“Yo soy tres cuartos puertorriqueña y un cuarto dominicana”, dice, sonriente, la comisionada Lorraine Cortés-Vázquez, una mujer cuya historia refleja el biculturalismo de los neoyorquinos. Nació en East Harlem, en el Alto Manhattan, y ha sido reconocida por su vocación de servicio a la comunidad. Fue secretaria de Estado de Nueva York, directora ejecutiva de la organización ASPIRA y presidente de la Federación Hispana, entre otros.