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Qué es la neurocisticercosis: la infección con la que pueden nacer gusanos en el cerebro

Las personas con neurocisticercosis presentan distintos síntomas, dependiendo de las estructuras y tejidos que hayan infectado los gusanos, explica un estudio.
Publicado 16 Mar 2024 – 05:38 PM EDT | Actualizado 16 Mar 2024 – 05:38 PM EDT
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Un hombre en Florida nunca imaginó que comer en el desayuno tocino “poco cocido” fuera a ocasionarle que un grupo de gusanos creciera dentro de su cerebro.

Tras una visita al médico y varios estudios, los doctores descubrieron que el hombre de 52 años tenía en su cerebro huevecillos, larvas y gusanos.

De acuerdo con una investigación publicada en American Journal of Case Reports la semana pasada, el hombre inicialmente se contagió de teniasis, luego se auto infectó de cisticercosis por no lavarse adecuadamente las manos y posteriormente de neurocisticercosis.

Te contamos qué es la neurocisticercosis, que puede causar desde debilidad, convulsiones y hasta la muerte.

¿Qué es la cisticercosis?

La cisticercosis es una infección parasitaria causada por los quistes larvarios de la tenia porcina conocida como Taenia solium.

De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), la cisticercosis no se contrae por comer carne de cerdo mal cocida, lo que se adquiere en ese caso es la infección por tenia o teniasis, por comer carne de cerdo mal cocida que contenga quistes larvarios.

Para que una persona puede contraer cisticercosis debe ingerir los huevos excretados por alguien infectado con teniasis.

Por ejemplo; si alguien enfermo de teniasis va al baño a defecar y no se lava bien las manos y después cocina la cena de la familia, es muy probable que los otros miembros de la casa se enfermen de cisticercosis al ingerir los huevos excretados por la persona que preparó los alimentos.

“Las personas que viven en el mismo hogar del portador de la tenia tienen un riesgo más alto de contraer cisticercosis que otras personas”, dicen los CDC.

También es frecuente encontrar la cisticercosis en los países poco desarrollados debido al escasez del agua. Sin embargo, en un mundo tan globalizado cualquier persona que viaje está expuesto a la enfermedad.

En el caso del paciente de Florida, el hombre aseguraba que no había salido del país en los dos últimos años, por lo que los médicos concluyeron que inicialmente se enfermó de teniasis, al comer el tocino poco cocido y posteriormente el mismo se infectó de cisticercosis al no lavarse bien las manos al preparar sus alimentos.

“Solo se puede especular, pero dada la predilección de nuestro paciente por la carne de cerdo poco cocinada y los antecedentes de exposición benigna, somos partidarios de que su cisticercosis se transmitiera por autoinfección tras un lavado de manos inadecuado después de que él mismo hubiera contraído la teniasis por sus hábitos alimentarios”, dice el reporte.

Pero, ¿y cómo llegaron los gusanos a su cerebro?

¿Cómo se contagia la neurocisticercosis?

De acuerdo con el estudio, la neurocisticercosis se produce cuando los quistes de Taenia solium se incrustan en el sistema nervioso, es decir, cuando los parásitos viajan desde los intestinos hasta el cerebro.

Estos parásitos pueden localizarse en cualquier lugar, desde el parénquima cerebral, que es el tejido funcional en el cerebro que controla la cognición, hasta el sistema ventricular y la médula espinal.

Las personas enfermas de neurocisticercosis presentan una gran variabilidad de síntomas que dependen de las estructuras y tejidos que hayan infectado los gusanos, explica el estudio.

De acuerdo con los CDC, los síntomas más comunes son convulsiones y dolor de cabeza. Sin embargo, también pueden aparecer síntomas como confusión, desconexión con la gente y el ambiente circundante, problemas de equilibrio y acumulación excesiva de líquido en el cerebro (hidrocefalia). Esta enfermedad puede conducir a la muerte.

“La neurocisticercosis va de ser asintomática a potencialmente mortal, dependiendo en gran medida de la afectación del parénquima cerebral”, dice el estudio.

Los investigadores dijeron que la enfermedad “puede pasarse por alto fácilmente, especialmente si existe una afección neurológica subyacente conocida, como la migraña”.

Ese fue el caso del paciente de Florida, que durante años había sufrido de migrañas, pero en los últimos cuatro meses estas aumentaron y el medicamento que tomaba dejó de funcionar.

El hombre no presentaba los síntomas típicos de la neurocisticercosis. Un panel de expertos descartó la presencia de sida y sífilis. También descartó la presencia de criptococo, una infección fúngica y de toxoplasmosis, un parásito que contraen los humanos a través de las heces fecales del gato.

Finalmente, un último examen en busca de cisticercosis arrojó positivo y una tomografía computarizada reveló que tenía un grupo de quistes. El hombre tenía lombrices solitarias en el cerebro.

De este caso clínico los investigadores extrajeron dos enseñanzas.

En primer lugar, la neurocisticercosis es una infección parasitaria del cerebro que puede adquirirse al viajar a países en desarrollo en los que la cisticercosis y la teniasis son endémicas, pero también en lugares en los que se cree poco común.

En segundo lugar, la neurocisticercosis varía en sus síntomas dependiendo del nivel de penetración de la enfermedad en el parénquima cerebral, lo que puede complicar el diagnóstico porque incluso puede no presentar síntomas.

Otras tres enseñanzas pueden ser: el tocino bien dorado, las manos bien limpias y si tus migrañas aumentan, que te revisen el cerebro, pueden ser gusanos.

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