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Xiomara Castro

Xiomara Castro toma posesión y se convierte en la primera mujer presidenta de Honduras

Castro asume el cargo en medio de una crisis política en el Congreso que no sólo ha complicado el inicio de su mandato, sino que también es una señal de la resistencia que puede enfrentar al intentar atajar la corrupción. (Read in English)
Publicado 27 Ene 2022 – 01:10 PM EST | Actualizado 27 Ene 2022 – 09:27 PM EST
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TEGUCIGALPA .- Xiomara Castro tomó este jueves posesión de la presidencia de Honduras y se conviertió en la primer mujer en ejercer el cargo. Todo, en medio de una crisis política por el control del Congreso que amenaza con hacer descarrilar su presidencia desde sus mismos comienzos.

La crisis también amenaza con asestar otro golpe a los intereses de la política exterior de Estados Unidos en la región.

Con las relaciones agriadas con otras naciones del norte de Centroamérica, el gobierno de Biden ha pivotado hacia Honduras desde la abrumadora victoria de Castro en las elecciones de noviembre con la esperanza de que se convierta en el principal aliado de Washington en la región.

"Esta es una especie de último suspiro de Washington en América Central", dijo David Holiday, un experto en América Central. "La decisión de enviar a la vicepresidenta aquí para la toma de posesión de Xiomara Castro es una enorme declaración sobre la importancia que le dan a la potencial relación".

La vicepresidenta Kamala Harris es la funcionaria estadounidense de más alto rango que asiste a una toma de posesión presidencial en Honduras.

"No más narcotráfico"

En su discurso de investidura en el Estadio Nacional, Castro arremetió contra el gobierno saliente de Juan Orlando Hernández calificándolo de "dictadura" corrupta que había dejado las arcas del país vacías.

"La catástrofe económica que recibo no tiene parangón en la historia del país ... El país debe saber que hicieron con el dinero," declaró, antes de añadir "no más narcotráfico o crimen organizado".

Hernández se ha visto acosado por múltiples acusaciones de lucrarse con el dinero de los narcos en una serie de casos judiciales en Nueva York, algo que ha negado con vehemencia.

Hernández anunció hace semanas que no asistiría a la ceremonia y, en su lugar, la banda presidencial fue entregada a Castro por su marido.

Describiendo su gobierno como "socialista y democrático", Castro dijo que el país había retrocedido durante los ocho años de gobierno de Hernández, con un aumento de la pobreza y un presupuesto que hacía "prácticamente imposible cumplir con los pagos de la deuda".

Por ello, anunció que su gobierno otorgaría subsidios a los combustibles y electricidad gratuita a los hogares más pobres, y que los mayores consumidores deberían pagar más a la empresa estatal de electricidad para cubrir la diferencia.

Exprimera dama

Para Castro, a la tercera va la vencida, después de haber sido derrotada en dos intentos anteriores de llegar a la presidencia, y ya ha visto de cerca el trabajo de presidente.

Nacida en Tegucigalpa en 1959, Castro estudió administración de empresas antes de casarse con Manuel 'Mel' Zelaya, un político en ascenso que posteriormente se convertiría en presidente en 2005.

Castro toma las riendas del gobierno en un momento crítico para el país y con retos mucho mayores que cuando Zelaya llegó a la presidencia.

Tras años de mal gobierno y los recientes golpes de la pandemia y un par de grandes huracanes, el 74% de los hondureños se encuentra por debajo del umbral de la pobreza, el porcentaje más alto desde el retorno a la democracia. En los últimos cuatro años, aproximadamente medio millón de hondureños han huido del país.

Una de las principales promesas de su campaña -y una de las principales razones por las que fue elegida- fue hacer frente a la corrupción que ha saqueado las instituciones gubernamentales y ha paralizado el crecimiento económico.

La crisis política en el Congreso no ha hecho más que complicar el inicio de su mandato, y es una señal de la resistencia a la que puede enfrentarse.

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Se agudiza la crisis política en Honduras tras la juramentación de dos presidentes del Congreso Nacional

Crisis en el Congreso

La presidencia del Congreso es uno de los mejores trampolines políticos hacia la presidencia de la República, lanzando al máximo cargo del Ejecutivo a dos políticos que ejercieron el puesto: José 'Pepe' Lobo y Juan Orlando Hernández.

