La organización reportó la muerte de seis trabajadores de su organización y su conductor palestino. Entre los fallecidos había ciudadanos de Australia, Polonia, Reino Unido y una persona con doble ciudadanía estadounidense y canadiense. "El gobierno israelí debe poner fin a esta matanza indiscriminada. Tiene que dejar de restringir la ayuda humanitaria, dejar de matar a civiles y trabajadores humanitarios y dejar de utilizar los alimentos como arma", escribió el chef José Andrés tras anunciar la noticia.