En medio de una multitud de seguidores congregados fuera del domicilio de la vicepresidenta, un hombre apuntó un arma a la cabeza de Cristina Fernández de Kirchner, y apretó el gatillo, pero por algún motivo desconocido inicialmente, no se disparó. Gracias a eso, la política sigue con vida y no sufrió ninguna lesión. El hombre, un brasileño de 35 años, fue detenido.