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Ovidio Guzmán

"La ciudad sigue en manos del crimen": cómo Sinaloa vivió su segundo 'jueves negro' tras la recaptura de Ovidio Guzmán

La captura de Ovidio Guzmán López desató una feroz ola de violencia en Culiacán, Sinaloa, en el noreste de México, que no había terminado caída la noche del jueves. Univision Noticias conversó con algunos de los residentes de la ciudad, sometida a un estado de sitio de facto.
Publicado 5 Ene 2023 – 10:53 PM EST | Actualizado 6 Ene 2023 – 05:49 PM EST
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Muertos, robos, saqueos, amenazas y la incertidumbre sobre cuándo parará la feroz ola de violencia desatada tras la recaptura de Ovidio Guzmán López, hijo del narcotraficante Joaquín 'El Chapo' Guzmán, preocupan a muchos habitantes de Culiacán, Sinaloa.

Si alguien considera que el hecho es una “victoria” para el gobierno mexicano, tal júbilo no es compartido por muchos habitantes de Culiacán quienes se encuentran sometidos a un estado de sitio que ha durado ya más de 12 horas y que no parece dar señales de parar.

Tristeza, cansancio, desánimo, indignación, desesperanza y desamparo son las emociones que manifiestan algunos habitantes de la capital de Sinaloa, quienes ofrecieron sus testimonios a Univision Noticias.

El silencio estremece las calles de la capital, según repiten los residentes que, encerrados en sus casas, accedieron hablar sobre este segundo 'jueves negro' que vive la ciudad.

El primero fue el 17 de octubre de 2019, cuando el Ejército mexicano intentó capturar a Ovidio Guzmán López, el líder de 32 años de una facción del poderoso Cartel de Sinaloa, acusado de conducir el negocio criminal que dejó su padre, 'El Chapo' Guzmán, quien purga condena de cadena perpetua en una cárcel de Colorado.

Aquel operativo de hace tres años desató una ola de violencia que duró más de cinco horas, obligó a cerrar el espacio aéreo y paralizó la ciudad hasta que el presidente Andrés Manuel López Obrador decidió liberarlo porque “iban a morir inocentes”.

El jefe de Estado mexicano evitó reconocer de inmediato que él había dado la orden. Se tardó ocho meses en admitirlo.

El segundo comenzó hacia las 04:00 am de este jueves, hora local, según reportes de medios de comunicación. A esas horas de la madrugada, las redes sociales comenzaron a inundarse con imágenes y videos de autos incendiados o sujetos con armas.

Horas después, la situación no parecía mejorar.

Francisco A*, consultor sinaloense de unos 40 años, escribe desde Culiacán: "Ahora cae la noche, la ciudad sigue en manos del crimen. Ha habido saqueos, ha habido robos de vehículos. El crimen no cede. Dobló al presidente de México una vez, cree que puede doblarlo de nuevo. ¿Qué sigue entonces? ¿Qué vamos a ver las siguienes horas? Ahora es todo incertidumbre y miedo".

A última hora del jueves nueve vías de Culiacán continuaban bloqueadas y seis más en el puerto de Mazatlán, informó el secretario de Seguridad Pública de Sinaloa, Cristóbal Castañeda, en entrevista con el medio local Línea Directa. Castañeda pidió además a la población que no saliera de sus casas y prometió ampliar la información cuando "la situación esté controlada".

El abandono de las autoridades

La respuesta feroz de los narcotraficantes no paró durante el día.

Un vuelo de Aeroméxico recibió un impacto de bala. Imágenes y videos desde allí muestran las avenidas vacías y algunos de los pocos conductores que había en la calle son abordados por grupos de sicarios en moto. Desde una terraza, se observan columnas de humo.

El caos llegó a tal nivel que los propios sicarios, no los agentes de policía, sometieron a los saqueadores, según muestra un video verificado por Univision Noticias.

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El momento en que pasajeros de un avión se resguardan de las balas tras la captura de Ovidio Guzmán

“A todo al que se le cache tumbando o robando, que no les extrañe que les vuelen la cabeza. Aki [sic] somos gente, no lacras”, dice un mensaje acompañado por dos emojis: una pizza y una calavera. La pizza es por “Chapiza”. Chapiza de Chapo Guzmán.

Los reporteros en Sinaloa, que hacen su trabajo en uno de los países más peligrosos para ejercer periodismo, denunciaron ataques y amenazas que no pararon durante la jornada.

