¿Por qué algunas sobrevivientes de violencia sexual como Raquenel ‘Mary Boquitas’ tardan en contar su historia?

¿Por qué no habló antes? Es la pregunta prácticamente inevitable que acompaña a testimonios de mujeres como Raquenel ‘Mary Boquitas’ cuando finalmente deciden contar su historia de violencia sexual tras años de silencio.

Con frecuencia, le siguen acusaciones como la de querer fama o dinero, el que no hicieran más por defenderse o el clásico “se lo buscó”, que alimentan el ciclo perverso que lleva a tantas otras a callar.

Para los expertos en la materia el asunto está muy claro: las sobrevivientes de violencia sexual no le deben explicaciones a nadie y decidir contarle a alguien sobre la experiencia es algo que les compete exclusivamente a ellas, advierte a Univision, Cristina Manzur, vocera de Red Nacional de Violación, Abuso e Incesto (RAINN, por sus siglas en inglés). “No hay una talla única que se aplique a las sobrevivientes: la historia y el proceso de curación son únicos para cada persona”.

De hecho, el que callen sobre el trauma que experimentaron es algo bastante común, aclara Carlos Cuevas, director del Laboratorio de Violencia y Justicia de la Universidad de Northeastern, en Boston. “Por lo que sabemos, hasta la mitad de las víctimas de agresión sexual nunca lo revelan. No es raro que las sobrevivientes no cuenten su historia sino hasta más tarde en la vida, o solo mencionen ciertas partes. La gente a menudo no se da cuenta de lo difícil que es hablar”.

¿Por qué Raquenel Mary Boquitas calló durante tantos años?

“Antes no estaba preparada para contarlo todo, mucho menos serenamente y sin rencores y barreras emocionales”, ha dicho la cantante, sobre su decisión de contar ahora, en el podcasts ‘En Boca Cerrada: Lo que nunca se dijo sobre el caso Trevi-Andrade’, la pesadilla que vivió con Sergio Andrade.

A partir de hoy, jueves, puede escucharse e l episodio final de la segunda temporada del podcast, en el app de Uforia, Apple Podcast, Spotify, Youtube y en el resto de las plataformas de podcasts.

Durante todo ese tiempo, asegura que no había compartido los detalles, ni siquiera con su familia. “Sólo han escuchado de los medios y de lo poco que les he contado, porque ha sido poco (…) Hasta ahora comprendí que debo confesarles todo lo vivido porque ellos merecen la verdad”, comenta en uno de los episodios de la primera temporada.

A sus 53 años busca “dar voz a la que nunca la tuvo y esa soy yo”, así como a “otras víctimas de abusos”.

La mueve, no sólo un anhelo de reivindicación, sino también un sentido de responsabilidad. “Vengo a contar lo que viví para validar a otras mujeres que han pasado por lo mismo y, sobre todo, para ayudar a prevenir que esto suceda otra vez”.

Detrás de cada sobreviviente como ella, hay muchas otras que guardan silencio.

Un sistema que silencia a las víctimas de violencia sexual

La violencia sexual toma muchas formas y, en algunos casos, las víctimas tardan incluso en reconocerla, pues proviene de alguien en quien confiaban. Incluye el abuso sexual en la pareja, contacto o caricias no deseadas, acoso sexual y violación.

Cada minuto en EEUU, en promedio 24 personas sufren una violación, agresión física o acoso por parte de su pareja íntima, lo que equivale a más de 12 millones de individuos en un año, se lee en la web de la Línea Directa Nacional contra la Violencia Doméstica.

1 de cada 6 mujeres enfrenta una violación o un intento de violación, más de la mitad antes de los 18 años y generalmente el abuso proviene de alguien conocido, advierte un manual del Centro Nacional de Recursos para la Violencia Sexual (NSVRC, por sus siglas en inglés).

Según el documento, en Estados Unidos, muchas de las sobrevivientes que llegan a reportar una violación o agresión sexual descubren que al final no hay arresto, ni condena. Un estudio estimó que la probabilidad de que un violador vaya a la cárcel es apenas del 16%.

En México el panorama es aún más desolador: de acuerdo con la organización México Evalúa, tan sólo entre julio y diciembre de 2019, cuatro de cada diez mujeres mayores de 18 años sufrieron algún tipo de violencia sexual y el 99.7% de los casos no fueron denunciados.

Pero las trabas para alcanzar justicia no son lo único que inhibe a las sobrevivientes de contar su historia.

