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Abuso Infantil

"Qué asco me das": descubren a profesoras que humillaban a niños con síndrome de Down gracias a una grabadora oculta en un peluche

Los hechos ocurrieron en un colegio para niños con discapacidad Las dos mujeres fueron acusadas y podrían incluso enfrentar penas de cárcel. Los padres piden también una compensación económica por el daño psicológico y el empeoramiento cognitivo que sufrieron los menores.
Publicado 4 Dic 2022 – 03:12 PM EST | Actualizado 4 Dic 2022 – 03:12 PM EST
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Dos maestras de un colegio que estaban al frente de un aula de niños de entre ocho y 10 años habrían humillado y abusado verbalmente de siete niños con síndrome de Down. Las vejaciones se habrían repetido durante meses, hasta que fueron descubiertas gracias a un osito de peluche... con una grabadora dentro. Entre los insultos que les proferían estaban expresiones como "sois unos mierdas", "qué asco me das" o "qué ganas tengo de darte una hostia".

Los hechos ocurrieron en 2019 en el colegio de la Fundación Gil Gayarre de Madrid, la capital de España. Las dos mujeres han sido acusadas, pero aún no se ha fijado la fecha para el juicio, que se estima que sea en 2023.

La fiscalía pide dos años de cárcel para cada una y las familias piden que se eleven las penas a entre tres y cuatro años. Además reclaman una indemnización de entre 20,000 y 30,000 euros por el daño psicológico y el empeoramiento cognitivo que sufrieron los niños, reportó el diario español ABC.

"Al menos desde el comienzo de 2019 ambas acusadas infligieron un trato humillante y vejatorio a los menores por razón de su discapacidad y con ánimo de lesionar su dignidad y atentando contra su integridad moral", denuncian los documentos legales citados por el diario, que tuvo acceso al sumario del caso.

¿Cómo descubrieron a las profesoras?

Los padres de una de las niñas empezaron a notar que su hija tenía episodios de ansiedad, vómitos, pesadillas y no quería ir a colegio. Volvía a orinarse en la cama. Su carácter se había vuelto irascible. Incluso, notaron que la niña sufrió un deterioro cognitivo.

En el centro educativo les aseguraron que no pasaba nada, que todo estaba bien, pero los padres decidieron averiguarlo por su cuenta, temiendo que pudiera estar ocurriendo algún tipo de bullying.

Fue así como se les ocurrió colgar de la cremallera de la mochila de su hija un osito de peluche con una grabadora dentro. Durante meses, ese osito fue testigo de todas las escenas de maltrato que ocurrían en la clase y la grabadora registró audios verdaderamente inquietantes.

Según la acusación, el tono empleado por las docentes, identificadas en el caso como B.C y M.R, era "violento" y "amenazante". En las grabaciones se les escucha decir que han sacado a una de los niñas a empujones al patio y le han obligado a dar siete vueltas corriendo porque "está muy gorda".

Durante meses, se repitieron humillaciones y vejaciones que apuntan directamente contra le estabilidad emocional y la autoestima de los pequeños, desde llamarlos "gilipollas", "bobos" o "atontaos" hasta decirles directamente que les dan asco o tienen ganas de matarlos. A veces a puros gritos. Las ofensas no eran solo contra la niña que llevaba el osito, sino contra al menos siete niños con síndrome de Down de la clase.

"No se puede ser tan inútil. Lo que hace es el gilipollas. ¿A que sí? ¿Te haces el tonto del culo? Pues más tonta del culo voy a ser yo contigo. ¡Te voy a amargar la vida!", dijo en otra ocasión, según el diario español.

Las acusadas dicen que los audios son "ilegales"

Aunque los padres dan testimonio de los cambios de conducta de sus hijos, la principal prueba del abuso contra los niños son los audios captados por la grabadora, que un día una docente descubrió por accidente en la clase.

Desde la defensa ahora buscan invalidar esos audios, alegando que se obtuvieron de forma "ilegal" y "subrepticia" y acusan a los padres de cometer un delito de revelación de secretos. "Realizaron una extracción interesada, sesgada, parcial y descontextualizada de unos minutos de fechas de grabación no determinadas", alega la defensa, según el reporte del diario ABC.

Desde el colegio aseguran que fueron ellos, y no los padres, quienes iniciaron la denuncia ante la Policía Nacional en marzo de 2019, tras encontrar la grabadora en la clase. Tras oír algunos audios decidieron apartar al momento a las docentes.

Los padres, por su parte, declararon que no habían denunciado inicialmente porque temían justamente que los audios no fueran pruebas legales en contra de las maestras.

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