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¿Qué sirves en tu mesa? Aprende a leer las etiquetas de tus alimentos

Publicado 28 Jul 2020 – 02:26 PM EDT | Actualizado 31 Jul 2020 – 01:33 PM EDT
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Aprender a leer las etiquetas o rótulos nutricionales de los productos que consumimos nos ayuda a hacer elecciones de alimentos más saludables, sobre todo en tiempos de cuarentena. ¿Qué información es importante rescatar? ¿Qué nos dice cada dato? ¿Cuáles son los mitos y las verdades detrás de los rótulos de los alimentos? Sigue leyendo y descubre los tips para que aprendas a leerlas.

Seguramente, más de una vez has estado en el supermercado intentando elegir el producto más saludable entre varios productos similares. Las palabras «light», «sin azúcar» o «bajo en grasa» intentan seducirte por cada pasillo que recorres, esto hace que una tarea tan sencilla como comprar un yogur, se convierta en una misión imposible. Por este motivo, cuando vamos a comprar al supermercado, existen 3 pasos que todos deberíamos realizar antes de escoger cualquier producto.

Paso 1: Primero revisa la información básica

(Todos estos datos deben aparecer en la etiqueta porque son los requisitos mínimos que establece la autoridad sanitaria para que puedan ser comercializados)

  • Fecha de elaboración y vencimiento: Los alimentos deben ser sometidos a ensayos de vida útil que garantizan que mantendrán sus características sensoriales (olor, sabor, etc). Pasado el período de vencimiento no deberían ser consumidos. La fecha de vencimiento debe estar impresa y no escrita a mano.
  • Condiciones de almacenamiento: Por ejemplo un corte de carne bovina envasado al vacío debe ser conservado en heladera (˂5ºC).
  • A quién está destinado ese alimento: bebés, niños ,adultos, embarazadas, si es apto celíacos, apto para fenilcetonúricos, entre otras aclaraciones.
  • Composición e información nutricional: todos los rótulos presentan una tabla nutricional que informa el aporte energético, la composición en macro y micronutrientes y que porcentaje cubren en relación con la ingesta diaria recomendada. También presentan la lista de ingredientes.
  • Cantidad, expresada en gramos o CC.
  • El número de registro de producto y el número de registro de establecimiento elaborador (RNPA y RNE).
  • Conocimiento del lugar de elaboración: En los rótulos se indica un número de contacto con el elaborador responsable.

Paso 2: Leer la lista de ingredientes de la etiqueta de los alimentos

El segundo paso es leer los ingredientes que lleva el producto en la lista de ingredientes de los rótulos. A la hora de hacerlo, tendrás que identificar los datos más importantes, tal como se indica en la infografía que acompaña esta nota.

Paso 3: Interpretar la información nutricional de la etiqueta de los alimentos

El tercer paso es leer la información nutricional de la etiqueta de los alimentos. Puede ser el punto más complicado. En la infografía encontrarás las claves para hacerlo correctamente.

Es muy importante que contengan los datos de RNE y RNPA, sin estos datos el producto no tiene garantía alguna sobre materia prima, procesos, manipuladores ni cadena de comercialización. Ante la duda se puede consultar el RNE o el RNPA de un producto en la página oficial de ANMAT ingresando aquí.

¿Cuáles son los riesgos? Para la salud son numerosos, ya que pueden causar muchas enfermedades transmitidas por alimentos al no tener controles durante el proceso y comercialización.

Más allá de las etiquetas: Compra segura de alimentos a través de internet


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Son indudables las ventajas que conlleva la compraventa de productos alimenticios a través de internet: no te movés de tu casa, podés comparar precios en un click y ver las opiniones de otros clientes.

¡Sin embargo hay que mostrar cautela, ya que también tiene riesgos!

Se ha detectado que la venta de alimentos que no cumplen los requisitos para su comercialización ha crecido significativamente, sobre todo de alimentos frescos y fermentados, que son el nuevo boom. Esto es altamente preocupante por los riesgos a los que estamos expuestos cuando elegimos estos alimentos porque creemos que son más saludables, más naturales y más caseros.

