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México (país)

"A los que quedábamos vivos nos iban a rematar”: policía que sobrevivió a un ataque narco con armas de EEUU


El expolicía mexicano Iván Morales le contó a Univision Investiga cómo sobrevivió a un ataque del Cartel Jalisco Nueva Generación que derribó el helicóptero en el que viajaba durante un operativo. El armamento usado por los narcos había sido comprado en Estados Unidos sin mayores inconvenientes por intermediarios del cartel.
Publicado 29 Nov 2023 – 04:16 PM EST | Actualizado 29 Nov 2023 – 04:21 PM EST
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Iván Morales recuerda que despertó emocionado porque en pocas horas estaría a bordo de un helicóptero que lo llevaría a la operación más importante de su vida como suboficial de la policía mexicana.

Era la madrugada del primero de mayo de 2015. A sus 33 años le apasionaba lo que hacía.

Sus superiores mantuvieron la misión bajo el más absoluto secreto, pero él lo entendió porque había trabajado en operaciones encubiertas.

Solo sabía que tendría que abordar un helicóptero de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en Ciudad de México junto con varios militares y una mujer policía, su amiga Alejandra, a un destino desconocido.

Morales se despidió con un beso de su esposa embarazada.

A las pocas horas entendió por la vía más brutal las intenciones de la operación.

“Lo único que me acuerdo es que los impactos […] cómo se escuchaban los sonidos, cómo pegaban en la lámina, cómo veías que pasaban más las balas de calibre 50 porque son las que atravesaban el casco del helicóptero”, recuerda.

Un comando del Cartel Jalisco Nueva Generación derribó a disparos de fusiles de asalto y granadas el helicóptero militar. Morales fue trasladado a la ciudad de Guadalajara en una ambulancia, entre la vida y la muerte, con el 70 por ciento de su piel incinerada y su rostro desfigurado.

Hoy es una estadística más de la violencia de México. Es otro caso de miles que muestran cómo los carteles de la droga pueden adquirir sin mayores dificultades un sofisticado y letal armamento militar en Estados Unidos para usarlo en sus guerras.

El fusil que mayor daño causó al helicóptero , un M2HB había sido comprado por un intermediario del cartel en una tranquila casa de campo del estado de Oregón a un vendedor de armas con licencia. Con ese fusil, otro calibre .50 marca Barret M82, . también adquirido en Oregón, y dos lanzagranadas, los narcotraficantes causaron la muerte a nueve de los pasajeros del Cougar.

La operación secreta tenía como objetivo detener al líder del Cartel Jalisco Nueva Generación, Nemesio Rubén Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”, uno de los narcotraficantes más peligrosos y buscados en México y Estados Unidos.

El gobierno de México desplegó cuatro helicópteros, uno de ellos un súper Cougar en el cual viajaba Morales, su compañera Alejandra, y 16 militares.

El segundo helicóptero sería utilizado para trasladar a Oseguera, en caso de que lograran arrestarlo, mientras que los dos helicópteros restantes irían de escoltas, además de apoyar con artillería.

“Nosotros no llevábamos comunicación para nada, no por lo mismo, para que no se filtrara la información”, aseguró Morales.

Apenas amanecía, eran las cinco de la mañana cuando los helicópteros ubicaron el convoy en el que se suponía que viajaba el líder del Cartel Jalisco Nueva Generación por una carretera del municipio jalisciense Villa Purificación. La indicación para el primer helicóptero era entrar al perímetro en el que se sospechaba que se encontraba Oseguera, eliminar los riesgos, localizar y arrestar al narcotraficante.

Entonces, el segundo helicóptero aterrizaría para recoger a los arrestados, mientras que los helicópteros tres y cuatro vigilarían en el aire.

Pero el plan quedó en intenciones cuando el primer helicóptero de la Fuerza Aérea fue sorprendido con una artillería de rifles calibre .50, lanzacohetes y granadas de fabricación iraní y rusa.

Los narcos dieron el primer golpe y fue letal.

“El hecho fue muy, muy fuerte. Veíamos como atravesaban las balas, no, el helicóptero, muchos de los del personal que íbamos pues sí fallecieron en ese momento”, narró Morales.

Una de las municiones calibre .50 impactó en el rotor. La aeronave perdió movilidad. Al segundo los narcos lanzaron cuatro granadas propulsadas por cohetes, dos de ellas dieron en el blanco y el helicóptero comenzó a caer mientras se incendiaba.

“Le pegaron al rotor y empezó a caer y yo solamente me sostuve y me agarré de donde pude y sentí el impacto, el impacto que gracias al piloto pudo planear todavía el helicóptero, porque si hubiéramos caído en caída libre hubiera explotado”, recordó.

