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Relaciones Internacionales

Trump arremete contra la ONU: "es solo un club de gente para reunirse, hablar y pasárselo bien"

El presidente electo estadounidense vuelve a criticar la decisión adoptada por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que exige el cese de los asentamientos judíos en territorios palestinos.
27 Dic 2016 – 05:10 AM EST
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Trump muestras hasta ahora un apoyo sin fisuras al gobierno de Israel Crédito: Carlos Barria/Reuters

El comentario no debe sentar muy bien a los oídos de Ban Ki-moon, ni tampoco de Antonio Guterres, quien lo sucederá desde este 1 de enero al frente de la secretaría general de la ONU. Sobre todo viniendo del próximo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien dijo la noche de este lunes que la organización es un "club" de gente que se reúne para hablar y "pasárselo bien".

El comentario de Trump vertido en la red Twitter, como la mayoría de sus posiciones sobre la política exterior que piensa poner en práctica al asumir la presidencia, deriva de la decisión adoptada el viernes pasado por el Consejo de Seguridad para exigir a Israel el fin de sus asentamientos en territorios palestinos, que fue aprobada gracias a la abstención de EEUU.

La resolución exigió además el cese "inmediato" y "completo" de esta política de asentamientos e insistió en la solución de dos estados, el israelí y el palestino, que convivan pacíficamente.

"Naciones Unidas tiene un gran potencial, pero ahora es solo un club de gente para reunirse, hablar y pasárselo bien. ¡Qué triste!", tuiteó el presidente electo.

La crítica de Trump sigue a otro tuit difundido el viernes pasado, después de que fuera aprobada la resolución de la ONU, en el que advirtió que, a partir del 20 de enero, cuando llegue a la Casa Blanca, "las cosas (en la ONU) van a ser diferentes".

El presidente electo había pedido que Estados Unidos vetara la resolución que fue aprobada en el Consejo de Seguridad de la ONU sobre los asentamientos israelíes.

La resolución fue aprobada por 14 votos a favor y la abstención de Estados Unidos, que no ejerció el derecho de veto que le confiere su calidad de país con asiento permanente el máximo órgano de decisiones de la ONU.

Un día después aquella votación, Trump calificó la decisión como "una gran pérdida para Israel en la ONU" y consideró que "haría más difícil" negociar la paz entre israelíes y palestinos.

La condena de la ONU a los asentamientos israelíes tampoco ha sido efectiva, en la práctica. El gobierno municipal de Jerusalén señaló que no retrocedería en la intención de aprobar 600 unidades de vivienda en la sección oriental de la ciudad, predominantemente palestina, donde se planifica la consolidación de 5,600 casas nuevas.

El proyecto de resolución objetado por Tel-Aviv y Trump fue llevado al consejo por Venezuela, Nueva Zelanda, Malasia y Senegal, después de que se echara para atrás Egipto, país que en un principio llevaba la iniciativa.

El presidente palestino, Mahmud Abás, confía en que la próxima conferencia sobre Medio Oriente en Francia establezca un mecanismo para poner fin a los asentamientos israelíes en un territorio que los palestinos reclaman para un estado.

Pero el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se opone a esa estrategia y afirma que sólo las negociaciones directas ofrecerán una solución. Netanyahu pidió reunirse con Abás para negociar, pero éste ha rechazado hacerlo a menos que se detenga la construcción de asentamientos.

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Las promesas de Trump a Israel

Cambio radical de rumbo

El presidente electo, que ha afirmado una lealtad sin fisuras con Israel, ha prometido que trasladará la sede de la embajada de Estados Unidos desde Tel Aviv a Jerusalén, un movimiento al que se se venía oponiendo la Administración de Barack Obama.

Trump ya ha designado como futuro embajador en Israel al abogado David Friedman, una figura próxima a la derecha israelí, que ha apoyado la expansión de las colonias israelíes en territorios palestinos y no cree conveniente la solución de dos Estados.


Se trata de un abogado experto en asuntos de bancarrotas, hijo de un rabino ortodoxo. Es partidario de políticas totalmente contrarias a las del presidente saliente Barack Obama: apoya los asentamientos judíos, se opone a la creación del Estado palestino y defiende con firmeza al gobierno de Israel. Es tan derechista que muchos judíos, partidarios de Israel, temen que propicie una mayor radicalización del primer ministro Benjamin Netanyahu, lo cual reduciría las perspectivas para la paz con los palestinos.

Los presidentes de ambos partidos se han pronunciado desde hace mucho tiempo por una solución que contemple la creación de un Estado palestino, y Netanyahu ha dicho que está de acuerdo. Friedman, a quien el Senado debe confirmar en el cargo, opina lo contrario. Ha calificado la idea de dos estados como "una narrativa" que debe cesar.

Con Obama, Estados Unidos ha trabajado de cerca con J Street, un grupo judío crítico con Netanyahu. Friedman acusa a Obama de "antisemitismo descarado" y considera a J Street "peor que kapos", en referencia a los judíos que colaboraron con los nazis durante el Holocausto.

Durante décadas, Estados Unidos se ha opuesto a la construcción de asentamientos israelíes en zonas que Israel capturó en la guerra de 1967. Friedman encabeza una organización sin fines de lucro que recauda millones de dólares para Beit El, un asentamiento de nacionalistas religiosos cerca de Ramalá. Beit El tiene un sitio de noticias de extrema derecha y una yeshiva cuyo decano ha exhortado de forma provocadora a los soldados israelíes a negarse a aceptar órdenes para sacar a los colonos de sus casas.

Por eso no sorprende que la nominación de Friedman haya aumentado la creciente división de judíos estadounidenses, entre aquellos que quieren que Washington obligue a Israel a la paz y los que piensan que la política de Obama abandonó al aliado más cercano de Estados Unidos en el Oriente Medio.

Hay una controversia incluso en Temple Hillel, cerca de la frontera entre Long Island y Queens, donde el padre de Friedman fue rabino casi medio siglo.

"Obviamente hay gente en la sinagoga que está de acuerdo con David y otros que no están de acuerdo", dijo Ken Fink, presidente de la sinagoga. "Pero sí hay mucho orgullo por el chico que creció aquí".


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