Ileana Alicea tuvo que correr a la escuela de su hijo Brandon Torres, en San Pedro, porque el estudiante con autismo fue víctima de una golpiza, en la que recibió 15 golpes en la cabeza. Rosa Gaytán pasó por lo mismo en Lynwood, con su hija de 13 años, que se convirtió en el blanco de abusadoras en la escuela. A las dos madres les sorprende el aumento en los casos de violencia escolar, pues entienden que se puede prevenir. Para los abusadores piden terapia, entre otras soluciones.