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Variante ómicron

Estos activistas quieren que la vacunación mundial sea ley; la llegada de ómicron refuerza sus argumentos

Ante el Senado hay una iniciativa bipartidista para declarar la lucha contra la pandemia asunto de seguridad nacional y que EEUU coordine políticas con otros países en el esfuerzo, pero para que pueda haber éxito se reconoce que el 70% de la población mundial debe estar vacunada.
Publicado 29 Nov 2021 – 10:43 AM EST | Actualizado 29 Nov 2021 – 03:12 PM EST
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WASHINGTON, DC - “¡Traemos nuestros muertos a su puerta porque no aguantamos más!”, gritó una veintena de activistas en las escalinatas del Senado antes de esparcir las cenizas de familiares fallecidos de covid-19 .

En sus manos llevaban ataúdes hechos de cartón con los nombres de sus allegados muertos por el virus.

Estos activistas abogaban ante el Senado por la aprobación de la propuesta de ley conocida como International Pandemic Preparedness and COVID–19 Response Act of 2021, auspiciada por dos senadores: el republicano Jim Risch y el demócrata Robert Menéndez.

La propuesta pide que se reconozca como asunto de seguridad nacional la lucha contra la pandemia y que se cree una Estrategia de Seguridad de Salud Global que incluya mecanismos de coordinación de Washington con el resto del mundo.

El proyecto reafirma el objetivo internacional de vacunar a un 70% de la población en todos los países, fijando como plazo el mes de septiembre de 2022, sin embargo, el objetivo luce muy lejos de cumplirse.

El acto fue organizado por Right To Health Action (Acción para el Derecho a la Salud), una organización creada al inicio de la pandemia, integrada por activistas, estudiantes, trabajadores de la salud y víctimas del covid-19, muchos ellos personas de color que exigen la acción inmediata del Congreso ante la pandemia.

El surgimiento de la variante ómicron, que se detectó por primera vez en pacientes en Sudáfrica y ha generado una alarma mundial por la posibilidad de que signifique un retroceso en la lucha contra la pandemia, refuerza la advertencia de los expertos de que el acceso limitado a la vacuna en los países pobres obstruye los avances contra el coronavirus en todo el mundo.

Los científicos indican que seguirán apareciendo nuevas variantes del virus en los países con bajas tasas de vacunación, como ya ocurrió con la variante delta, que ahora es la dominante.

"Mi mamá no es un número"

Entre los activistas, estaba Rosie Davis, cuya madre falleció por coronavirus el 17 de mayo de 2020, y quien viajó a Washington desde Carrollton, en el estado de Texas.

“No voy a dejar que se olviden de mi mamá. Mi mamá no es un número. Nuestros seres queridos no son números,” clamó esta mujer hispana, fundadora del Yellow Heart Memorial (Memorial para un Corazón Amarillo), un proyecto nacional que busca honrar el recuerdo de los fallecidos por covid-19 y crear una comunidad para sus seres queridos.

Junto a otros, Rosie Davis relató públicamente su testimonio: “De tantos muertos que había en el condado de Dallas, mi mamá se quedó esperando un mes entero en un freezer hasta que pudimos cremarla. Traje sus cenizas hoy. La llevo en este collar por donde vaya,” dijo.

“La última vez que vi su rostro fue el día de Las Madres”, agregó Davis. Su madre, Mary Castro, falleció cinco días después, en una residencia de ancianos.

Davis espera que su visita a Washington rinda frutos. En sus reuniones con el congresista por Texas Joaquín Castro y una representante de la Casa Blanca propuso la idea de un memorial permanente en la capital estadounidense. “Es lo que necesita nuestra comunidad,” dijo. “Es lo que merecen nuestros seres queridos.”

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ás equidad en el reparto de vacunas

Mientras que los países ricos ya están poniendo una tercera dosis de la vacuna, tan solo un 5% de la población en países de bajos ingresos ha recibido la primera dosis.

“Estamos presionando para que se apruebe la mayor propuesta de ley de salud de la historia,” dijo Paul Davis, director de política de Right to Health Action y un veterano activista, que en los años noventa hacia campaña entorno al Sida, otra pandemia humana que tuvo sus orígenes en el contagio animal.

Un estudio de la Unidad de Inteligencia de The Economist pronosticaba en abril que una decena de países de América Latina y el Caribe y la mayoría de países africanos no tendrán un acceso considerable a la vacuna antes del 2023.

Expertos y activistas, entre ellos la organización de derechos humanos Amnistía Internacional, responsabilizan a los líderes de los países ricos y a las grandes farmacéuticas.

En agosto, un portavoz de la Organización Mundial de la Salud presentó esta imagen para describir la situación: “Estamos planeando dar chalecos salvavidas a los que ya tienen, mientras dejamos a otros ahogarse.”

Este mes, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, hizo una llamado a una mejor equidad en el reparto de las vacunas ante el Consejo de Seguridad de la ONU en Nueva York.

El gobierno mexicano se comprometió el 18 de noviembre a donar 2 millones de vacunas a países de América Latina y el Caribe.

“Si los países pobres no tienen acceso a las vacunas nos vamos a enfrentar a nuevas variantes de este virus a medida que va pasando el tiempo. Y vamos a tener que enfrentarnos a situaciones de colapso hospitalario y a la urgencia de sacar nuevas vacunas,” dijo el doctor Tomás Pérez Acle, biólogo chileno y director del centro Ciencia y Vida, en una conversación en línea con periodistas.

“Es un problema mundial y la única forma de resolverlo de verdad es a través de la coordinación internacional,” agregó.

Soluciones a largo plazo para evitar pandemias

La propuesta de ley ante el Senado también propone soluciones a largo plazo para evitar el surgimiento de nuevas pandemias. Incluye la creación de un fondo global para frenar el cambio climático, la degradación medioambiental y en particular la deforestación.

En un informe reciente del G20, los países más ricos del planeta reconocen que las epidemias humanas con origen animal han ido creciendo de manera exponencial en las últimas décadas y que la del covid-19 no ha sido ninguna excepción. Advierten que la próxima pandemia “puede llegar en cualquier momento, en la próxima década o incluso en el próximo año” y que puede llegar a ser “mucho más dañina para la seguridad humana”.

Un estudio publicado en la revista Science en 2020 por la Universidad de Harvard y la organización Conservation International entre otros, estima que el costo de prevenir la próxima pandemia representa tan solo un 2% de lo cuesta luchar contra la de covid-19.

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