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Donald Trump

Por qué son tan preocupantes para EEUU los comentarios de Trump sobre Alexei Navalny (y qué sugieren de sus vínculos con Putin)

El expresidente Donald Trump se refirió al caso de Navalny como “algo horrible”, para agregar que “también está sucediendo en nuestro país”, sugiriendo que las acusaciones penales en su contra ocurren porque Estados Unidos se está “convirtiendo en un país comunista”.
Publicado 21 Feb 2024 – 05:40 PM EST | Actualizado 21 Feb 2024 – 05:40 PM EST
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El expresidente Donald Trump comparó nuevamente los múltiples problemas legales y judiciales que enfrenta con la persecución sufrida por el disidente ruso Alexei Navalny, quien murió el pasado viernes en circunstancias misteriosas cuando se encontraba bajo la custodia de las autoridades del Kremlin en una cárcel de Siberia.

Durante una aparición en una sesión de preguntas y respuestas ante una audiencia amistosa en Greenville, Carolina del Sur, transmitida el martes por la cadena Fox News, Trump repitió sus afirmaciones sin evidencias de que los juicios en su contra tienen motivación política y dijo que el veredicto de una corte de Nueva York que le ordena pagar una multa de $350 millones por haber cometido fraude comercial, era una “forma de Navalny”.

Trump se refirió al caso de Navalny como “algo horrible”, para agregar que “también está sucediendo en nuestro país”, sugiriendo que las acusaciones penales en su contra ocurren porque Estados Unidos se está “convirtiendo en un país comunista”.

Rusia, desde la década de 1990, no es un país comunista, ni lo es tampoco el presidente Putin, quien es visto como un nacionalista de derecha.

A pesar de las afirmaciones de Trump, las situaciones que enfrenta y las que enfrentó el fallecido disidente ruso guardan pocas similitudes, no solo por las causas que le dieron origen, sino por las marcadas diferencias entre las jurisdicciones donde tienen lugar.

Estas son las diferencias más significativas.

Disidencia política de distinta naturaleza

Navalny, un feroz opositor al régimen del Kremlin, era un abogado que denunciaba constantemente la corrupción en su país e incluso organizó las mayores protestas antigubernamentales vistas en Rusia desde la caída de la Unión Soviética, lo que convirtió en el enemigo número uno del presidente ruso, Vladimir Putin.

Navalny fue víctima de varios actos de violencia, entre ellos un ataque que le hizo perder el 80% de la vista en un ojo y un intento de envenenamiento con Novichock, un agente neurotóxico de la era soviética bajo el control exclusivo del gobierno ruso que lo mantuvo al borde de la muerte en 2020.

Por su parte Trump, un multimillonario de la ciudad de Nueva York y estrella de televisión Reality, cuya vida personal ha estado expuesta a la luz pública desde la década de 1980, surgió a la prominencia política estadounidense en 2011 cuando acusó falsamente al entonces presidente Barack Obama de no ser un ciudadano estadounidense y, por lo tanto, ser un presidente ilegítimo.

A pesar de ello, el estado de derecho y la libertad de expresión que rigen en Estados Unidos, le dieron la libertad de postularse y ganar la presidencia en las elecciones generales de 2016, sin sufrir o temer ningún tipo de represalia estatal.

Régimen totalitario vs. estado de derecho

Durante su carrera política Navalny fue objeto de varios juicios, los cuales fueron señalados por organismo internacionales como procesos sumarios iniciados por el estado o por amigos del régimen, en los que el fallecido disidente no tuvo acceso a las pruebas en su contra ni a las garantías que ofrece un sistema judicial independiente.

En febrero de 2016, por ejemplo, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos dictaminó que Rusia había violado el derecho de Navalny a un juicio justo, en un caso por malversación iniciado en su contra, y ordenó al gobierno de Putin reembolsar los costos del juicio.

Trump, por su parte, quien según su propia admisión cuenta con vastos recursos, ha tenido acceso no solo a la defensa que ha querido contratar que, sino también las garantías que le brinda el estado de derecho, incluyendo el acceso a las pruebas en su contra y la capacidad de apelar decisiones, sin restricciones de ningún tipo, y de utilizar tácticas dilatorias para tratar de impedir que algunos de los múltiples juicios que enfrenta perjudiquen su capacidad de realizar actos de campaña.


Candidatura presidencial

A pesar de enfrentar cuatro procesos penales, dos de ellos frente a la justicia federal, en los que acumula un total de 91 cargos criminales en su contra, Trump se encuentra en total libertad para aspirar a la presidencia de Estados Unidos y es incluso el favorito para ganar la nominación presidencial republicana.

Los esfuerzos de algunos sectores, incluso de su propio partido, para eliminar su candidatura de las boletas electorales de algunos estados en base con la cláusula de insurrección de la enmienda 14 de la Constitución, han sido sometidos al examen de los tribunales y se encuentran a la espera de una decisión de la Corte Suprema, al igual que el argumento de inmunidad presidencial alegado por los abogados de Trump en el caso federal por interferencia electoral.

En franco contraste, el intento de Navalny de competir por la presidencia de Rusia en las elecciones presidenciales de ese país en 2018 fue combatido con violencia y maniobras judiciales abusivas que llevaron a su inhabilitación en base a la condena repudiada por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. En esa oportunidad Navalny fue descrito por The Economist como “el candidato más viable frente a Putin”,

Durante el periodo en que fue candidato a la presidencia de Rusia, Nalvalny fue encarcelado no menos de cuatro veces por el régimen ruso bajo diversas acusaciones de agitación y organización de protestas ilegales. Putin ganó esas elecciones con el 77.53% de los votos sin la participación de Navalny.

La llamada de Trump felicitando a Putin por su victoria en esas elecciones causó controversia en Estados Unidos. El entonces senador republicano por Arizona, John McCain, dijo en una declaración que “un presidente estadounidense no dirige el mundo libre felicitando dictadores por ganar elecciones falsas”.

Hasta el momento de publicación, a diferencia de la gran mayoría de los líderes del mundo democrático, Trump no ha condenado a Putin ni a su régimen por la muerte de Alexei Navalny.

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Las últimas imágenes públicas de Alexei Navalny antes del anuncio de su muerte en la cárcel
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