Hay muchos productos que se venden en línea, sobre todo en redes sociales, tales como el kéfir, yogur tipo griego, quesos untables elaborados a partir de vegetales, kombuchas, entre otros productos fermentados. Sorprendentemente, muchos de ellos carecen de todo tipo de registros, elaboración, almacenamiento, transportación, ni rotulado, etc.

Como consumidores debemos exigir que el alimento que compramos contenga esta información ya que el mismo resulta en un requisito legal.

Alimentos artesanales o industrializados

La producción artesanal no es algo nuevo ni nada por el estilo, más bien todo lo contrario. Desde que se tiene nociones históricas, siempre han existido trabajadores independientes que desempeñan sus labores a pequeña escala, empleando sus manos y exhibiendo sus habilidades particulares en la industria artesanal. El punto más flojo son las buenas prácticas de manufactura durante todo el proceso, y adquieren un riesgo potencial cuando se intenta pasar de una pequeña escala de producción a una escala comercial, sin tener procesos normatizados ni controles de calidad.

Por el contrario, los productos industrializados nos aseguran que fueron elaborados cumpliendo una serie de normas de calidad a lo largo de todo el proceso, desde la selección de materias primas hasta el empaque final, lo que permite que podamos hacer la trazabilidad del alimento.

¡No te confundas! Existen productos denominados procesados (sin el ultra), que son aquellos que han sufrido transformaciones respecto a su estado inicial de manera de que sean aptos para los consumidores. En general pueden estar sometidos a los siguientes procesos: limpieza, lavado, pasteurizado, rebanado, fileteado, secado, refrigerado, congelado y envasado al vacío, entre otros.

Por ejemplo: La fermentación obtenida mediante la adición de microorganismos vivos al alimento, también es un proceso “mínimo”. Sin duda el yogur que encontramos en la góndola del supermercado es más seguro e inocuo en términos microbiológicos que un yogur comprado en internet y que no tiene RNE y RNPA.

Seguro, apto, inocuo, natural u orgánico. ¡Descubre la diferencia entre ellos!

“Seguro”, “apto”, “inocuo”, “natural” u “orgánico” son adjetivos comunes que pueden aparecer en las etiquetas de los alimentos. Pero, ¿sabes cuáles son las diferencias entre ellos?


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Entre tanta información y tanto vocabulario relacionado con las características de los alimentos que consumimos, existe confusión respecto del verdadero significado de palabras como “seguro”, “apto” o “natural”. Entender de qué hablamos cuando usamos cada uno de estos términos es clave para poder empoderarnos a la hora de elegir qué llevamos a nuestra mesa.

  • Alimento seguro: Alimento disponible en cantidad suficiente para todos el cual cubre aspectos nutricionales equilibrados y no enferma a quien lo consume.
  • Alimento inocuo: Alimento libre de contaminación química, física o biológica.
  • Alimento apto para consumo humano: Es el que fue evaluado y aprobado por la autoridad sanitaria competente, cumple con un riguroso proceso de elaboración y está libre de contaminación.
  • Alimento procesado: Alimento que es manufacturado, usualmente en gran escala, utilizando técnicas de procesamiento con el objetivo de preservar los alimentos para el mercado.
  • Alimento natural: Es un alimento que no ha sido sometido a ningún tipo de proceso industrial.
  • Alimento orgánico: Según el Ministerio de Agroindustria, es todo producto obtenido por medio de un sistema de producción sustentable en el tiempo que, a través del uso racional de los recursos naturales, y sin el empleo de sustancias químicas sintéticas u otras de efecto tóxico real o potencial para la salud humana, mantenga o incremente la diversidad biológica y la fertilidad del suelo, y que asimismo, permita la identificación clara por parte de los consumidores de las características señaladas a través de un sistema de certificación que las garantice (Ley 25.127).

Así que al leer las etiquetas de los productos que elijas, no olvides revisar los componentes de los nutrimentos que contiene, para así elegir el que más te convenga o guste.

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