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Tormentas y Huracanes

Tras el paso de Iota y Eta, ¿ayudará Estados Unidos a Honduras y Nicaragua como hizo tras el huracán Mitch?

En 1998, el mundo llegó al rescate de Honduras y Nicaragua después del huracán Mitch. Ahora, 22 años después, las necesidades son casi las mismas pero puede que no se vea esa misma generosidad debido a la corrupción política, han advertido analistas. (Read in English)
22 Nov 2020 – 10:31 AM EST
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Tras el huracán Mitch que devastó Honduras en 1998, Moisés Starkman recuerda cómo, pese al desastre creado, recuperó la esperanza gracias a la respuesta inmediata de la comunidad internacional.

“Fue el drama humano de Mitch que impactó en muchos países”, dijo a Univision el exministro de Cooperación Internacional del país, recordando cómo la ayuda mexicana llegó rápidamente en aviones militares y helicópteros, seguida de un convoy de camiones y tractores.

En aquel entonces, una cifra de muertos de 20,000 personas y las imágenes de comunidades arrasadas por las inundaciones provocaron un esfuerzo global de recaudación de fondos en Estados Unidos y Europa, que invirtió miles de millones de dólares en el país.

Pero Starkman, ahora un profesor universitario de 67 años que enseña economía política, teme que esta vez la respuesta al doble golpe de los huracanes Eta e Iota sea diferente.

“Mitch fue terrible, pero el impacto ahora es más económico, no es lo mismo”, dijo. “Y la actitud es muy diferente en los países, en Estados Unidos, Europa y Mexico. No es que no van a ayudar, pero no va a ser como Mitch”, agrega.

En estos días, el mundo está distraído por la pandemia de covid-19 que ha agotado los presupuestos, así como por la disputa sobre los resultados de las elecciones en Estados Unidos. Los impactantes niveles de corrupción política en Honduras y Nicaragua también frenan el entusiasmo de las naciones por ayudar.

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Así fue el huracán Mitch, una de las tormentas más mortíferas en la historia de Centroamérica

Otras prioridades en EEUU

Aunque la administración saliente de Donald Trump hasta ahora ha dicho poco sobre la crisis humanitaria que se desarrolla en Centroamérica, es probable que sea una gran preocupación para el presidente electo Joe Biden, quien ya propuso un plan de 4,000 millones de dólares para abordar la pobreza en la región y evitar otra ola de migración.

Con la transición de Estados Unidos estancada por la renuencia del presidente Trump a aceptar la derrota, es posible que Honduras tenga que esperar hasta que Biden asuma el cargo el 20 de enero. Incluso entonces, es probable que el nuevo presidente tenga otras prioridades.

El jueves, Estados Unidos anunció 17 millones de dólares de ayuda humanitaria para Centroamérica, principalmente dedicada a ayudar a brindar refugio a familias desplazadas. El ejército de los Estados Unidos también está respondiendo con operaciones de rescate y logística de su Fuerza de Tarea Conjunta-Bravo con sede en Honduras.

Pero aparte de eso, la respuesta internacional ha sido débil.

Ayuda "inadecuada"

“En comparación con Mitch, la respuesta internacional ha sido lenta y, yo diría, inadecuada”, dijo Adriana Beltrán, experta de la Oficina de Washington para América Latina, que analiza las políticas de Estados Unidos en la región.

Si bien el número de muertos de Eta e Iota, que ahora se acerca a las 300 personas con cientos aún desaparecidos, palidece en comparación con las vidas perdidas durante el Mitch Sin embargo, la experta indicó que "el costo económico podría ser igual o peor que el del huracán Mitch".

El daño de la tormenta se suma al daño económico del covid-19, una sequía persistente que ha arruinado a los agricultores en lo que se conoce como el 'corredor seco' de América Central y la corrupción política desenfrenada en la región.

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'El corredor seco', la zona de Guatemala con más extrema pobreza y desnutrición infantil

Pérdidas económicas

"Ya la pandemia nos había dejado secuencias muy graves en el tema económico, con pocos efectos en el sector agrícola productivo", dijo Carlos Hernández, director ejecutivo de la Asociación para una Sociedad Más Justa (ASJ), un grupo de la sociedad civil hondureña.

