La noche del domingo, las miradas de propios y extraños se concentraron en el cielo, ante el paso de una bola de fuego o bólido visible primero sobre Forest Hill, Maryland, y que se desintegró sobre Gnatstown, Pensilvania. Expertos creen que era un pequeño fragmento de un asteroide que se habría originado en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter.