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Salud

"Nadie nace odiando a otra persona": qué nos hace racistas y cómo dejar de serlo

“Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio”, dijo Albert Einstein. Los prejuicios racistas están muy arraigados en nuestro cerebro y en la sociedad, como acaba de poner de manifiesto, tristemente, el caso de George Floyd y otros muchos que lo anteceden. Pero igual que se aprende a odiar, es posible enseñar al cerebro a comprender mejor al otro, aunque cueste.
8 Jun 2020 – 10:51 AM EDT
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El desafío es transformar el miedo, el odio y otras emociones negativas en confianza y amor, y aprender a humanizar y desconceptualizar al otro. Crédito: Manuel Velasquez/Getty Images

Nelson Mandela, el líder que acabó con el apartheid -el régimen de segregación racial en Sudáfrica- pronunció unas palabras que pueden servirnos de guía en estos momentos: “Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, por su origen o su religión. La gente puede aprender a odiar, y si puede aprender a odiar, se le puede enseñar a aprender a amar, porque el amor se encuentra de forma más natural en el corazón del hombre que su contrario".

Un 74% de los estadounidenses perciben la muerte de Floyd a manos de policías blancos como un signo de un problema de injusticia racial, de acuerdo con una encuesta difundida el viernes. Así las cosas, el primer paso para dar este giro tan necesario y alejarnos del odio es comprender mejor qué es lo que está pasando. Presentamos algunas claves:

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¿Cómo nace el racismo y la intolerancia?
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