Premeditado

Meses después del atentando, a poca distancia de donde ocurrió, investigadores mexicanos y de la ATF encontraron algunas de las armas y los vehículos utilizados por los narcotraficantes para el ataque.
Al interior de una camioneta los funcionarios hallaron un cuaderno académico con una portada de un leopardo. En una de sus páginas se distinguía un dibujo a mano alzada de un helicóptero Blackhawk que llevaba en su fuselaje escrita la leyenda “Gobierno de Jalisco”. Univision Investiga tuvo acceso al cuaderno. El dibujo lo atribuyen las autoridades a miembros del Cartel Jalisco Nueva Generación.


A solo unos minutos de haber comenzado el ataque se registraron las primeras bajas al interior del helicóptero. Irónicamente, el rifle M2HB, montado en una camioneta tipo pickup con escudo de metal que usaron los narcos para el ataque, fue vendido por el ejército de Estados Unidos como reposición de inventario. El arma terminó en la armería JNC Manufacturing.

Durante los últimos veinte años aproximadamente un cuarto de millón de armas, muchas de ellas de tipo militar, ingresan cada año a México desde los Estados Unidos y llegan a manos de criminales, según Alejandro Celorio, abogado de la cancillería mexicana.

El 70% de las armas que se encuentran en manos de criminales en México provienen de los Estados Unidos, agregó.

“El ejército mexicano no tendría que estar en las calles. Es por el poder de fuego proveniente de los Estados Unidos que tenemos que desplegar estas acciones para repeler la agresión de los criminales”, advirtió. “Uno podría preguntarse ¿qué culpa tienen las empresas (tiendas de armas y fabricantes) de lo que pasa en México? Es una pregunta razonable, pero la cuestión es que al ser las armas un producto, una herramienta que está diseñada para lastimar, matar y destruir, pues su comercio tiene que ser más cuidadoso”, agregó.

El suboficial Morales sobrevivió al narcoataque y vive oculto por temor a represalias del Cartel Jalisco Nueva Generación. Después de meses de búsqueda aceptó reunirse con el equipo de reporteros de Univision Investiga en un lugar que pidió no identificáramos.

“Después de que nos derribaron pues seguían los impactos porque iban por nosotros todavía a los que quedábamos vivos nos iban a rematar porque sí se escuchaba todavía mucho, muchas ráfagas allá, ya cuando estábamos en tierra”, recordó.

Entre dos fuegos

La única salida del helicóptero estaba en llamas.

“Yo sí pensé que iba a fallecer ahí y por todo, el armamento, todo lo que está pasando afuera, o sea sí se escuchaba bastante fuerte”, dijo.

En ese momento Morales no tenía heridas, no había sufrido ninguna quemadura, se encontraba bien físicamente, pero tenía al frente un dilema de vida o muerte: quedarse en el helicóptero y morir consumido o salir en medio de llamaradas que rodeaban el aparato.

“Traté de salir, yo todavía lo pensé, me quedo o salgo. Realmente lo pensé, pero había un motivo muy importante por el cual yo quería vivir y fue lo que me motivó para salir y no me importó salir en medio de los obstáculos”, narró en la entrevista.

En la embestida del Cartel Jalisco Nueva Generación contra el helicóptero murieron 9 de los 18 tripulantes. Algunos fueron alcanzados por los proyectiles calibre .50 que atravesaron las paredes blindadas de la aeronave y otros quedaron calcinados al incendiarse el helicóptero ya en tierra. Entre los fallecidos se encontraba Alejandra, la policía federal compañera de Iván y otros siete militares a quien él no conocía.

Los nueve militares que sobrevivieron quedaron inhabilitados para continuar en el ejército y fueron dados de baja de las fuerzas armadas.

Morales iba uniformado y llevaba dos armas, una larga, un Rifle R15 y un arma corta. Antes de abandonar la aeronave únicamente encontró la corta y la tomó para defenderse de los narcotraficantes. Finalmente tomó la decisión: salió del helicóptero atravesando un muro de fuego. De inmediato su cuerpo se incendió.


Univision Investiga: ¿Cómo hizo para tratar de extinguir las llamas de su rostro y su cuerpo?

Iván Morales- Al salir llevaba todo mi equipo, llevaba chaleco, llevaba chamarra, no llevaba casco, llevaba una gorra. De hecho, son materiales, como muy plásticos los que usamos, las chamarras. Yo salí y sí me empecé a quemar muy rápido. Me acuerdo de que me quité la chamarra, llevaba mi armamento, mi armamento de armas largas no supe dónde quedó hasta la hora de quitarme toda la ropa, porque sí me la quité, todavía me quité la chamarra y de hecho me quité el chaleco, traía un chaleco (antibalas) y fue lo que me salvó, toda la parte del pecho y la espalda no está quemada por el chaleco que llevaba, pero sí me lo tuve que quitar porque se estaba incendiando.

