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Medicare inicia la batalla para reducir precios de medicamentos: ¿por qué tomará años ver el resultado?

Se espera que las negociaciones comiencen en octubre y continúen hasta agosto de 2024. Los precios reducidos de los primeros medicamentos entrarían en vigor en 2026.
Publicado 9 Sep 2023 – 05:14 PM EDT | Actualizado 9 Sep 2023 – 05:14 PM EDT
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El gobierno de Joe Biden publicó esta semana una lista de los primeros 10 medicamentos que se someterán a negociaciones con las compañías farmacéuticas sobre sus precios de Medicare.

Los medicamentos se compran a través de la Parte D de Medicare, un programa de cobertura de medicamentos recetados para estadounidenses mayores de 65 años. Los 10 medicamentos representaron más de 50,500 millones de dólares en costos brutos entre el 1 de junio de 2022 y el 31 de mayo de 2023.

Las disposiciones que autorizan estas negociaciones forman parte de la Ley de Reducción de la Inflación que el Congreso aprobó en 2022, permitiendo a Medicare negociar los precios de los medicamentos por primera vez.

A la espera de negociaciones exitosas, estos cambios equivaldrían a lo que los investigadores estimaron que serían ahorros netos de alrededor de 1,800 millones de dólares en 2026. La Oficina de Presupuesto del Congreso proyectó un ahorro aún mayor de 3,700 millones de dólares.

La lista de los 10 principales medicamentos incluyen al Xarelto de Johnson & Johnson, que trata los coágulos sanguíneos, y el Enbrel, de Amgen, que trata la artritis reumatoidea y la psoriasis.

Se espera que las negociaciones comiencen en octubre y continúen hasta agosto de 2024, y los precios reducidos entrarían en vigor en 2026.

Los demócratas han elogiado las disposiciones sobre fijación de precios de los medicamentos de la nueva ley como revolucionarias. Es probable que hagan del tema una pieza central de sus campañas electorales de 2024. Los demócratas se sienten aún más envalentonados ya que las encuestas de opinión pública muestran un apoyo abrumador a la política entre los estadounidenses.

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Altos costos de medicamentos para tratar la obesidad representan un problema para que los pacientes puedan adquirirlos


Como académico que investiga las políticas de salud, soy escéptico de que las negociaciones sobre los precios de los medicamentos de Medicare terminen marcando una diferencia tan grande como los demócratas han prometido, al menos en el futuro cercano. Si bien los precios de los medicamentos recetados en Estados Unidos son excesivos, el verdadero potencial de la política no está claro, ya que sigue enredada en demandas y oposición de la industria. Sin embargo, si puede resistir los ataques en curso y convertirse en ley establecida, los estadounidenses de 65 años en adelante podrían ver un verdadero alivio financiero en el futuro.

La reducción de costos de los medicamentos para los afiliados a Medicare

La Ley de Reducción de la Inflación permite a los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid negociar precios con las empresas que fabrican algunos de los medicamentos más caros del programa Medicare, incluidos tratamientos para el cáncer y la diabetes que salvan vidas, como Imbruvica y Januvia.

Si las negociaciones avanzan según lo previsto, se espera que la disposición sobre la negociación de precios de los medicamentos le ahorre al gobierno de Estados Unidos alrededor de 98,500 millones de dólares para 2031, al permitirle pagar menos por los medicamentos recetados para los estadounidenses que tienen Medicare (casi 66 millones de personas). La administración Biden espera que estos ahorros de costos se transmitan a los estadounidenses de 65 años o más a través de primas reducidas de la Parte D de Medicare y por tanto menores costos de bolsillo.

La Ley de Reducción de la Inflación proporciona beneficios adicionales para los estadounidenses mayores, incluida la limitación de sus gastos de bolsillo en medicamentos recetados a no más de $2,000 al año, limitando el crecimiento de las primas de la Parte D de Medicare, eliminando los costos de bolsillo de las vacunas y proporcionando subsidios de primas para personas de bajos ingresos de 65 años o más.

La Ley de Reducción de la Inflación también incluye otra disposición que requiere que los fabricantes de medicamentos, bajo ciertas condiciones, proporcionen reembolsos al programa Medicare si, desde enero de 2023, la subida de precios de medicamentos supera la inflación. Se espera que esa medida genere $71,000 millones en ahorros durante una década.

Sanciones para las empresas que no negocian

Los 10 medicamentos que los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid han seleccionado representaron $3,400 millones en gastos de bolsillo en 2022 para los estadounidenses de 65 años o más y $5,050 millones, o alrededor del 20%, del costo total bruto de medicamentos recetados de la Parte D entre el 1 de junio de 2022 y el 31 de mayo de 2023.

Las empresas farmacéuticas deben firmar acuerdos para participar en las próximas negociaciones antes de octubre de 2023. Basándose en criterios como la opinión y la consulta del público, así como el valor clínico del medicamento, los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid harán una oferta de precio inicial en principios de 2024, con la posibilidad de seguir negociando el precio hasta agosto de 2024. En el futuro, los medicamentos adicionales estarán sujetos a negociaciones.

