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En Primera Persona

"En mi casa explotó una cañería": así se vive en medio en la tormenta en Texas

Los que tienen chimeneas en casa se han dado cuenta de que son insuficientes para enfrentar el nivel de frío que estamos viviendo. No hay cobija, estufa portátil o accesorio que haga realmente la diferencia cuando no hay calefacción.
17 Feb 2021 – 07:09 PM EST
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Me considero afortunada. En mi casa explotó una cañería en el garaje que destrozó parte del techo y nos obligó a cortar el agua de toda la casa. Pero sé que tengo suerte. A mi alrededor millones de personas no tienen electricidad, enfrentan temperaturas bajo cero y tienen en el panorama por lo menos tres días más de incertidumbre en medio del frío extremo que yo nunca había vivido en Texas.

Vivo en Houston, una de las ciudades más afectadas por el paso de la tormenta invernal.

La mayoría de nuestros amigos y conocidos no tienen luz desde hace 36 horas, mientras otros han enfrentado cortes transitorios, especialmente en las noches y tardes, justo cuando el frío es más intenso. Hasta ahora ha alcanzado 14 grados Farenheit (-10 grados Celsius).

Una tras otra las llamadas de amigos aumentan nuestra ansiedad. “Y si somos los siguientes, se acaba nuestra fortuna y nos cortan la luz, ¿Qué vamos a hacer?”.

Los que tienen chimeneas en casa se han dado cuenta de que son insuficientes para enfrentar el nivel de frío que estamos viviendo. No hay cobija, estufa portátil o accesorio que haga realmente la diferencia cuando no hay calefacción.

En plena pandemia familias enteras han tenido que irse a casas de conocidos en busca de calor, algo impensable en estos tiempos de pandemia.

Por meses hemos mantenido la distancia social, tratando de proteger a nuestra familias de covid-19, pero ahora la crisis energética que enfrenta Texas ha obligado a muchos a correr un riesgo impensado, olvidar la distancia social para buscar calor.

Desde el sábado seguimos las instrucciones para protegernos de la tormenta. Salimos a cubrir las llaves externas de la casa con aislante, reforzamos ventanas y nos preparamos para lo que pensamos serían un par de días de intenso frío y nieve. Un panorama inusual pero entretenido al pensar en los niños y la nieve.

Pero el frío se quedó y ahora los problemas se acumulan uno tras otro. Las casas en Texas simplemente no están preparadas para enfrentar este nivel de frío sostenido por tantos días y las cañerías lo atestiguan.

Vecinos y amigos tienen sus casas húmedas por cañerías que han explotado en cocinas, estudios, livings. Lo que ha obligado a la mayoría a cortar los suministros de agua de toda la casa. Los plomeros locales no dan abasto y no estarán disponibles hasta la próxima semana.

Los avisos para hervir agua ya están en efecto en diversos condados de Texas. Los cortes de electricidad causaron una caída en la presión de distribución de agua y ahora no es seguro cocinar ni ingerir agua de la llave sin hervirla.

La comida es otro problema. Es un riesgo manejar en los caminos repletos de hielo y nieve. Miles de accidentes en todo el estado lo atestiguan. No podemos salir a comprar comida y hemos organizado la comida disponible para que dure hasta el fin de semana, cuando se espera que las temperaturas suban y sea seguro conducir.

Pero de nuevo, me considero tremendamente afortunada. Tengo luz, calefacción, comida y puedo hervir agua para tomar. Mi familia está a salvo conmigo y no nos hemos visto forzados a exponernos al coronavirus.

Sin embargo, desde que comenzó esta crisis energética se ha despertado una ansiedad que no sentía hace años. Esa que nos devuelve a un poco menos de cuatro años atrás cuando el huracán Harvey azotó nuestra comunidad y nos demostró lo poco preparado que estaba el estado para enfrentar una crisis climática.

Cuando nos enteramos que vivíamos en la zona que comprendía parte de la piscina natural de la represa Barker, que en una situación de emergencia es usada para acumular agua. Cuando comprendimos que era imposible evitar que nuestra casa se inundara.

Entonces, al igual que ahora, la historia sigue siendo la misma. La s autoridades locales no han tomado las medidas necesarias para prevenir la inmensa crisis causada por los estragos del Huracán Harvey, así como no lo han hecho para evitar la crisis energética actual.

Sabemos que tarde o temprano enfrentaremos la crudeza del clima, ya sea con huracanes de la magnitud de Harvey, como con tormentas invernales como Uri. Eso no es un secreto para nadie, es un hecho y no lo podemos controlar.

Pero lo que sí podemos hacer, lo que sí podemos controlar, es cómo lo enfrentamos, es el costo que tendremos que pagar por ellos. Ahora millones de personas están pagando el costo de la falta de visión, de la falta de inversión en la infraestructura de la red eléctrica en Texas. Lo están pagando congelándose en sus casas y arriesgando sus vidas.

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