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Alimentación sostenible: 7 consejos para cambiarte a una dieta que mejore tu salud y la del planeta

Aunque no lo creas, tus decisiones individuales sobre lo que comes tienen un impacto real sobre el ecosistema. Ajustando algunos hábitos y patrones de consumo podemos ayudar a conservarlo. Toma nota.
Publicado 25 Abr 2023 – 12:33 PM EDT | Actualizado 25 Abr 2023 – 12:33 PM EDT
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¿Te preocupan el medioambiente y el futuro de tus hijos? Entonces trata de ser más selectivo con lo que comes y dónde lo compras. Sin saberlo, con tus hábitos de consumo puedes estar perjudicando al planeta. Pequeños cambios pueden marcar una diferencia. De eso se trata la alimentación sostenible, un concepto que cada vez va tomando más fuerza.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés), define la alimentación sostenible como dietas “que generan un impacto ambiental reducido y que contribuyen a la seguridad alimentaria y nutricional y a que las generaciones actuales y futuras lleven una vida saludable” y que además “protegen y respetan la biodiversidad y los ecosistemas” y -entre otras cosas- “optimizan los recursos naturales y humanos”.

Por qué es necesaria la alimentación sostenible

La industria alimentaria es responsable del 30% del consumo energético mundial y de un 22% de los gases que provocan el cambio climático, según estimaciones de la ONU que alerta que para el 2050 la población mundial llegará a los 9 mil millones de personas y requerirá 60% más alimentos.

De acuerdo con la Asociación Dietética Británica (BDA por sus siglas en inglés), si las personas modificasen su alimentación para hacerla más sostenible, el efecto del gas invernadero se reduciría en 31%, el consumo de agua en 17% y el uso de tierra disponible en 34%.

Aunque, de entrada, la meta parezca un tanto ambiciosa y uno pueda creer que el beneficio de un esfuerzo individual sea marginal, ya miles de personas practican la alimentación sostenible y han asumido su compromiso con el ecosistema.

En lugares como Hawaii, donde la gente vive en mayor sintonía con la naturaleza, abundan las iniciativas por cuidar lo que comemos bajo una perspectiva ecológica.

Desde su finca en esa isla del Pacífico, la colombiana Maraya Ben Joseph González, practica la agricultura sostenible. Siembra toda clase alimentos que comparte junto a una cooperativa de familias que comparten comida y se ayudan entre ellas.

“Eso les da a nuestros hijos una sensación de abundancia en sus vidas y nos ayuda a entender que la Tierra nos está ayudando y estamos al servicio de ella”, comenta en el documental Pioneros Culinarios, de Univision Noticias.

Su mensaje es similar al del argentino, Federico Rotman, vicepresidente de operaciones del laboratorio de Blue Ocean Mariculture, en Hawaii, quien lidera un innovador laboratorio de cría de peces en altamar: “Estamos cultivando peces a mar abierto y eso ayuda a que no tengamos impacto en el medioambiente. Lo que estamos haciendo ahora realmente es usar tecnología que va a ser el futuro de alimentar el mundo”.

“Este planeta tiene mucha gente y toda esa gente quiere comer. Necesitamos alimentar este mundo de forma sustentable y tenemos la oportunidad de hacer esto en el mar”, agrega.

Consejos para una alimentación más sostenible

En sociedades urbanas, la posibilidad de marcar una diferencia como ellos parece más lejana, pero pequeñas acciones, en conjunto, suman. Entre los consejos que ofrecen la Universidad de Harvard y otras organizaciones para practicar la alimentación sustentable están los siguientes.

1. Reduce el consumo de carnes. La producción de carne -especialmente la de res- es uno de los grandes contribuyentes a las emisiones de gases de efecto invernadero. Transportar el ganado implica más alimentos, agua, tierra y energía. Recuerda que hay otras fuentes de proteínas como los granos y las nueces. Al comer carne, opta por aquella de más calidad. Adquiere productos de origen animal que provengan de producciones extensivas de pasto.

2. Come más vegetales. Procura que la mitad de tu plato sean vegetales y frutas. Duplicar la ingesta de estos y disminuir la cantidad de carnes rojas que comemos reduce entre hasta un 40% la posibilidad de sufrir un infarto, de cáncer colorrectal y diabetes tipo 2 y baja hasta en 17% la emisión de gases del efecto invernadero, según un estudio de la Universidad de Santa Bárbara, en California.

3. Evita el desperdicio alimentario. No botes alimentos. Evita comprar en exceso y toma nota de las fechas de vencimiento para consumirlos antes de que se deterioren. Planifica tus comidas y usa las sobras para nuevas recetas.

4. Opta por productos producidos de forma agroecológica. Algunos contienen certificaciones en la etiqueta, lo que da la certeza de que usan menos pesticidas, rotan cultivos para favorecer la productividad del suelo y otros.

5. Compra en mercados locales: Los mercados de agricultores son abundantes en productos frescos cultivados localmente. También se recomienda evitar los alimentos transportados por avión, que dejan una huella de carbono mayor por kilo de producto.

6. Reduce tu consumo de alimentos procesados. No sólo está demostrado que son perjudiciales para la salud, sino que sus empaques y proceso de producción dejan una huella mayor sobre el planeta.

7. Reflexiona sobre el origen de los alimentos que comes: ¿son los huevos de gallinas criadas en libertad? ¿De verdad es necesario tirar una fruta porque su forma no sea perfecta? ¿En qué condiciones fue criado el pescado que ingieres? Hacerte estas preguntas te ayudará a que tu alimentación cada vez sea más sustentable.

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