UI- ¿Rodó para apagarse?

IM- Me apagué rodando, porque todavía esta parte de mi ropa estaba incendiada y fue así como me pude apagar y retirarme del helicóptero.

UI- ¿Qué escuchaba cuando ya había impactado el helicóptero además de las ráfagas, escuchaba gritos, escuchaba movimiento de los narcotraficantes?

IM- Cuando salí no escuchaba las voces, pero sí las ráfagas que seguían abajo, o sea no caímos tan lejos de donde iban ellos, porque sí, sí se escuchaba muy cerca.

UI- ¿Qué pensó en ese momento?

IM- Piensas que tu vida quedará ahí en cuestión de segundos, porque empiezas a sentir o sea para que nos hubieran derribado, la aeronave, se supone que sí estaban bien armados, para que tiren a un helicóptero...sí pasó todo como dicen, mi vida, todos mis recuerdos los vi porque pensé que iba a quedar ahí…o sea cae la aeronave y ya estaba pensando que no iba a sobrevivir, pero en cuanto cae la aeronave y siento que veo que el impacto no nos mató y yo salí, eso me hizo sentir bien.

UI ¿Qué le dio fuerzas para luchar por su vida?

Pues fue la llegada de mi hijo, porque en ese momento mi esposa estaba embarazada, de mi primer hijo y sí ese fue el motivo más importante o las fuerzas que me dieron para poder salir, mi familia, mi hijo, conocer a mi hijo, ver a mi esposa, que estuviera bien. Todo el tiempo estuve pensando en eso. Cuando me encontraron me cuentan que yo les decía que yo me iba a casar, que iba a tener un hijo. Yo quiero conocer a mi hijo, y fue más que nada esa fuerza que tuve por salir.

UI- Cuando alguien vive algo tan fuerte como lo que usted vivió hay un estrés postraumático. ¿Cómo ha sido eso para usted?

IM- Es así, es difícil. Eran mucho lo que eran las pesadillas, el recordar o el despertar saltado dentro de todo lo que había vivido. Creo que una de las cosas que a mí me ayuda mucho en cuestiones de psicología, que yo pude evitar, que yo me fuera a los extremos, en deprimirme, en pensar en otra cosa. El hecho de que estuvo mi esposa ahí, el hecho de que yo pensé más que en mí, pensaba más bien en mi hijo, en conocerlo. Igual sabía que en su momento me iba a preguntar ¿Qué te pasó? ¿Por qué estás así? Pero fue eso lo que me ayudó.

Y emocionalmente yo estaba consciente, muy consciente de todo lo que había pasado. Y eso me ayudó mucho, porque a la hora de que yo sentía las cicatrices en la cara y estando en el hospital, le comentaba a mi esposa qué tenía en la cara, porque siempre sentí esa sensación de tener una máscara. Y era su temor de ella, que cuando yo me viera al espejo, me viniera abajo… y yo le decía, sabes que no, no tengas miedo, yo sé que me quemé.

Al escapar del helicóptero Morales tenía quemado el 70 por ciento de su cuerpo. Aun así, corrió, esquivó las balas de los narcotraficantes, se alejó de la zona, brincó una cerca y se escondió detrás de una roca grande. Ahí permaneció hasta que escuchó el sonido de los otros helicópteros de la SEDENA.

Trató de gritar lo más fuerte que pudo, dijo, y se acostó en el suelo boca abajo para que sus compañeros pudieran identificar la estrella de la Policía Federal que tenía su playera, todo mientras continuaban los enfrentamientos entre militares y narcotraficantes.

Después de cinco meses de estar hospitalizado, de ser sometido a más de 15 operaciones, de estar en coma y debatirse entre la vida y la muerte, Morales fue dado de alta el nueve de octubre de 2015. Un mes después nació su hijo.

La única vez que se le vio en público fue cuando el entonces presidente de México, Enrique Peña Nieto lo condecoró en un evento nacional por servicio y valentía en su labor como policía federal.

Fue un momento inolvidable para Morales.

“Y volteo y todo el personal empezaba a aplaudir, eso fue muy emotivo para mí. Y demostrar también que a pesar de todo y de todas las circunstancias, yo seguía allí de pie”.

Para recibir su reconocimiento, el policía decidió quitarse la máscara de contención que cubría sus quemaduras.

“Yo quise que vieran mi rostro. No era por lástima o que me tuvieran lástima. No, al contrario, sé que había tenido un accidente, un atentado en contra de nosotros, o sea del personal, y solamente ver, demostrar que sí hay cicatrices que duelen, que te dejan, pero puedes seguir adelante a pesar de todo eso”.


Las periodistas Margarita Rabín, Verónica Guzmán y Fernanda Valdivia contribuyeron a este reportaje.


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