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Educación

A qué se debe el escándalo que sacude a la vez a tres de las universidades más prestigiosas de EEUU

La élite universitaria de EEUU atraviesa una situación delicada, en medio de denuncias de antisemitismo y un acalorado debate sobre la libertad de expresión, permeado por la polarizada agenda política.
Publicado 12 Dic 2023 – 08:09 AM EST | Actualizado 12 Dic 2023 – 08:48 AM EST
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La audiencia sobre antisemitismo para la que el Congreso convocó a las presidentas de tres de las universidades del país (Harvard, Penn y MIT) escaló pronto a un enorme escándalo.

Además de los típicos problemas y de que la guerra de Israel y Hamas ha disparado los episodios de antisemitismo en sus campus, las tres tienen algo en común: son mujeres con relativamente poco tiempo en unos puestos históricamente ocupados por hombres blancos.

La audiencia fue convocada por el Comité de Educación y Fuerza Laboral de la Cámara de Representantes, liderada por los republicanos, que llamó a las tres presidentas alegando que sus prestigiosas universidades "han estado en el centro del aumento de las protestas antisemitas", según dijo en un comunicado un portavoz del comité.

Días después de la controvertida audiencia, Elizabeth Magill, la presidenta de Penn, renunció; y Claudine Gay, la de Harvard, ha estado enfrentando sonadas peticiones de renuncia de donantes y legisladores, aunque este martes la junta directiva de la institución anunció finalmente su respaldo a la presidenta. ¿Qué ha propiciado esta situación?

Quejas de antisemitismo: qué ocurrió en la audiencia del Congreso

La guerra entre Israel y Hamas ha profundizado las divisiones en las universidades de todo el país. Las tres presidentas fueron invitadas a testificar en medio de crecientes denuncias sobre el asunto en sus universidades.

En la audiencia de la semana pasada, Elise Stefanik, congresista republicana por Nueva York, preguntó a las tres líderes si el hecho de pedir "el genocidio de los judíos" violaba los códigos de conducta universitarios.

"Las reglas sobre intimidación y acoso son bastante específicas. Y si el contexto en el que se usa ese lenguaje equivale a intimidación y acoso, entonces tomamos medidas contra ello", respondió Claudine Gay, según una transcripción publicada en el sitio web de la oficina de Stefanik.

Gay estuvo de acuerdo en que pedir el genocidio de los judíos es antisemita y le dijo a la congresista republicana: "Cuando el discurso se convierte en conducta, tomamos medidas".


En general, las tres dieron respuestas largas, con disquisiciones legales en defensa del derecho a la libertad de expresión como algo cuasisagrado en las universidades estadounidenses, lo cual provocó la furia de algunos legisladores que querían escuchar tajantes aseveraciones sin matices.

Ante las respuestas similares de las tres líderes, la republicana Stefanik estalló: "No depende del contexto. La respuesta es sí, y por eso deberían dimitir".

Pero la convulsa reacción no fue solo de Stefanik: 74 legisladores escribieron cartas exigiendo la destitución inmediata de las tres mujeres de sus respectivos puestos y algunos donantes amenazaron con eliminar jugosas donaciones a las instituciones académicas.

Liz Magill: la renuncia de la presidenta de Penn

Ante las presiones y críticas, Elizabeth Magill "presentó voluntariamente su renuncia" el pasado sábado, según anunció el presidente de la junta directiva de la universidad, Scott Bok, quien también dimitió.

Si bien las tres presidentas recibieron fuertes críticas y presiones para dimitir, Magill fue tal vez la que se llevó la peor parte.

Como parte de las reacciones que generaron sus aparentemente evasivas respuestas en la audiencia del Congreso, el gobernador de Pennsylvania, el demócrata Josh Shapiro, calificó el desempeño de Magill como "absolutamente vergonzoso", y un importante donante anunció que iba a rescindir una donación de 100 millones de dólares a la Escuela de Negocios Wharton de la Universidad de Penn.

