Cientos de niños en Estados Unidos han perdido la vida mientras jugaban con armas de fuego y, recientemente, en cuestión de una semana, se reportaron dos víctimas más en Pennsylvania. Según el reporte, en Filadelfia,
una niña de 3 años murió luego de dispararse en un ojo con el artefacto de su padre. Mientras que, en Allentown, un pequeño de 2 años recibió un impacto de bala en el pecho y su deceso fue declarado accidental.