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Silicon Valley Community Foundation

Contar a quienes no usan internet es uno de los retos del censo en Silicon Valley

En el Silicon Valley, cuna de Facebook y Google, hay personas sin acceso a internet y con limitaciones para leer y escribir. Obras de teatro, llamadas puerta a puerta, volantes, asistencia personalizadas son algunos de los esfuerzos que apoya la Silicon Valley Community Foundation para lograr un conteo preciso en el censo 2020.
10 Jul 2020 – 12:24 PM EDT
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El condado de Santa Clara en California es uno de los diez en el país donde más gente ha dejado de contarse en el censo. Así lo afirma Manuel Santamaria, vicepresidente de impacto comunitario de la Silicon Valley Community Foundation (SVCF), una organización que se dirige a abordar los desafíos de la región y mejorar la calidad de vida de las comunidades. “Es difícil de contar a la gente porque viven en viviendas multifamiliares. Digamos que en una dirección viven tres o cuatros familias”, explica.

Esta densidad se vincula al aumento de población y al costo de la vivienda en la zona. Mientras que el promedio de una casa en Estados Unidos es de $241,300 –según los datos de la Asociación Nacional de Realtors–, una propiedad en Santa Clara cuesta 1,089,740 dólares, 98% más que en el resto del país.

“Se necesita agregar a toda esa gente para que el censo tenga un conteo suficientemente verídico para hacer cálculos de beneficios que vienen de lo federal a lo estatal, local. La fundación invierte en el censo y nosotros creemos que es súper importante hacerlo, porque en diez años la población del condado de Santa Clara y San Mateo ha aumentado y el conteo determina representación política y cuánto programa público se beneficia de inversiones federales”, desarrolla Santamaria.

“Son millones de dólares que vienen a California para ayudar específicamente a hospitales, construir nuevas calles, bibliotecas, escuelas para nuestros hijos y nuestras familias”, asevera. Por eso, la fundación trabaja desde 2018 para lograr que los californianos de los condados de Santa Clara y San Mateo se cuenten.

Entre los retos que menciona Santamaria en estos condados está la vivienda, el transporte público y el acceso a los beneficios públicos; pero sobre todo, en hacer entender el impacto de ser contado en beneficios como las estampillas para comer, los almuerzos, los desayunos en las escuelas.

“El conteo no es solo para hoy. Entre más gente se cuente, estamos también pensando en la próxima generación, en los jóvenes, en los que acaban de nacer, para que ellos también puedan tener acceso a todos los beneficios que nosotros hemos tenido”, explica.

Más de 70 organizaciones

Entre otras iniciativas, la fundación SVCF ofrece subsidios a organizaciones comunitarias confiables para llegar a poblaciones difíciles de contar a través de campañas de mercadeo, sensibilización y asistencia técnica.

En Santa Clara, por ejemplo, otorgaron subvenciones en un rango de 4,000 a 50,000 dólares a 70 organizaciones sin fines de lucro, para apoyar el objetivo de lograr el conteo completo. Los esfuerzos de estas organizaciones se dirigen a comunidades latinas, afroamericanas, chinas, vietnamitas, coreanas, así como a jornaleros, invidentes, personas de bajos recursos, en prisión e indigentes, entre otros.

“Esas organizaciones no lucrativas están llevando información a vecindarios impactados, densos y que son inmigrantes –continúa Santamaria–. El censo se hace cada diez años y tal vez hace diez años no vivía la misma población que vive ahora en esas mismas direcciones”.

Festivales y otros eventos, distribución de volantes, información en las carteleras de paradas de buses y visitas puerta a puerta son algunas de las iniciativas que se han empleado por estas organizaciones. “También trabajamos con fundaciones aliadas en los otros siete condados del Área de la Bahía para que ellos también, con otras fundaciones comunitarias como las de nosotros, puedan dar subvenciones a otros grupos comunitarios”.

Cómo responder sin acceso a internet

Es sorprendente que en la misma zona donde se encuentran empresas como Google y Facebook vivan personas sin acceso a internet. “Algunos no saben usar la computadora o no tienen una en casa”, comenta Mirna Cervantes, directora asociada del Instituto Multicultural, una de las organizaciones que ha recibido subsidios de la SVCF para comunicar la importancia del censo. “Así que hacemos llamadas personalmente y si alguien necesita ayuda para llenar el censo, los asistimos”.

“Trabajamos con unos mil jornaleros, trabajadoras domésticas y de restaurantes en los condados de San Mateo, Alameda y Contra Costa”, continúa Cervantes. Primero organizaban eventos comunitarios en las iglesias y en la calle, en los negocios de construcción en donde se reúnen los jornaleros. Ahora, por el covid-19, hacen seguimiento telefónico y por mensaje de texto. Afirma que semanalmente asisten a unas 30 personas para llenar el cuestionario.

Santamaria explica que una de las grandes barreras que tiene California con el censo es que alrededor de 11 millones de personas que viven en el estado son inmigrantes, de los cuales, muchos están indocumentados (23% según el Instituto de Políticas Públicas de California). “Entonces existe el miedo en que la información no es privada, que puede ser dada a otro departamento (del Estado). Nosotros estamos trabajando con las organizaciones diciéndoles que no hay que tener miedo, que el conteo es para beneficio de la comunidad local”.

Doña Pelos y Don Chismoso

El idioma y las limitaciones para leer o escribir son otras de las barreras para responder el censo. “Pensando en esa accesibilidad a esa información, hicimos educación popular para animarlos al censo” –cuenta Mayra Pelagio, de la fundación Latinos Unidos por una Nueva América (LUNA), otra de las organizaciones que han recibido subvenciones de la SVCF. “Desarrollamos los personajes de Doña Pelos, Don Chismoso y La Peluda”. Con ellos hicieron una obra de teatro para reducir el miedo con humor y explicar la importancia de responder el censo. Tenían planeado presentarlo como teatro callejero, pero por el covid-19, trasladaron sus esfuerzos a videos con esos personajes que publican en su página de Facebook.

Santamaria también menciona la “Censotería”, iniciativa desarrollada por la fundación LUNA “Ellos crearon un juego que está basado en la lotería y en las diferentes tarjetas”. Pelagio explica que al principio le pedían a las personas que enviaran su número de confirmación del censo para participar en la Censotería, pero como vieron que era un código muy largo y complicado de compartir, ahora lo hacen por el Facebook, invitando a participar con los comentarios.

“Uno de los programas más interesantes que fondeamos ayudó a la ciudad de San José a contar direcciones”, continúa Santamaria. Con voluntarios en las calles hicieron un conteo preliminar para identificar cuántas viviendas había dentro de un mismo terreno o si había casas rodantes en un patio, para que todas las familias pudieran luego ser informadas del censo.

El conteo insuficiente puede llegar a un tercio de la población nacional. Al ser California el estado más poblado del país, ese tercio puede llegar a significar unos 11 millones de personas. “Un conteo insuficiente nos dañaría mucho aquí en California. Si no tenemos el número correcto de personas que viven en California, se reduce la representación a nivel estatal y federal, o sea que tenemos menos voz”, concluye Santamaria.

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