La víctima, de 15 años de edad, mencionó ante la Oficina del Fiscal del Distrito Sur de Texas que tras la tortura y violación dejó de ser una joven inocente y ahora solo siente ira, dolor, culpa, depresión y humillación. Wilmer Rivera-Hernández, de 33 años, se declaró culpable el 24 de agosto y fue condenado a 50 años de prisión federal.