Una mujer de la tercera edad asegura que todo comenzó con una conversación a través de las redes sociales, en la que creía que hablaba con un joven al que ella había cuidado de niño y quien, supuestamente, se encontraba viviendo en el Medio Oriente. Afirma que, tras varias semanas, comenzó a enviarle dinero por medio de tarjetas prepagadas, transferencias bancarias y criptomonedas. El objetivo era que el hombre viajara a Los Ángeles para encontrarse con ella.