La culpa y el miedo a ser juzgadas influyen

“Revelar un abuso no es fácil y varía de persona a persona. Puede haber muchas razones por las que alguien puede esperar para contarlo. Por ejemplo, el miedo a ser juzgado, a no ser creído, a sentir que puede haber sido culpa suya, el pensar que los demás no lo van a entender”, explica a Univision Cristina Manzur, vocera de la Red Nacional de Violación, Abuso e Incesto.

Con demasiada frecuencia la realidad les demuestra a mujeres como Raquenel que todos esos miedos están fundamentados: la sociedad cuestiona la veracidad de su historia, minimiza la severidad del crimen o hasta les atribuye responsabilidad por lo que les pasó, un proceso que los académicos denominan ‘revictimización o victimización secundaria’, pues las hace sentir violadas o vulneradas una segunda vez.

La experta aclara que no hay una fórmula que establezca cuánto tiempo debe tomarse alguien para revelar su trauma: “Algunos pueden hacerlo inmediatamente después del incidente; otros pueden ser semanas, meses, años o nunca”.

Denunciar implica revivir el trauma por el abuso sexual

La reacción inicial ante un abuso sexual puede ser la de evitar revivir la experiencia a toda costa, un mecanismo de defensa biológico que surge en respuesta a un trauma severo, como también lo son los recuerdos caóticos o desestructurados, que pueden ir apareciendo a medida que pasa el tiempo.

No extraña entonces el que, al desenterrar el trauma, el relato presente algunas inconsistencias, lo que -contrario a lo que alegan quienes cuestionan la veracidad del relato- no invalida, ni niega lo ocurrido.

Incluso durante el acto de violencia sexual, la persona puede experimentar lo que se conoce como ‘disociación’, en la que el individuo se abstrae de la realidad ante un trauma severo, lo que explicaría el que no se defendiera físicamente, otra de las críticas que se les hace a las víctimas.

“Existe una trágica discrepancia entre lo que se espera dentro del sistema de justicia penal y la naturaleza de los recuerdos traumáticos y cómo es probable que las personas los informen”, dice al The Guardian Amy Hardy, psicóloga clínica del Kings College London.

Cuando amas a tu agresor todo se complica

Cuando el abusador es la pareja, se interponen sentimientos de vergüenza o culpa, así como el nexo emocional con el perpetrador, quien hace uso de toda clase de tácticas de manipulación para silenciar a la sobreviviente.

“Hay personas que son muy controladoras, abusivas y, a menudo, obtienen la obediencia de sus parejas porque estas temen lo que pueda sucederles. Además, los agresores a menudo incurren en acciones que hacen que la víctima sienta que no tiene control sobre su vida. Por ejemplo, manejarán las finanzas, monitorearán a dónde van, las supervisarán de otras maneras. Estos comportamientos les permite obtener la sumisión de las víctimas y hacer que estas hagan cosas que, de otro modo, no elegirían”, dice en conversación con Univision el psicólogo Carlos Cuevas, especializado en victimización, trauma y abuso sexual.

En el podcast ‘En Boca Cerrada: Lo que nunca se dijo sobre el caso Trevi-Andrade’ , Raquenel relató en dos temporadas las continuas amenazas que recibía de Sergio y cómo -ante los crueles abusos a los que era sometida- solía pensar: “Me lo merezco”.

Así le ocurrió la primera y única vez que intentó escapar infructuosamente: “Desde el suelo veía la maleta y sólo podía pensar: ‘Qué bárbara, me lo merezco por intentar abandonar a mi esposo’. Ese peligroso pensamiento de me lo merezco. Cada vez aparecía con más fuerza en mi mente y ya no me podía deshacer de él”, cuenta en uno de los episodios del podcast producido por Uforia, la plataforma de audio de Televisa Univision, y Pitaya Entertainment.

Qué hacer si sufres una agresión sexual, abuso o violación

Si tú o algún conocido está enfrentando violencia sexual, organizaciones como la Red Nacional de Violación, Abuso e Incesto (RAINN, por sus siglas en inglés) pueden ayudar. Ofrecen apoyo gratuito, en español y completamente confidencial a personas 24/7 mediante su página web, su línea telefónica (800 656 4673) y vía chat. Visita este enlace.

Escucha la historia completa de Raquenel ‘Mary Boquitas’, en el podcast ‘En Boca Cerrada: Lo que nunca se dijo sobre el caso Trevi-Andrade’ en Uforia App o en todas las plataformas de podcasts.