¿Qué significa para Trump que su exabogada se declare culpable y acepte testificar para la fiscalía en Georgia?
Con argumentos estrambóticos sobre un supuesto fraude electoral que fueron rechazados por tribunales de varios estados de Estados Unidos, Sidney Powell se convirtió en una de las principales asesoras legales de Donald Trump desde que el expresidente rehusó reconocer su derrota en las elecciones de 2020.
Tras pertenecer al círculo más cercano de Trump, la abogada nacida en 1955 en Carolina del Norte se perfila ahora como una de las voces que más daño podría propinarle al exmandatario.
Powell sorprendió al declararse culpable en el caso de interferencia de electoral en Georgia, en el que ella, Trump y otras 17 personas fueron acusadas de violar la ley estatal contra el crimen organizado.
Un juez acordó que Powell cumplirá seis años de libertad condicional, pagará una multa de $2,700, escribirá una carta para ofrecerle una disculpa a los electores de Georgia. Y, tal vez lo más importante, testificará honestamente contra todos sus coacusados.
Powell es una voz valiosa para el caso de Georgia contra Trump
Powell fue acusada inicialmente de extorsión y otros seis cargos como parte de un plan de amplio alcance para mantener al presidente republicano en el poder después de que perdió las elecciones de 2020 ante el demócrata Joe Biden. Los fiscales dicen que ella también participó en una violación no autorizada del equipo electoral en una oficina electoral del condado rural de Georgia.
Si los fiscales la obligan a testificar, podría brindar información sobre una conferencia de prensa en la que participó en nombre de Trump y su campaña poco después de las elecciones y sobre una reunión en la Casa Blanca a la que asistió a mediados de diciembre de ese año, durante la cual se explicaron estrategias y teorías y se discutieron factores que influyen en el resultado de las elecciones.
Y no solo su relato. Powell también podría aportar documentos en su poder que ilustren el plan de Trump para mantenerse en el poder pese a perder ante su rival demócrata.
Amy Lee Copeland, una ex fiscal federal en Savannah, Georgia, le dijo al sitio web The Daily Beast que “el hecho de que ella estuvo en una reunión en la Casa Blanca, puede testificar sobre lo que Trump dijo en esa reunión. Y no tenemos muchas personas que estén dispuestas a hacer eso. Eso será muy importante para la fiscalía”.
Copeland se refería a una reunión celebrada el 18 de diciembre de 2020 en la Oficina Oval, que fue elemento central para los investigadores del asalto perpetrado contra el Capitolio el 6 de enero de 2021. En esa reunión, Powell sugirió que Trump ordenara a las fuerzas militares estadounidenses incautar las máquinas de votación en algunos estados en los que había ganado Biden.
A la defensa de Trump no le preocupa el cambio de Powell
Sin embargo, el principal abogado de Trump en el caso de Georgia, Steve Sadow, se pronunció de manera positiva sobre la declaratoria de culpabilidad de Powell y dijo que “asumiendo que habrá declaraciones honestas en el caso del condado Fulton, será favorable para mi estrategia general de defensa”.
Expertos legales interpretan la declaración de culpabilidad de Powell como un triunfo significativo de la fiscal del condado Fulton, Fani Willis, y su estrategia de obtener testimonio de acusados para buscar una condena a su principal objetivo: Trump.
Renato Mariotti, un ex fiscal federal, dijo que Powell podrá ahora debilitar la defensa de los abogados y algunos exabogados de Trump. Probablemente alegarán que proporcionar asesoría legal a un cliente no es delito. Pero ahora que se ha declarado culpable, Powell “es un problema para ese grupo”, dijo Mariotti a la revista Time.
Después de que Powell se declaró culpable, también lo hizo el abogado, Kenneth Chesebro, otro de los acusados de participar en el complot de electores falsos de 2020, específicamente en el caso de subversión electoral de Georgia.
El paso de Powell de fiscal a exitosa abogada a condenada
Powell, de 68 años, se desempeñó como fiscal federal antes de convertirse en una prominente abogada independiente en Dallas. Mientras trabajó para Trump, interpuso demandas en Georgia, Michigan, Wisconsin y Arizona, estados en los que se había impuesto Biden. Todas fueron rechazadas por los tribunales.
También presentó la hipótesis descabellada de que el supuesto fraude electoral contra Trump se perpetró con un software electoral creado “bajo la dirección de Hugo Chávez”, el presidente venezolano que murió en 2013. La empresa electoral Dominion Voter Systems la demandó por difamación, un litigio aún en curso.
El caso de Georgia es uno de cuatro casos criminales que enfrenta Trump de manera simultánea. Trump aún atribuye su derrota en 2020 a un presunto fraude electoral.
Aún no se ha definido cuándo empezará el juicio de Georgia contra Trump y el resto de los acusados.
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