Psicodermatología: la interacción entre mente y piel

Durante más de 25 años de vida profesional como esteticista y psicóloga, he tenido la valiosa experiencia de investigar, aprender y contribuir con mis conocimientos sobre los diversos factores asociados al cuidado y mantenimiento de la piel. Esto por medio de cientos de casos tratados en diferentes países que he visitado y sobre los cuales he tenido la oportunidad de intervenir y apoyar a personas e instituciones especializadas que han encontrado en mi experiencia, una oportunidad de mejorar su calidad de vida.

A lo que hago referencia, es que del mismo modo en el que el cuidado por el cabello, nuestros dientes, uñas o hasta nuestra ropa es de suma importancia dado que cada uno de estos elementos hacen parte de la forma como nos presentamos a las personas que nos rodean y hasta a nosotros mismos, esto también afecta nuestra manera de ver y sentirnos con la vida. Para varios expertos es también una expresión inconsciente que habla de nuestras preferencias, demarcan gran parte de nuestro carácter e incluso da señales sobre los estados de ánimo que una persona pueda estar experimentando en un momento de vida.

De este modo, la piel puede ser entendida como el área del cuerpo en la que se reflejan todos los órganos internos, los signos estéticos que se manifiestan en ella son indicadores de información para el diagnóstico de enfermedades físicas y psicológicas. Una disciplina relativamente nueva, pero que cada vez es más recurrente en el ámbito de la salud: la psicodermatología, es la que se encarga de estudiar las patologías cutáneas resultantes de la interacción entre mente y piel.

Debemos saber además que la piel funciona como receptora y emisora de información que nos llega del exterior, pero ahora también conocemos, gracias a diversos estudios, que el 80% de los trastornos de la piel tienen un origen psicosomático. Dado que la piel es la parte más accesible del cuerpo, no es extraño que algunas personas expresen a través de su piel impulsos de naturaleza agresiva, ansiosa o autodestructiva, provocándose daños dermatológicos.

Tener una piel saludable es posible si sigues algunas de estas recomendaciones:

1. Una de las formas más importantes para cuidar la piel, es protegerla del sol.

2. No fumar, ni consumir alcohol, estos hábitos son muy negativos, ya que le da tu piel un aspecto avejentado y contribuye a la formación hiperpigmentaciones (manchas) y líneas de expresión repentinas.

3. Lleva una dieta saludable, consume suficiente agua y realiza rutinas de ejercicio. También puedes incluir rutinas sencillas de meditación y relajación desde casa, ellas ayudan a mantener equilibrio y balance emocional.

4. Organiza una rutina sencilla de técnicas de respiración al tiempo que puedes prácticas el sano arte de leer, dibujar, cocinar, escuchar música relajante o practicar caminatas al aire libre.

5. Visita regularmente centros especializados en el cuidado y mantenimiento de la piel.

6. Por último recuerda en todo momento que vivir bien, también depende de ti, tu salud mental y tu piel te lo agradecerán por siempre.