La crisis del Congreso estalló el 20 de enero, cuando un grupo de legisladores elegidos del Partido Libre, de centro-izquierda, no se presentó a una reunión convocada para discutir la posición del partido sobre la elección de la dirección del Congreso que debía comenzar al día siguiente.

Poco después, un prometedor legislador de Libre, Jorge Calix, se robó el show y juró como presidente del Congreso con el apoyo del saliente Partido Nacional y de miembros del Partido Liberal.

Castro denunció a Calix como "traidor" en las redes sociales. Justo antes de Navidad, Castro y su aliado político Salvador Nasralla, del Partido Salvador de Honduras (PSH), anunciaron que se habían decidido por el legislador, Luis Redondo, un ferviente cruzado anticorrupción, como candidato de la alianza a la presidencia del Congreso.

Pero las raíces de la crisis se remontan a mucho antes. Univisión Noticias habló con numerosos conocedores del partido bajo la condición de anonimato para que pudieran hablar libremente de las causas.

Jorge Calix

En febrero de 2019, Calix anunció que se presentaría a la presidencia con el apoyo de uno de los movimientos internos más fuertes del Partido Libre. Con apenas 33 años en ese momento, Calix ingresó por primera vez al Congreso en 2014 como legislador suplente. En Honduras, cada legislador tiene un suplente que puede sustituirlo cuando sea necesario.

La mayoría de los legisladores suplentes languidecen en el anonimato, pero Calix fue activo en la legislatura y, en particular, en las redes sociales, lo que le ayudó a ganar notoriedad y la atención de los líderes del partido, incluido el expresidente Zelaya, el fundador del partido y el esposo del presidente electo Castro.

En 2017, Calix se presentó a las elecciones al Congreso, esta vez como legislador "propietario", obteniendo el mayor número de votos de cualquier candidato de la oposición al Congreso.

Su alta popularidad, su relativa juventud y su dominio de las redes sociales empezaron a establecer comparaciones con Nayib Bukele, que obtuvo una contundente victoria en las elecciones presidenciales de El Salvador en las semanas previas a que Calix anunciara su propia candidatura en 2019.

La candidatura de Calix fue apoyada en un principio por Zelaya y otros dirigentes del partido. Pero cuando Castro decidió presentarse a la presidencia, no sólo retiraron su apoyo a Calix, sino que lanzaron una campaña para obligarle a abandonar su candidatura. Se dice que Calix se sintió humillado y contempló la posibilidad de abandonar el partido.

Sin embargo, Calix hizo mucha campaña por Castro y siguió siendo una de las caras más visibles del partido. Al parecer, Calix creía que se convertiría en presidente del Congreso si Castro ganaba la presidencia.

28 de noviembre: Castro gana las elecciones

Castro acabó ganando por 15 puntos y Calix fue el más votado de todos los legisladores del país. Pero la alianza opositora se quedó a las puertas de la mayoría en el Congreso. Libre obtuvo 50 escaños, el PSH 10 y hubo cuatro disidentes del Partido Liberal que habían apoyado a la alianza y a Castro, lo que les dio 64 votos en un Congreso con 128 escaños, a un voto de la mayoría.

La apuesta de Calix por el liderazgo del Congreso, en última instancia, condujo esta semana a una situación en la que se eligieron dos grupos diferentes de liderazgo del Congreso -ambos con legítimos cuestionamientos de su legalidad- con el apoyo de Calix por parte de los legisladores del Partido Nacional y del Partido Liberal, que representan a la élite corrupta contra la que se había hecho famoso.

Después de ser uno de los políticos más populares del país y con un futuro brillante, Calix ha visto cómo las redes sociales se vuelven contra él, convirtiéndose en uno de los políticos más odiados y con un futuro turbio por delante. Con el rabo entre las piernas, se reunió el miércoles por la tarde con Castro, que le ofreció el puesto de coordinador del gabinete para acabar con la crisis a tiempo para su investidura.

Pero aún se desconocía en la mañana del jueves si ha aceptado el cargo, poniendo fin a la crisis.

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