Policías llegaron hasta un establecimiento de aire acondicionado investigando un fraude, pero se llevaron una sorpresa cuando descubrieron que el lugar funcionaba como un rin de peleas de gallos clandestinos. Según las autoridades, Juan Romero, quien es el dueño, criaba, entrenaba y guardaba los animales en el lugar. Los agentes confiscaron 160 gallos.