"Eta y Iota destruyó la infraestructura productiva que era la esperanza de lo único que nos había quedado y con perspectiva de buena producción", agregó.

Las estimaciones oficiales indican que las tormentas afectaron la vida de más de tres millones de hondureños, aproximadamente el 30% de la población del país. La pérdida económica solo de Eta osciló entre el 10% y el 20% de la producción económica (PIB), o aproximadamente entre 2,5 y 5,000 millones de dólares.

El área más afectada, alrededor de la ciudad norteña de San Pedro Sula, es el centro comercial del país, rodeado de grandes plantaciones de banano, que ahora se encuentran aplastadas e inundadas. Su aeropuerto internacional también está bajo el agua y lodo, y la cercana ciudad de Puerto Cortés, uno de los puertos más grandes de Centroamérica, también está aislada.

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"Si se suma todo, es devastador", dijo Beltrán. “Se enfrenta a una situación de hambre y un mayor porcentaje de personas va a caer aún más en la pobreza”, agregó.

Una larga recuperación

Analistas familiarizados con el esfuerzo de recuperación después de Mitch dicen que los donantes trabajaron en conjunto con un equipo tecnócrata en el gobierno hondureño, para desarrollar un plan coordinado para la reconstrucción, así como para la sociedad civil. Como resultado, el esfuerzo de reconstrucción de miles de millones de dólares se consideró un éxito relativo.

Si bien todavía es temprano, en este momento hay pocas señales de que eso esté tomando forma.

“El período de recuperación será largo y abrupto”, dijo Celina de Sola, cofundadora salvadoreña de Glasswing International, una organización sin fines de lucro que ofrece proyectos comunitarios de educación y salud que administra en Centroamérica.

“Siento que a veces todavía nos estamos recuperando de desastres que ocurrieron hace mucho tiempo. Estos últimos huracanes solo contribuirán a la inseguridad y la pobreza. El impacto del desplazamiento, la pérdida de su hogar y su pertenencia, es realmente subestimado” - Celina de Sola

Gran parte de la carga humanitaria inmediata puede recaer en iglesias locales y organizaciones sin fines de lucro, como Glasswing, así como Oxfam, World Vision y Food for the Poor, que tienen experiencia en responder a las necesidades de desastres en América Central.

Pero carecen de la capacidad para los proyectos de reconstrucción más costosos, como la reconstrucción de puentes y carreteras, o la reparación de escuelas y hospitales, arrasados por las tormentas.

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Banco Mundial

El Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) han dicho que brindarán apoyo coordinado a los países más afectados por los huracanes, incluidas líneas de crédito y asistencia técnica.

El presidente del Grupo del Banco Mundial, David Malpass, dijo: “Vamos a brindar a los países afectados por Eta todo el apoyo que necesitan para ayudar rápidamente a las familias afectadas, reparar los daños y, lo que es muy importante a mediano plazo, reconstruir mejor."

Pero hasta ahora no han mostrado la misma urgencia que lo hicieron después de Mitch. En 1998, el gobierno de los Estados Unidos prometió rápidamente más de 304 millones de dólares. En mayo de 1999, los donantes se reunieron en Suecia y prometieron alrededor de 9,000 millones de dólares.

Corrupción

“El principal problema del gobierno es la falta de credibilidad y la percepción de corrupción”, dijo Starkman, quien ganó grandes elogios por su enfoque tecnócrata apolítico después de Mitch.

El actual presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, es conocido por politizar los programas de asistencia del gobierno, que se han visto teñidos por una corrupción desenfrenada.


Hernández enfrenta serias acusaciones por parte del Departamento de Justicia de Estados Unidos de conspirar con narcotraficantes para financiar sus campañas políticas. El presidente ha negado cualquier vínculo con narcotraficantes.

Uno de sus hermanos, Tony Hernández, fue condenado en un tribunal de Nueva York el año pasado por delitos graves relacionados con las drogas y enfrenta una posible cadena perpetua.


Debido a su historial de corrupción pública, Honduras no calificó a principios de este mes para recibir asistencia especial del gobierno de Estados Unidos para combatir la pobreza en el marco de Millenium Challenge Corporation (MCC). Bajo una clasificación de MCC, Honduras no cumplió con 10 o 20 estándares, incluido el control de la corrupción, el estado de derecho y la eficacia del gobierno.

