Miguel Eduardo Rosario era un traficante de drogas a gran escala que operaba desde Reading, Pensilvania. Mientras estaba en libertad condicional continuó vendiendo fentanilo, heroína, cocaína, metanfetamina, oxicodona y Xanax en las áreas de los condados de Berks y Schuylkill, según la denuncia penal.