“A varias compañeras y compañeros les quitaron vehículos, equipo, o los amenazaron con un arma. Otros no pudieron ni dejar sus domicilios. Otros fueron secuestrados por momentos y todos segregados, nunca pudimos reunirnos, solo [hablamos] por chats”, escribió el periodista Aarón Ibarra en su cuenta de Twitter.

A la desinformación y el abandono, se sumó el silencio.

“Es increíble que nos enteremos por audios, videos y fotografías de WhatsApp”

En la mañana, inició la rueda de prensa matutina del presidente mexicano, quien apenas mencionó la palabra Sinaloa.

“Hay un operativo que inició en la madrugada y más tarde se dará una conferencia para que se tengan todos los datos precisos” y añadió que la ofrecería la secretaria de Seguridad Pública, Rosa Icela Rodríguez.

Terminada la conferencia presidencial –que duró más de 120 minutos y en la que aprovechó para atacar a un periodista crítico con su gobierno–, el mandatario partió a un acto previamente agendado y, al parecer, impostergable.

“Es increíble que nos enteremos por videos, audios y fotografías que vuelan por WhatsApp”, dice a Univision Noticias el fotógrafo Alfredo J*.

“Lo único que se limitó a decir el gobernador [Rubén Rocha Moya, del partido Morena, fundado por AMLO] es que había un operativo de autoridades federales y nos ‘invitó’ a no salir de casa”.


El silencio del gobierno mexicano continuó hasta la 12:00 pm, ocho horas después de que Ovidio Guzmán fuera detenido.

La rueda de prensa no la dio Rosa Icela Rodríguez, sino el secretario de Defensa mexicano, Luis Cresencio Sandoval, quien confirmó lo que medios locales llevaban repitiendo por horas: el hijo del Chapo Guzmán había sido detenido. Y, a diferencia de la primer ocasión, esta vez –al menos hasta las 19.00 ET de este jueves– no había sido liberado.

Pero el silencio ya no solo era el oficial, sino en todo Culiacán. Incluso en los chats.

“Ni en los peores momentos de la pandemia había visto a mi ciudad así, tan callada, tan vacía”, describe Juan F*, un vendedor de seguros de 42 años, a este medio.

Alfredo J* añade: “La ciudad está callada. Los grupos de WhatsApp no dicen nada, salvo que uno que otro meme esporádico. Pero todo está en silencio. Un silencio muy tétrico”.

Llegan más fotografías y videos: las mismas imágenes, de distintos ángulos, tomadas por diferentes personas. La avenida Álvaro Obregón, una de las principales de la ciudad, desierta. En el boulevard Pedro Infante, nombrada en honor del también sinaloense cantante mexicano, una decena de camionetas abandonadas, con todas las puertas abiertas, como si sus pasajeros hubieran salido huyendo.

Toque de queda de facto y una "noche larga"

“Conforme avanzan las horas y el conflicto sigue, sí me da miedo que caiga la noche. Ahora mismo, mi preocupación es mi mamá, que está en su casa sola”, escribió Francisco A*.

El toque de queda de facto continuaba hasta las primeras horas de la noche. Camionetas y convoys seguían patrullando la ciudad. Las autoridades estatales reiteraron a los ciudadanos la “invitación” a quedarse en casa, comenta Alfredo J*.

“Los planes de esta mañana eran ir a desayunar a una taquería que le gusta mucho a mi hijo de dos años, para después ir al súper, porque como nos fuimos a la sierra para pasar Año Nuevo, tenemos la nevera vacía. [...] Mi esposa y mi hijo están dormidos desde hace rato. Todavía no sé qué van a comer y ya son las cuatro de la tarde”, añadió. “¿Ya cenaron?”, se le pregunta dos horas después. “Todavía no”.

“La noche será muy larga”, dice Francisco A*. Los recuerdos del otro 'jueves negro', en que los residentes pasaron la noche entera escuchando las rondas de las camionetas de los sicarios.

Alfredo J* escribió en un par de tuits. “Este es el sentimiento de los sinaloenses”, dice. En uno, una usuaria, llamada Leslie B., dice: “Nadie tendría que despertar con estas noticias, nadie tendría que detener su día, paralizar su día…”. En otro, Dalia C. escribió de forma más directa: “A los que bajaron a mi familia de su carro para prenderle fuego, y les causaron traumas a mis sobrinas de tres y ocho años, ¡CHINGUEN A SU MADRE!”.

*Los nombres han sido modificados para proteger la seguridad de los entrevistados.

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