Si los fabricantes de medicamentos no negocian, enfrentarán duras sanciones en forma de impuestos, que alcanzarán hasta el 95% de las ventas de productos farmacéuticos en Estados Unidos. Alternativamente, las compañías podrían retirar sus medicamentos de los mercados de Medicare y Medicaid, lo que significaría que las personas mayores con Medicare perderían el acceso a ellos.

¿Por qué los precios de los medicamentos en Estados Unidos son tan altos?

Los estadounidenses pagan sustancialmente más por los medicamentos recetados en comparación con las personas que viven en países con economías similares, como Alemania, Reino Unido y Australia. Mientras que los estadounidenses gastaron más de 1,100 dólares en medicamentos en 2019, los alemanes pagaron 825 dólares, los británicos 285 dólares y los australianos 434 dólares por persona.

Las razones de esta disparidad tienen múltiples niveles e incluyen la complejidad general del sistema de atención médica de Estados Unidos y la falta de transparencia en la cadena de suministro de medicamentos. Por supuesto, muchos otros países también fijan directamente los precios de los medicamentos o utilizan su monopolio sobre los servicios de salud para reducir los costos.

Por ejemplo, Dulera, un medicamento para el asma, cuesta 50 veces más en Estados Unidos que el promedio internacional. Januvia, un medicamento para la diabetes que se encuentra entre los primeros 10 medicamentos en negociación de precios, y Combigan, un medicamento para el glaucoma, cuestan aproximadamente 10 veces más.

Estos costos imponen una gran carga a los estadounidenses: 1 de cada 5 omite al menos algunos de sus medicamentos recetados debido al gasto. Las personas de 65 años o más se ven particularmente afectadas por estos problemas.

¿Qué se esconde tras los “insostenibles, injustificables e injustos” precios de los medicamentos en EEUU?

Fuerte resistencia de las farmacéuticas

Es demasiado pronto para decir cuán grande será el impacto de las disposiciones sobre los precios de los medicamentos y si esta política se mantendrá.

Los fabricantes de medicamentos se han opuesto a cualquier regulación gubernamental de los precios de los medicamentos durante décadas. Están luchando contra la medida en los tribunales y llevando a cabo una campaña de relaciones públicas que advierte sobre la reducción de las inversiones en curas que salvan vidas porque se reducen sus incentivos financieros.

Incluso si las negociaciones sobre el precio de los medicamentos sobreviven a los desafíos legales de la industria, es posible que las futuras administraciones republicanas no adopten ni apliquen esta política. Las posibles victorias republicanas en las elecciones presidenciales y del Congreso de 2024 podrían desbaratar o restringir gravemente la nueva política de negociación sobre medicamentos. De hecho, los republicanos han estado trabajando intensamente en el diseño de una estrategia para utilizar las negociaciones contra los demócratas en las próximas elecciones.

Perspectivas y escenarios de la posible reducción de precio de medicamentos

En mi opinión, los esfuerzos del gobierno para reducir los precios de los medicamentos recetados que obtienen los afiliados a la Parte D del Medicare son un paso en la dirección correcta. Por ahora, el efecto probablemente será pequeño porque los pacientes ya reciben descuentos en los medicamentos enumerados, lo que reduce sustancialmente los ahorros netos. Sin embargo, el potencial de ahorro real para los estadounidenses de 65 años o más aumentará sin duda a medida que más medicamentos estén sujetos a negociación.

Al mismo tiempo, los fabricantes de medicamentos han indicado que están dispuestos a llevar sus batallas legales contra la reforma de precios de los medicamentos de Medicare hasta la Corte Suprema. Si eso sucede, hay muchas posibilidades de que prevalezcan porque los argumentos presentados en sus demandas probablemente apelen a la mayoría conservadora de la Corte Suprema, que ha sido favorable a muchos de los argumentos presentados por los fabricantes de medicamentos en sus demandas.

Además, los fabricantes de medicamentos también podrían simplemente retirar sus medicamentos de Medicare y Medicaid para obligar al gobierno a actuar. Los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid parecen haber elegido deliberadamente medicamentos que representan un alto porcentaje de las ventas de medicamentos de los fabricantes para contrarrestar esta posibilidad. La industria tiene una historia de explotar hábilmente las lagunas jurídicas y posee un vasto aparato de lobby.

También es demasiado pronto para saber si esto será una victoria para los pacientes estadounidenses en general. Es posible que los estadounidenses que no están cubiertos por Medicare vean subir los precios. Esto se debe a que si los fabricantes de medicamentos ganan menos dinero con los medicamentos para las personas inscritas en la Parte D, podrían compensar esa pérdida de ganancias cobrando más por los medicamentos de los que dependen otras personas.

Y, por último, es posible que haya menos medicamentos recetados nuevos (como resultado indirecto de esta política que se supone debe mejorar el acceso a la atención médica) porque puede reducir los incentivos de los fabricantes. Si bien es probable que el número de casos sea pequeño, potencialmente afectaría a los pacientes que podrían haber visto una cura para su enfermedad o algún alivio de sus síntomas.


*Simon F. Haeder es profesor asociado de Salud Pública de la Universidad de Texas A&M.

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

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