Harrison Floyd, el único de los 19 acusados en Georgia que quedó preso
Harrison Floyd, uno de los coacusados junto al expresidente Donald Trump en el caso de subversión electoral de Georgia quedó recluido en la cárcel del condado de Fulton por no haber negociado una fianza para ser liberado después de su entrega a las autoridades, de acuerdo a un comunicado de la oficina del alguacil del condado.
Floyd, de 39 años de edad, también conocido como Willie Lewis Floyd III, fue director de la organización Black Voices for Trump durante la campaña de 2020, y es acusado por la Fiscalía de Distrito del condado de Fulton de violar la ley RICO de Georgia así como de conspirar para solicitar declaraciones falsas e influir en testigos.
Floyd asaltó a un agente del FBI en febrero
Floyd también fue acusado a principios de este año de asaltar a un agente del FBI cuando este trataba de entregarle una citación para testificar ante un gran jurado en Washington durante la investigación del fiscal especial Jack Smith.
El 23 de febrero Floyd, quien es un exinfante de Marina e instructor de artes marciales, atacó físicamente a uno de los agentes que trataban de entregar una citación fuera de su casa en Rockville, Maryland, para comparecer ante un gran jurado federal en Washington.
La citación formaba parte de la investigación del fiscal especial Jack Smith sobre los esfuerzos de Trump y sus partidarios para deshacer los resultados de las elecciones de 2020, según indicaron fuentes anónimas a The Washington Post.
Una declaración jurada de los agentes encargados de citar a Floyd de golpear al cuerpo de uno de los agente y de insultar a ambos hombres. Las agresiones solo cesaron después de que el agente que no estaba siendo agredido abrió su saco para dejar ver un arma que portaba en su funda.
Floyd llamó a la policía y declaró falsamente haber sido acosado por dos hombre armados que no se habían identificado según un reporte de CNN.
Según la declaración jurada, Floyd dijo a los agentes que “tuvieron suerte de que no portaba un arma, porque les habría disparado”.
Harrison Floyd y el caso en Georgia
Según la acusación de la Fiscalía del condado de Fulton, el pastor Stephen Lee buscó a Floyd para que le ayudara a contactar a la trabajadora electoral Ruby Freeman a fin de convencerla de confesar crímenes electorales que no había cometido.
Freeman había sido señalada falsamente por el mismo Trump, por su abogado Rudy Giuliani y otros aliados del expresidente, de haber cometido fraude electoral en el conteo de votos a favor de Joe Biden, lo que la hizo blanco de una campaña de intimidación y amenazas de muerte, según testificó Freeman ante el comité selecto de la Cámara de Representantes que investigó el asalto al Capitolio.
La acusación indica que Lee le dijo a Floyd que creía que Freeman no hablaría con él por ser un hombre blanco por lo que necesitaba la ayuda de Floyd que al igual que Freeman es negro.
Floyd reclutó a Trevian Kutti, otra de coacusada en el caso, quien dice haber trabajado como publicista de Kanye West, y quien también es negra, para que viajara a Atlanta y se reuniera con Freeman, según indica la acusación.
El documento dice que Kutti le pidio a Freeman reunirse en una estación de policía donde le ofreció protección a cambio de que confesara haber cometido fraude electoral ya que si no lo hacía gente vendría a su casa en 48 horas y tomarían acciones que "perturbarían su libertad". Floyd supuestamente habló con Freeman por teléfono mientras Kutti estaba con ella.
