Quién es Geert Wilders, el “Trump holandés” que lidera la inesperada victoria de la extrema derecha en Países Bajos
El partido del populista de extrema derecha y antiislámico Geert Wilders alcanzó una holgada victoria en las elecciones parlamentarias del miércoles en Países Bajos, en uno de los mayores reveses en la política holandesa desde la Segunda Guerra Mundial, y que seguramente provocará conmociones en toda Europa.
El resultado lo coloca en línea para liderar las conversaciones para formar una nueva coalición gobernante y, quizás, convertirse en primer ministro del país en un momento de agitación política en gran parte de Europa.
Sin embargo, para alcanzar el puesto, Wilders deberá negociar con otros partidos y no está claro quiénes podrían unírsele, por lo que su posición no es segura.
La encuesta a pie de urna publicada por la emisora nacional NOS indicó que el Partido por la Libertad de Wilders obtuvo 35 escaños en la Cámara Baja del Parlamento, de 150, más del doble de los 17 que obtuvo en las últimas elecciones.
“Tuve que pellizcarme el brazo. Los votantes dijeron 'estamos hartos de esto'. Nos enfermamos del estómago", dijo un jubiloso Wilders, añadiendo que ahora tenía la misión de poner fin al "tsunami de asilo", en referencia al tema migratorio que llegó a dominar la campaña.
Quién es Wilders y por qué su triunfo causa conmoción
Le han llamado el Donald Trump holandés. Ha sido amenazado de muerte en innumerables ocasiones por extremistas islámicos, condenado por insultar a los marroquíes y Gran Bretaña una vez le prohibió la entrada al país.
Fue durante mucho tiempo un agitador que atacaba al Islam, a la UE y a los inmigrantes, una postura que lo acercó al poder, pero nunca al mando de una nación conocida por sus políticas de compromiso con causas humanitarias y su carácter progresista.
Wilders, con su lengua de fuego, ha sido durante mucho tiempo uno de los legisladores holandeses más conocidos dentro y fuera del país. Sus políticas populistas y su cabello rubio peróxido han generado comparaciones con Trump. Pero, a diferencia de Trump, parecía destinado a pasar su vida en la oposición política.
Wilders nació en una familia de clase media en el sureste de los Países Bajos, cerca de la frontera con Alemania. De 1981 a 1983 vivió en Israel y viajó por todo Oriente Medio. En esos viajes, Wilders comenzó a formular las opiniones antiislámicas que caracterizarían su carrera política.
En 1997, fue elegido miembro del ayuntamiento de Utrecht como miembro del liberal Partido Popular por la Libertad y la Democracia. Al año siguiente, fue elegido diputado y, a principios de la década de 2000, una ola de sentimiento antiislámico en los Países Bajos le proporcionó una plataforma para externar sus ideas radicales.
En 2004, el cineasta Theo van Gogh fue asesinado después de estrenar un cortometraje que criticaba el papel de la mujer en la sociedad musulmana. En medio de la indignación pública en torno al asesinato, Wilders se convirtió en una voz destacada de la derecha política, declarando al Islam una “ideología fascista” y pidiendo restricciones a la inmigración musulmana a los Países Bajos.
La única vez que Wilders estuvo cerca de gobernar fue cuando apoyó la primera coalición formada por el primer ministro Mark Rutte en 2010. Pero Wilders no se unió formalmente a la administración minoritaria y la derribó después de solo 18 meses en una disputa sobre medidas de austeridad. Desde entonces, los principales partidos lo han rechazado.
Durante las últimas semanas de su campaña, suavizó su postura y prometió que sería un primer ministro para todos los holandeses, hasta el punto de que se ganó el apodo de Geert “Milders” (más suave).
Un convulso panorama político en Europa
Las elecciones de este miércoles fueron convocadas después de que la cuarta y última coalición del primer ministro saliente, Mark Rutte, dimitiera en julio tras no lograr un acuerdo sobre medidas para frenar la migración.
Rutte fue reemplazado por Dilan Yeşilgöz-Zegerius, una exrefugiada de Turquía que podría haberse convertido en la primera mujer primera ministra del país si su partido hubiera obtenido la mayor cantidad de votos.
En cambio, se pronosticó que perdería 11 escaños para terminar con 23.
Las elecciones se habían calificado de reñidas, pero al final Wilders venció cómodamente a todos sus oponentes.
El resultado es el último de una serie de elecciones que está alterando el panorama político europeo. Desde Eslovaquia y España hasta Alemania y Polonia, los partidos populistas y de extrema derecha han ido ganando espacio.
