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El éxodo cubano requiere atención internacional

"El éxodo de cubanos requiere mucho más que un diálogo bilateral con La Habana. Estados Unidos debería convocar una conferencia regional de los países que están recibiendo fugitivos de Cuba, Venezuela, Nicaragua y Haití para coordinar una respuesta común. El objetivo primordial sería darle orden y coherencia a ese éxodo, previniendo la explotación y el abuso de los migrantes y evitando que los regímenes que provocan su estampida los usen como peones políticos".
Opinión
Director de Integración de Redes y Multiplataformas y Redactor Jefe de Televisa Univision.
2023-01-16T10:57:07-05:00
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"De Cuba escapan cantidades astronómicas de cubanos porque no acaban de irse los que los desgobiernan y explotan". Crédito: @USBPChiefMIP

La dura realidad de Cuba se repite con la precisión de un reloj suizo cada año. Y este amaga con superar la marca establecida el año pasado en materia de emigración. Casi 278,000 cubanos se piraron de la isla del espanto solamente hacia Estados Unidos en 2022. Los que huyeron a Centroamérica, México y España nadie los ha contado, que yo sepa. Pero los cubanólogos los estiman en unos cuantos millares más.

De Cuba escapan cantidades astronómicas de cubanos porque no acaban de irse los que los desgobiernan y explotan.

Junto a la represión y la miseria, es la única constante del régimen castrista desde 1959. A su arribo a tierras de libertad, una vez vencido el inevitable miedo a hablar, los fugitivos de la historia cubana narran los mismos horrores de los que escapamos alguna vez todos los exiliados de la infortunada isla: persecución política, escasez de productos y alimentos básicos, desesperanza. La crónica falta de libertades y de un estado de derecho hace imposible no ya intentar sino incluso soñar con la transformación de la realidad cubana.

Las autoridades de Inmigración de Estados Unidos recién actualizaron las estadísticas sobre el arribo de cubanos. Una revela que en octubre del año pasado vinieron 29,872 de manera irregular por la frontera con México, en vuelos o por mar. Eso equivale a un promedio de 983 diarios. En noviembre, la cifra aumentó a 35,849, unos 1,200 cada día. Aun esperamos las cifras correspondientes a diciembre. El “Diario de Cuba”, publicado en España, concluye que 80 cubanos se están lanzando al mar todos los días con la intención de venir a territorio estadounidense, aunque algunos recalan en Las Bahamas u otras islas del Caribe. No pocos perecen en la peligrosa travesía.

Los gobiernos de países adonde llegan despavoridos y sin recursos los cubanos se hallan bajo presión para frenar el éxodo. El presidente Biden hace unos días acordó con su homólogo mexicano, Andrés Manuel López Obrador, aceptar 30,000 solicitudes de ingreso legal de cubanos, venezolanos, nicaragüenses y haitianos y expulsar a territorio mexicano a un número idéntico de personas de esas nacionalidades. Es un trato matemática y moralmente extraño que no disuadirá a muchos ciudadanos desesperados de esos países. Seguirán prefiriendo arriesgarse a emigrar como sea antes que continuar viviendo como esclavos de autócratas sin escrúpulos.

El régimen castrista está fomentando el éxodo irregular de Cuba para librarse de los descontentos y de bocas a las que alimentar. Es otra de las constantes de la “revolución”, como atestiguan los éxodos de Camarioca en 1965, los vuelos de la libertad entre 1965 y 1969, el puente marítimo Mariel-Cayo Hueso en 1980 y la crisis de los balseros en 1994. Como parte de la trama actual, La Habana reclutó la complicidad de la dictadura de Ortega y Murillo para que miles de cubanos salgan hacia Nicaragua con destino a México y Estados Unidos. Esto les permite a ambos regímenes usar el trasiego humano para exigir concesiones políticas y económicas a los países afectados. Es algo que debería tener muy presente el gobierno de Biden en sus actuales negociaciones migratorias con Cuba.

Pero el éxodo de cubanos requiere mucho más que un diálogo bilateral con La Habana. Estados Unidos debería convocar una conferencia regional de los países que están recibiendo fugitivos de Cuba, Venezuela, Nicaragua y Haití para coordinar una respuesta común. El objetivo primordial sería darle orden y coherencia a ese éxodo, previniendo la explotación y el abuso de los migrantes y evitando que los regímenes que provocan su estampida los usen como peones políticos. Esta iniciativa podría llevarse a cabo con el respaldo del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados y el asesoramiento experto de organizaciones humanitarias como Amnistía Internacional y Human Rights Watch.

En las redes sociales leí una conmovedora despedida de Cuba de Thais Liset Hernández Leiva, una joven cubana a la que describen como CEO de la empresa publicitaria Pixel Cubano. “Nos vamos”, escribió, “en busca de libertad, de oportunidades, de por una vez en la vida tener las riendas de nuestro futuro, porque nuestro país, o, mejor dicho, nuestros ‘dirigentes’ hacen que esto sea imposible”. Es un lamento que hemos repetido millones de cubanos durante más de seis décadas de tiranía. No podemos exigirles a los cubanos y otras víctimas de los malos gobiernos que los soporten indefinidamente. Pero nuestros gobiernos democráticos sí pueden y deben hacer más para ayudarles a escapar de esos regímenes y recuperar la dignidad humana que han perdido o que nunca han conocido.

Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es) y/o a la(s) organización(es) que representan. Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.

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