Sin embargo, Bok dijo que Magill cometió "un error muy desafortunado" al dimitir y explicó que ella permanecería en su puesto hasta que se designe a un presidente interino y que seguiría siendo parte del profesorado de la universidad.

Tras conocerse la noticia de su renuncia, la congresista republicana Stefanik emitió un comunicado que decía: "Una menos. Faltan dos".

Claudine Gay: Harvard respalda a su presidenta en medio de fuertes presiones

Tras la polémica audiencia, Claudine Gay, presidenta de Harvard, se disculpó por no condenar con más firmeza las amenazas de violencia antisemita en su campus, lo que no acalló por completo los llamados a que renuncie.

Sin embargo, a la vez que es presionada y criticada, Gay también ha recibido el apoyo de estudiantes y profesores, que aseguran que debe resistir a las "presiones políticas" y no dimitir.

Cerca de 700 profesores escribieron a la Corporación Harvard para mostrar su oposición a que Gay salga del cargo. Su llamado parece haber tenido efecto, y este martes, tras una noche de deliberaciones, la junta directiva de la institución anunció su respaldo a su primera presidenta negra.

"Como miembros de la Corporación Harvard, hoy reafirmamos nuestro apoyo al liderazgo continuo de la presidenta Gay en la Universidad de Harvard", dijo la junta en una declaración firmada por todos sus miembros, con exepción de la propia presidenta. "Nuestras extensas deliberaciones afirman nuestra confianza en que la presidenta Gay es la líder adecuada para ayudar a nuestra comunidad a sanar y abordar los gravísimos problemas sociales que enfrentamos", añade la declaración, citada por The New York Times.

Sin embargo, el comunicado incluyó también críticas al liderazgo de Gay, asegurando que había cometido errores, incluida la reacción de la institución a los ataques de Hamas a Israel el pasado 7 de octubre.

"Muchas personas han sufrido daños y dolor tremendos debido al brutal ataque terrorista de Hamas, y la declaración inicial de la Universidad debería haber sido una condena inmediata, directa e inequívoca", dice el comunicado institucional.

Por su parte, la junta directiva del MIT dijo que dará su “apoyo total y sin reservas” a la presidenta Sally Kornbluth, que es judía y cuyo testimonio también generó críticas mordaces.

La libertad de expresión, a prueba

En la carta que escribieron más de 600 profesores de Harvard en apoyo a Gay, estos hacían un llamado a "defender la independencia de la universidad y resistir a las presiones políticas, incluidas las peticiones de destitución de la presidenta Claudine Gay, que son contrarias al compromiso de Harvard con la libertad académica", escribieron. "La protección crucial de una cultura de libre pensamiento en nuestra comunidad diversa es imposible si permitimos que sea dictada por fuerzas externas", agregaba la misiva.

Uno de los firmantes y gestores de la carta de apoyo a Gay, el profesor de Ciencias Políticas Ryan Enos, cree que los líderes de Harvard no manejaron bien la crisis, pero que eso no significa que deban someterse a presiones políticas.

"Gestionaron muy mal la situación, no hubo coherencia en la dirección y no lograron promover la diversidad de expresión", en especial desde que estalló la guerra entre Israel y Hamas el pasado 7 de octubre.

Pero al mismo tiempo, Enos cree que en general la dirección del centro ha sido "muy parcializada" contra los palestinos y "casi ha prohibido el discurso propalestino en el campus", según cita la AFP.

El despido de Gay también podría verse como una reverencia a los legisladores republicanos que durante mucho tiempo han atacado a las universidades de élite como centros del pensamiento liberal que describen como 'woke'.

"Tenemos legisladores que se involucran íntimamente en el intento de dictar la gobernanza en el campus, y esto parece inaceptable", dijo Melani Cammett, profesora de asuntos internacionales que ayudó a organizar la petición, citada por la AP. Harvard necesita tener en cuenta la polarización del campus, añadió, pero “eso no es algo que deba ser controlado por actores externos”.

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