El gobierno hondureño también enfrenta acusaciones de que manejó mal los fondos de emergencia para la respuesta del covid-19, incluido un escándalo por un contrato de 48 millones de dólares este verano para siete hospitales móviles comprados en Turquía.

Los críticos del gobierno dicen que el presidente Hernández ha favorecido la lealtad política sobre la experiencia. En octubre nombró a Max Gonzáles. un ex rapero de reguetón que se hacía llamar 'Killa' como jefe de la Oficina Nacional de Manejo de Emergencias (COPECO). Hay que reconocer que USAID ha mantenido fondos para esfuerzos anticorrupción en Honduras, a pesar del riesgo político de ofender al gobierno de Hernández.

Crisis sin precedentes

El jueves, el presidente Hernández dijo que Honduras vivía una época sin precedentes. “Esa la primera vez que se junta una pandemia y dos tormentas de este tipo y esto solo lo vamos a poder sacar adelante juntos, no es un tema de Gobierno, sino de todos" dijo.

Hernández trató de dar una perspectiva positiva sobre la ayuda internacional para reconstruir el país. "Yo estoy convencido de que ... con los bancos multilaterales, con los cooperantes, con los países amigos, con las ONGs amigas, todos los hondureños tomados de las manos vamos a volver a construir este país”, agregó.

A pesar de las acusaciones de corrupción, la administración Trump ha mantenido estrechos vínculos con el presidente Hernández como parte de sus esfuerzos por controlar un aumento en los solicitantes de asilo de América Central.

Pero las organizaciones sin fines de lucro se han visto debilitadas desde 2019, cuando la administración Trump recortó los fondos para programas sociales, de derechos humanos y en favor de la democracia en Honduras, centrándose en cambio en cuestiones de seguridad e inmigración.

Más migrantes

La administración Trump ha detenido el flujo de migrantes con sus políticas fronterizas draconianas que han recibido fuertes críticas por parte de grupos de justicia social y derechos humanos. Pero eso podría cambiar bajo una nueva administración que enfrenta una probable nueva ola de caravanas de migrantes debido a Eta y Iota.

En los años posteriores al Mitch, miles de hondureños migraron a los Estados Unidos y luego se les otorgó el Estatus de Protección Temporal (TPS), lo que les permitió vivir y trabajar en el país legalmente. Las sequías, la pobreza y la corrupción política en Honduras han seguido provocando más migración en los últimos años.

Solo el año pasado, 253,000 hondureños fueron detenidos en la frontera suroeste de Estados Unidos, más del doble que el año anterior.


La administración Trump ha tratado de terminar con TPS, aunque los expertos dicen que la elección de Joe Biden, combinada con los golpes de Eta e Iota probablemente lleve a una extensión indefinida del programa.

Starkman advirtió que con las elecciones que se avecinan el próximo año en Honduras, el gobierno de Hernández probablemente tratará de mantener su control político de los fondos de recuperación económica, haciendo que los gobiernos extranjeros sean más “reticentes” a brindar asistencia.

A menos que la Casa Blanca condicionara su asistencia exterior al respeto de las instituciones democráticas y el estado de derecho, Honduras seguiría siendo un problema. “Con esta situación es previsible que va a ver mucha presión social de personas que van a querer ir a Estados Unidos”, agregó.

Problema de Biden

Biden, que ha sido un senador desde 1973, está íntimamente familiarizado con los episodios del pasado que han afectado a las dos naciones, incluida la participación de Estados Unidos en las guerras civiles que asolaron la región en la década de 1980.

“Biden sí conoce Centroamérica”, dijo a Univision Lisa Kubiske, exembajadora de Estados Unidos en Honduras (2011-2014).

Pero dijo que Biden tendría las manos ocupadas con un gobierno dividido en Estados Unidos y un déficit considerable. Biden también estaba profundamente consciente del problema de la corrupción. “Claramente hay un problema. El gobierno tiene que funcionar mejor. Tienen que invertir en las personas e invertir en los sistemas gubernamentales y necesitan una especie de conciencia sobre los recursos públicos y el papel del gobierno”, dijo Kubiske.

"Traté de trabajar en eso cuando estuve allí, pero no llegaron tan lejos como debían", agregó.

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