico que el partido que dice que esta es una cacería de brujas, está haciendo lo mismo en el caso del hijo del presidente Joe Biden, esto a pesar de que el 55% de los estadounidenses, incluida una mayoría de independientes, dicen creer que los republicanos dedican "demasiado tiempo a investigar al presidente Joe Biden y no el suficiente a otras prioridades".

Trump ahora pide desfinanciar el Departamento de Justicia y el FBI, sabiendo que este mismo mecanismo es el que tendría que manejar el caso de Hunter Biden y que por ejemplo llevó al director del FBI, James Comey a la conclusión de que los correos electrónicos de Hillary Clinton tendrían que ser revisados 11 días antes de las elecciones del 2016.

Nunca los republicanos han demostrado interés por un sistema de justicia equitativo cuando se trata de minorías o de nuestra comunidad. Una vez más los conservadores están cometiendo un error que tendrá consecuencias políticas. Proteger a Trump no es una estrategia para retomar la Casa Blanca. El 56 por ciento de las personas creen que las investigaciones sobre Trump son justas. Entre más los republicanos pierden su tiempo en Trump, los demócratas seguirán apuntando victorias y movilizando su base electoral.

Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es) y/o a la(s) organización(es) que representan. Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.